Wilkie Delgado Correa* - Cubainformación.- Fue noticia destacada este año la declaración como Monumento Nacional del llamado Conjunto Patrimonial de la Universidad de Oriente en Santiago de Cuba, integrado por siete edificios y dos espacios. Cada uno de estos componentes tiene su propia historia y data. Así que pienso que en ocasión de esta declaración, además de preservar el excepcional patrimonio de sus espacios físicos,  debe conservarse todos los hitos fundamentales de su obra multifacética atesorada en la memoria colectiva de los que fueron sus protagonistas principales: directivos, profesores, estudiantes y demás trabajadores. Eso forma y formará parte del legado pasado, presente y futuro.


 

El curso pasado 2020 la Universidad graduó 2099 profesionales, y ya cuenta con 51 carreras y acumula más de 65 mil egresados. Ha sido acreditada con la certificación de Excelencia Académica.

Según se refleja en su historia, la Universidad fue fundada el 10 de octubre de 1947 con siete carreras. En sus inicios el gobierno provincial de Santiago de Cuba le entregó un edificio de dos plantas, antiguo hospital Joaquín Castillo Duany, ubicado en Quintero, en que se alojaron sus dependencias. 

Resulta interesante que muchos años después, en 1965, el Ministerio de las Fuerzas Armadas, presidido por el Comandante Raúl Castro Ruz, cediera el entonces Hospital Militar Joaquín Castillo Duany, anexo al Cuartel Moncada, a la Universidad de Oriente para ubicar la sede de la dirección y el Ciclo Clínico de la Escuela de Estomatología, perteneciente a la Facultad de Ciencias Médicas. Fue inaugurada como tal en 1967 con el nombre de “Mártires del Moncada”. Una foto del combatiente del asalto al Cuartel Moncada José Luís Tassendi le muestra herido pero vivo el 26 de julio de 1953 en este Hospital Militar antes de ser ultimado.

Es indudable que el papel histórico destacado de la Universidad de Oriente se tejió desde su fundación hasta el triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959, en cuyo triunfo tuvo una participación activa. Un hecho sobresaliente ocurrió el 3 de enero de ese año cuando en su Biblioteca se constituyó el primer Gobierno Revolucionario de Cuba.

Después se producirían distintas visitas a la Universidad de las máximas figuras de la Revolución como Ernesto “Che” Guevara, Vilma Espín, Osvaldo Dorticós, Raúl Castro Ruz y el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, entre otros. Resalta la participación de Fidel en el acto de la graduación en 1968.

Un hito fundamental de las Universidades en el país a principios del triunfo de la Revolución, fue el relacionado con la reconocida y discutida entonces autonomía universitaria, sobre la cual el Ché recomendó a los profesores y alumnos una profundización sobre el tema, así como la necesidad de introducir profundos cambios en la enseñanza de la educación superior. Sus ideas apelaron a la conciencia alerta de profesores y estudiantes:

…Y para finalizar, un recuerdo a los estudiantes interesados en estos problemas de la reforma universitaria: investiguen la vida futura, futura pero ya pasada, desde el momento en que se inició la reforma del dieciocho hasta ahora; investiguen la vida de cada uno de aquellos artífices de la reforma. Les aseguro que es interesante. Nada más…”

Fue producto de la política revolucionaria de transformaciones sociales, que las universidades enfrentaron un proceso renovador que  no estuvo ausente de discusiones varias. Sin embargo es de destacar la participación de la Universidad de Oriente, junto a las Universidades de la Habana y las Villas, en este proceso.

El 31 de diciembre de 1960 el Gobierno revolucionario dictó la Ley No. 916, basada en la cual se instituyó el Consejo Superior de Universidades, que a tenor de los deberes y atribuciones conferidos, laboró intensamente en la formulación de los cánones básicos para la estructura organizativa, el funcionamiento, los métodos, las relaciones externas, el espíritu y los fines de las universidades nacionales, que quedaron plasmadas en la Ley de Reforma de la Enseñanza Superior en Cuba.

Al respecto, el Consejo Superior de Universidades tenía la composición siguiente:

En representación del Gobierno revolucionario: Dr. Armando Hart Dávalos, Dr. Regino Boti León, Dr. Pedro Cañas Abril e Ing. José Allshuler Gutwert. Y en representación de la Universidad de Oriente: Dr. Manuel Aguilera Barciela, Dr. Roberto Soto del Rey, Sr. Augusto H. García Garcés y Sr. Gabriel Meriño Pierre. Asimismo los suplentes, el Dr. Justo Nicola Romero y Sr. Giraldo Otero Pando. Cabe señalar que en este Consejo había una representación paritaria de profesores y estudiantes de las universidades (co-gobierno). Otros representantes pertenecieron a las Universidades de La Habana y Las Villas.

La Comisión Ejecutiva quedó integrada por 7 miembros: presidente, Dr. Armando Hart Dávalos; vicepresidente, Dr. Regino Boti León; secretario, Dr. Abelardo Moreno Bonilla; vicesecretario, Comandante. Ángel Quevedo Valdivia; vocales: Dr. Carlos Rafael Rodríguez, Dr. Manuel Aguilera Barciela y Dr. Gaspar Jorge García Galló.

Por tanto, la Reforma Universitaria fue la continuación natural de un proceso dirigido a profundizar la obra transformadora de la educación en la sociedad nueva que la Revolución se proponía construir. Así, los resultados de los análisis de la Comisión Ejecutiva y de los miembros del Consejo de Universidades, se expresaron en un documento directriz titulado Reforma de la Enseñanza Superior en Cuba, al que el Gobierno revolucionario confirió rango de ley, la cual se dictó el 10 de enero de 1962.y estableció la gratuidad de las matrículas, los libros de textos y los materiales para la práctica docente. Abrió las posibilidades de estudios para estudiantes de todas las clases sociales, y a través del sistema de becas hizo posible el acceso de alumnos procedentes de todas partes del país.

Se cumplía así lo que el Ché tenía que decirle a la Universidad de Las Villas sobre la función esencial de la vida universitaria en la Cuba nueva: “Le tengo que decir que se pinte de negro, que se pinte de mulato, no sólo entre los alumnos, sino también entre los profesores, que se pinte de obrero y de campesino, que se pinte de pueblo, porque la Universidad no es el patrimonio de nadie y pertenece al pueblo de Cuba...”

La ley también estableció  la fundación de una nueva Facultad en la Universidad de Oriente: La Facultad de Ciencias Médicas, integrada por la Escuela de Medicina, creada el 10 de febrero de 1962, y la  Escuela de Estomatología, fundada el 18 de agosto de 1963. Ambas funcionaron inicialmente en dos locales o naves del área de las tecnologías. Luego la sede se trasladó el 17 de febrero de 1964 a un nuevo e imponente edificio en la Avenida de las Américas, construido para este fin, y posteriormente se trasladaron los estudiantes becados al llamado Plan de Becas de Vista Alegre, en casas abandonadas por los burgueses en esa zona.

Los primeros estudiantes de Medicina y Estomatología matriculados en ambas Escuelas, respectivamente en 1962 y 1963, se graduaron el 24 de septiembre de 1967, integrando la primera graduación de 35 médicos y 19 estomatólogos de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Oriente. Por tan significativo acontecimiento académico se le entregó a cada graduado un Diploma firmado por el Comandante Guillermo García, Delegado del Buró Político en la provincia, el Comandante José Ramón Machado, Ministro de Salud Pública y José Llanusa, Ministro de Educación.

Al año siguiente, el 8 de diciembre de 1968, se produjo la graduación de la Universidad, en cuyo acto Fidel pronunció un discurso trascendente. En el mismo expresó que ese año la matrícula inicial era de 5 707 estudiantes y que ese día se graduaban 457.

 “Estudiantes totales —porque aquí están las matrículas iniciales— que tiene la Universidad de Oriente, son ahora, en este momento, 3 930, de los cuales 2 829 son becarios y 1 101 son externos.  Esto también implica un pequeño avance.” 

“La posibilidad de que casi 3 000 jóvenes de Oriente, en su propia provincia, puedan asistir como becarios a esta universidad es un pequeño avance con relación a la época en que no había ningún becario…”

 “Esta es la situación en nuestra Universidad de Oriente.  Por aquí están las materias, los que se gradúan: ingeniería mecánica, 11; eléctrica, 18; química, 19; geología, 12; médicos, 96; estomatólogos, 20; licenciatura en química, 6; licenciatura en economía, 62; contador público, 11.”

“Con la cuestión de la medicina se hizo un especial esfuerzo hace algunos años.  Fue necesario preservar las organizaciones médicas frente al éxodo promovido por el imperialismo, que intentó dejar a este país sin médicos.  Y realmente esa escaramuza —porque al lado de la Revolución cada una de esas luchas son algo así como escaramuzas— ha sido ganada por la Revolución puesto que ya se gradúan casi 1 000 médicos por año”.

Esta Facultad de Ciencias Médicas formó parte de la  estructura de la Universidad de Oriente hasta el año 1976, fecha en que se creó el Ministerio de Educación Superior (MES) y, consiguientemente, las Facultades de Ciencias Médicas de las Universidades se convirtieron en los Institutos Superiores de Ciencias Médicas (ISCM) por Ley No. 1307 de 29 de julio de 1976 y Resolución Ministerial No. 55 de 26 de diciembre de 1976, más tarde denominados Universidades por Decreto Ley No. 369 de 2018, y se adscribieron al Ministerio de Salud Pública. Por tanto, la Facultad de Ciencias Médicas fue parte esencial de la historia de la Universidad de Oriente durante 14 años, la cual aportó miles de profesionales de para la provincia de Oriente.

 En este periodo la Universidad de Oriente, que estuvo presidida por los Rectores siguientes: Dres. Manuel Aguilera, José Antonio Portuondo, Eduardo Muzio y Benito Pérez Maza, muestra los aportes siguientes: 

Incorporación a los claustros de profesores procedentes de La Habana y Santiago de Cuba, así como algunos extranjeros, entre los que destacaron en el primer y segundo cursos en las disciplinas de Anatomía, Histología, Embriología, Bioquímica y Fisiología: Hipólito Pino, Armando Alonso, Héctor Cuellar (de La Habana); Onel Valón, Francisco López Rosa, Enrique González Corona, Alfonso Araújo, Armando Valdés, Simón Cantón (de Santiago de Cuba); Alberto Granado (de Argentina) y Talía Harmony (de México)

Incorporación de personal docente auxiliar integrado por alumnos ayudantes e instructores no graduados a fin de suplir en parte al escaso personal docente profesional y dar relieve al papel activo y protagónico de los estudiantes, que fue válido para todas las facultades, y que en años posteriores muchos se incorporaron como profesores.

Inicio en 1973 de un plan de formación de especialistas en las Ciencias Básicas Biomédicas, hasta entonces sólo desarrollado en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CENIC) de La Habana, con un plan elaborado por ésta institución, que fue impartido por profesores de alto nivel de distintas facultades, como fueron los profesores: Roberto Soto del Rey en Física; Manuel de la Cruz Muñoz en Matemática; Ana María Marinello y su madre en Química;  Melek Salomón en Biología, y otros. Resulta interesante el hecho de que el Profesor Soto del Rey motivado por nuestras conversaciones docentes sobre la aplicación de la física a los fenómenos biológicos se interesara por nuestra bibliografía de fisiología, y que a partir de una profundización en la materia, al cabo de unos años redactara su obra cumbre “Introducción a la Biofísica” en cuatro tomos, publicada por la editorial Oriente, en la que resume su excelsa labor como profesor de Física y de Biofísica. Este plan de formación concluyó con la graduación en 1975 de los primeros Especialistas en Ciencias Básicas de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Oriente y que constituyó la única experiencia en el país en su época.

Formaron parte de esta hornada los siguientes jóvenes docentes: Manuel Aviñó Marrades, Martha Castro Bosh, Wilkie Delgado Correa, Blanca Soriano González, Santiago Hernández Fonseca, Loyda Vázquez Ríos, Ramón García Rodríguez, Guadalupe Pérez Carbonell, Nayra Pujals Victoria, Roger Guerrero Pérez, Raúl Rizo Rodríguez, Delia Sánchez y Francisco Miranda Fuentes.

Posteriormente se efectuaron los exámenes en las ramas médicas específicas que permitieron la obtención del título de Especialistas de Primer Grado por estos profesionales.

Paralelamente y a partir del anterior plan, y con los resultados obtenidos en las ramas de Fisiología, Bioquímica, Anatomía, Microbiología, se inició el proceso investigativo y la elaboración de las tesis de doctorado bajo la tutoría de los asesores soviéticos. Una vez concluido los estudios se constituyeron tribunales que dieron lugar a la obtención del grado científico de Doctores en Ciencias Médicas. Esta experiencia iniciada  en el año 1973 se concretó en el periodo 77-78 y es una experiencia singular y única en el país de la formación de doctores por primera vez en el seno de la Universidad de Oriente y, por tanto, fuera del CNIC en La Habana.

En este periodo fue desarrollado también uno de los cursos exigidos para el grado científico, el denominado mini Doctorado en Filosofía, que fue impartido por el Profesor Kraviets y evaluado por un tribunal integrado por profesores de la Facultad de Humanidades.

A la luz de esta historia resumida, surgen los recuerdos personales como fue el hecho salvador de mi trayectoria al recibir en la lejana ciudad de Baracoa, como trabajador de salud pública y con familia, el telegrama del Vicerrector docente Francisco Masó, quien me  confirmaba el otorgamiento de la beca con ayuda económica para iniciar los estudios.

Apenas iniciado el curso una circunstancia lo alteró, cuando del 4-8 de octubre de 1963, el ciclón Flora azotó a la provincia de Oriente, con lluvias de un acumulado de 1 647 milímetros en Santiago. Se hizo presente la participación de los profesores y estudiantes en la salvación de recursos en granjas y en trabajos contra las inundaciones en las partes bajas de la ciudad, entre otras tareas.

La incorporación a la defensa de todos los estudiantes, las preparaciones y movilizaciones militares ante las agresiones del imperialismo. Igual actitud de incorporación a las tareas y movilizaciones en la agricultura, en especial a las zafras cañeras.

La activa participación de profesores y estudiantes en la vida política, y también en el amplio espectro cultural, con publicaciones como fueron el boletín Taller, la revista Mambí y mini libros  con una recopilación de obras de jóvenes autores en los géneros de cuento y poesía. Una de estas obra poética, titulada En la Universidad las palomas, reflejó el entonces ambiente de la Universidad en la calle lateral del Edificio Central del Rectorado con la presencia de palomas: “Todas las mañanas, cuando le nacen sus niños a la escuela, las palomas bajan a la Universidad. Y mientras los niños aprenden que el pan es necesario y el carpintero dignifica su mirada repleta de virutas sudorosas y los jóvenes besan a su amada en el costado sangrante de mi isla, las palomas suben por la siempre tendida cuerda de los aires y se alejan, como echándose de menos, más allá del ojo, al lugar que una amante herida quizás tendió a secar su corazón…”

Muchas cosas se recuerdan hoy, primero como estudiante y después como profesor, y se conservan como tesoros en la memoria agradecida por vivir tiempos decisivos e inolvidables en nuestra Universidad de Oriente, presididos por su lema: Ciencia y Conciencia.

                                                                                                                                                                                                                                  

*Doctor en Ciencias Médicas, Doctor Honoris Causa, Profesor Titular, Consultante y Profesor de Mérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.

 

 

 

 

 

 

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