Por Arthur González*/Martianos-Hermes-Cubainformación.- Triste es no tener amigos, pero más triste debe ser no tener enemigos, porque el que enemigos no tenga es señal que no tiene ni talento que haga sombra, ni carácter que impresione, ni valor temido, ni honra de la que murmuren, ni bienes que se le codicien, ni cosa buena que se le envidie, como dijo el poeta con mucha razón.


Esto se pone de manifiesto en un artículo contra el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, publicado por el libelo ADN Cuba, financiado con dinero de los Servicios de Inteligencia yanqui, donde intentan ridiculizarlo por haber mencionado una frase de Allen Dulles, director de la CIA de 1953 a 1961 y defenestrado por el aplastante descalabro de la invasión por Bahía de Cochinos que organizó su agencia contra Cuba.

La frase empleada por el presidente cubano durante una reunión con estudiantes de la universidad de La Habana, fue una de las ideas macabras del director de la CIA, cuando expuso uno de los Estimados de Inteligencia sobre la URSS, donde se plasma la estrategia a seguir para destruir el socialismo, algo retomado en el Proyecto Democracia en 1980, puesto en marcha por el presidente yanqui Ronald Reagan, para impulsar el trabajo ideológico sobre las masas soviéticas y del resto de los países socialistas europeos.

Díaz-Canel seguramente ha leído varios artículos que circulan en las redes, donde erróneamente le atribuyen al libro de Dulles, “El arte de la inteligencia”, como muchos otros han repetido, pero lo que omitió ADN Cuba es la permanente actividad subversiva que desarrollan las agencias de inteligencia de Estados Unidos contra Cuba y otros países que tienen gobiernos no aceptables para los yanquis.

¿Por qué no destaca que el presidente cubano es el único que se reúne periódicamente con los sectores de la sociedad, para dialogar sobre los asuntos que preocupan y buscarle soluciones?

¿Cuándo un presidente yanqui hace algo similar, si Joe Biden se negó a responderle a un periodista que recientemente le preguntó sobre la retirada de Afganistán, delante de las cámaras de la TV?

Ese gesto grosero y de prepotencia, no fue comentado por ADN Cuba, algo que evidencia la ausencia de diálogo del presidente yanqui con la prensa.

Orlando Gutiérrez-Boronat, coordinador de la llamada Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC), debería preocuparse por las acciones terroristas que ejecutan sus “socios” de la mafia anticubana, que han ensangrentado al pueblo cubano y sus ejecutores, que residen libremente en Miami. No debería perder tiempo en buscarle gazapos al presidente cubano y conocer mejor la realidad de la actividad subversiva desarrollada por la CIA contra la Revolución cubana.

¿Buscará este personaje, que vive del dinero asignado anualmente por la Casa Blanca para sus acciones contra Cuba, los planes secretos de la CIA, en los que se plasman las tareas más tenebrosas que se puedan imaginar, desde planes de asesinato de líderes cubanos, hasta actos terroristas contra las industrias, centros de servicio, fábricas, escuelas, centros comerciales, teatros, hoteles, restaurantes y la voladura de aviones civiles?

¿Y los planes para subvertir a los jóvenes cubanos, mediante las becas otorgadas por universidades estadounidenses, que no ocultan los objetivos que persiguen sus clases para “educarlos sobre la democracia y las habilidades de liderazgo”; “promover debates sobre una transición democrática en Cuba”; “inducir una mayor libertad de expresión y escritura independiente entre los intelectuales cubanos”, y fortalecer el liderazgo y las habilidades organizativas de los grupos políticamente marginados en Cuba”, entre otros temas, no es lo mismo que corromperla ideológicamente para que estalle como el capullo de una flor, o sea desde el centro de la sociedad?

Perversidad hay en todos los planes de la CIA contra Cuba, y solo Boronat tiene que leer lo que hizo Eduardo Arocena, miembro de la organización contrarrevolucionaria Omega 7, vinculada a la CIA,  liberado recientemente por Joe Biden, de las dos cadenas perpetuas que cumplía por terrorismo y asesinatos, pero considerado “un héroe”, por una buena parte de los emigrados de Miami, a pesar de que sobre sus espaldas recaen al menos dos asesinatos, treinta explosiones en Nueva York, Nueva Jersey y Florida, más la introducción en la Isla de enfermedades como el Dengue Hemorrágico, causante de la muerte de 158 personas, de ellos 101 niños, más 344 mil 203 enfermos, según consta en sus declaraciones recogidas en la página 2189, Corte Federal de NY, expediente 2-FBINY 185-1009.

Los crímenes contra Cuba no son parte de una novela tenebrosa, es una realidad que el pueblo ha enfrentado, como las acciones de la contrarrevolución fabricada y financiada por Estados Unidos para destruir desde adentro al socialismo, algo que ADN Cuba pasa por alto.

ADN Cuba debería publicar hoy 11 de septiembre un recordatorio del asesinato del diplomático cubano ante la ONU, Félix García Rodríguez, ese día en 1980, a manos del asesino Eduardo Arocena, en plena esquina de Queens Boulevard y la 55 calle, New York, noticia de más relevancia que la crítica insustancial al presidente cubano.

Recordemos a José Martí cuando afirmó:

“No es bueno dejar nunca una injuria por el aire”

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