Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- “[...] queremos una crítica responsable. Y a pesar de las posibles consecuencias, todo es mejor que la ausencia de críticas” —Fidel Castro a Ignacio Ramonet


En la primera versión de este rótulo (1), partí de una tesis de José Martí, a saber: “[…] Criticar no es morder, ni tenacear, ni clavar en la áspera picota; no es consagrarse impíamente a escudriñar con miradas avaras en la obra bella los lunares y manchas que la afean; es señalar con noble intento el lunar negro, y desvanecer con mano piadosa la sombra que oscurece la obra bella. —Criticar es amar [en la perspectiva del progreso humano]” —estas y demás negritas son mías.

En aquella ocasión, me detuve en la Introducción de los Objetivos de trabajo aprobados en la Primera Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba (PCC —Partido dirigente) a finales de Enero de 2012 según la cual “en un marco de respeto y compromiso [debemos dejar en claro] ideas y conceptos diversos, de modo que las discrepancias se asuman como algo natural”; y signifiqué que en ese documento consta igualmente:

Objetivo No. 15. Fomentar el ejercicio de la crítica y la autocrítica en el lugar adecuado, en forma correcta y oportuna, bajo el principio de que en el Partido todos tienen derecho a criticar y nadie está exento de ser criticado. Eliminar la práctica de aceptar autocríticas que en realidad son puras justificaciones; enfrentar y sancionar acciones de represalia contra los que critican. Las medidas disciplinarias deben responder al concepto expresado por el compañero Fidel de no ser tolerantes ni implacables”.

En la misma oportunidad, hace más de un quinquenio, consideré/considero inaceptable y repudiable colgarle un “San Benito” a una persona (acusarla porque sí, sin pruebas irrefutables de sus faltas —una de las características de la “otra ¿oposición?”, además del mal hacer cotidiano). Lamentablemente, son numerosas las experiencias amargas en tal sentido, sin despreciar el pasaje en el cual haya sido ¿violado? el criterio de “lugar adecuado, en forma correcta y oportuna”; al tiempo que destaqué:

Por un lado, es peor el asunto en el momento en que alguien se cree que tiene el derecho de intentar aplastar al contrario a contrapelo de sostener fundamentos endebles y/o en contrapunteo con el sentir popular —arma que utilizan, por ejemplo, oportunistas con responsabilidades determinadas en nuestro sistema político-administrativo y/o sujetos con una especie de posibilidad de influir a su antojo desde sus escenarios respectivos.

Por otro, es abominable si a ello se agrega represalias por sentir una opinión supuestamente contraproducente respecto a una idea que un/a “infalible” defiende, incluyendo una suerte de “cacería de brujas” (perseguir a un ¿enemigo? “de forma extremadamente sesgada e independiente de la inocencia o culpabilidad real”); mientras que acoté: sé perfectamente qué clase de planteamiento comparto en este instante con mis lectores/as.

Asimismo, en aquel momento formulé qué es la Crítica revolucionaria —hoy, proactiva: encontrar el sentido positivo que esté implícito en la alusión contraria a lo que se profesa y/o se defiende; precisar tanto como humanamente sea posible dónde radica lo que se percibe como errado, desatinado, insuficiente; y además, situar todas nuestras energías en procurar hacer propuestas con sensatez tendientes a encontrar solución al problema objeto de análisis.

A la sazón, estaba/estoy imbuido en la necesidad de que nuestra Vanguardia ideo-política sea más y más carne-sangre-sudor-lágrimas-corazón-latir del ciudadano/a común que hace posible la propia Revolución Cubana; sin obviar el combate a la ¿oposición? farsante que escapa a la “nueva” ¿izquierda? que desde el patio le sirven en bandeja de Plata al enemigo de nuestro Socialismo y a la llamada disidencia cubana alimentada por Washington.

Unas semanas después, rubriqué la segunda versión de este rótulo (2) a propósito de “Terapia de congreso”, firmado por Harold Cárdenas Lema, donde encontré algunos pasajes que no pasé por alto para una mejor comprensión del lector/a. Puntualmente, desmonté algunas ideas de ese autor como la relacionada con que “no se debe escribir sobre el Partido o los dirigentes” e ilustré con “Cuba: documentos del VII Congreso de su Partido dirigente” y con “Parabienes a Fidel Castro” —y posteriormente, con “Cuba: su Partido dirigente, al margen de apología” (3).

Hoy, al retomar el tema, resalto una vez más que es toda una Enhorabuena la perspectiva del último Congreso de nuestro Partido dirigente, según su Informe Central, las Resoluciones que aprobó y el Discurso de clausura; destaco la impronta del Comandante Che Guevara en esa cita partidista, a tono con Fidel Castro; y acentúo el desafío que ello representa para los Directivos/masas populares de la Isla (4); sin  soslayar mi examen a propósito del compendio “Ideas, conceptos y directrices del 8vo Congreso del PCC” (5).

Particularmente, de ese compendio enfaticé/enfatizo un par de párrafos sobre la “Actividad Ideológica”:

“La Revolución ha dado sentido a términos que no debemos abandonar en nuestra voluntad de enfrentar y transformar el contexto: defendamos la prestancia, el prestigio, la dicha, la decencia, los derechos, la eficiencia, la calidad, la cultura del detalle, la belleza, la virtud, la honra, la dignidad y la verdad en todo lo que nos proponemos y hacemos [además del 'fortalecimiento de los valores éticos y morales que nos han traído hasta aquí']”.

“Fidel nos enseñó no solo que la cultura es lo primero que hay que salvar, sino que para salvarla tenemos que ser interlocutores constantes de nuestros intelectuales y artistas./ El aprendizaje en los campos de la política y la ideología concierne a todas las fuerzas que participan en un proceso. Lo imperdonable no es haber cometido errores en los años precedentes o ahora mismo, lo imperdonable sería no corregirlos”.

Entretanto, subrayo unas consideraciones de Fidel y Raúl sobre la cuestión de marras: el primero, nos enseña: “[…] La Revolución puede ser perfeccionada, aceptamos la oposición dentro de la Revolución; no aceptamos la oposición contra la Revolución” (6); y el segundo, nos alumbra:

“[…] si tenemos un solo partido debemos promover, en su funcionamiento y en general en nuestra sociedad, la más amplia democracia y un permanente intercambio sincero y profundo de opiniones, no siempre coincidentes, estrechar el vínculo con la masa trabajadora y la población y asegurar la participación creciente de los ciudadanos en las decisiones fundamentales” (7).

En tal escenario, no solo acredito la conveniencia de que en Cuba nos distanciemos de los errores cometidos y luchemos contra los “errores” en la construcción de la irreversibilidad de nuestro Socialismo (8) sino también lo que reitero a continuación:

Hemos de ser capaces de aprovechar a los “tanques pensantes” de nuevo tipo que colocan sus conocimientos al servicio de las políticas públicas; hemos de jerarquizar las “investigaciones científicas sociales” para “saber cómo somos los cubanos”; y debemos lograr que constituya una práctica sistematizada que los resultados del quehacer científico sean demandados y/o utilizados frecuentemente por los decisores —modo de “Amamantar la Identidad Nacional Cubana” (9).

Concluyo: si para Martí “Criticar es amar [en la perspectiva del progreso humano]” y un ejercicio de esa naturaleza debe incluir la acción proactiva; si desde el liderazgo partidista y estatal de Díaz-Canel se distingue un quehacer incluyente de todos los cubanos/as que le ponemos “corazón a la Patria, a la Revolución, al Socialismo” (10); entonces, con el Magisterio de Fidel debemos “desarrollar mucho más el espíritu crítico”, estimular “al máximo ese espíritu crítico” y querer/explicitar “una crítica responsable. Y a pesar de las posibles consecuencias, todo es mejor que la ausencia de críticas” (11) para defender/enriquecer nuestro Partido dirigente, el PCC —más, de cara al Concepto de Revolución (12). ¡Amén!

Referencias:

1.- http://kaosenlared.net/cuba-la-critica-y-el-partido-dirigente/.

2.- http://historico.cubainformacion.tv/index.php/la-columna/249-noel-manzanares-blanco/68439-cuba-la-critica-y-el-partido-dirigente-ii.

3.- https://kaosenlared.net/cuba-su-partido-dirigente-al-margen-de-apologia/.

4.- https://www.cubainformacion.tv/la-columna/20210422/90986/90986-cuba-el-pulso-en-el-2021-7.

5.- https://www.cubainformacion.tv/la-columna/20210609/91714/91714-cuba-el-pulso-en-el-2021-10.

6.- http://www.fidelcastro.cu/es/entrevistas/la-crisis-de-octubre-entrevista-con-nbc.

7.- http://www.granma.cu/octavo-congreso-pcc/2021-04-17/informe-central-al-8vo-congreso-del-partido-comunista-de-cuba-17-04-2021-05-04-12.

8.- https://www.cubainformacion.tv/la-columna/20210809/92716/92716-cuba-errores-y-errores-en-su-socialismo-2.

9.- https://www.cubainformacion.tv/la-columna/20210906/93096/93096-cuba-el-pulso-en-el-2021-12.

10.- http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2021-07-17/la-revolucion-cubana-borro-para-siempre-las-semillas-de-la-maldad-del-odio-del-deshonor-y-el-crimen.

11.- http://www.fidelcastro.cu/sites/default/files/documentos/libros/cien_horas_con_fidel.pdf.

12.- http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html.

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