Cristóbal León Campos - Cubainformación.- La mitificación que sobre la figura de Ernesto “Che” Guevara recae, ha generado la divulgación generalizada de su imagen como un ser fetichizado, al exaltarse aspectos de su personalidad mientras se ocultan sus ideas. Para el capitalismo es un producto más, explotable y carente de valor real. Pero también dentro de algunos sectores de la izquierda sus postulados y principios concretos quedan en el olvido relegando su ideario revolucionaria-socialista.
El estudio del marxismo latinoamericano es un pendiente, tanto en las academias como en el seno de los movimientos sociales actuales. Los contextos donde surge, las raíces que lo nutren, sus interpretaciones heterodoxas de la realidad, su confrontación con las hegemonías tanto imperialistas como del propio movimiento revolucionario, hacen del marxismo latinoamericano una ventana de la filosofía surgida como respuesta a la dominación, explotación y marginación, tanto intelectual como material, que se ha vivido y vive aún, con sus particulares aportaciones autóctonas de nuestra América.
Es en ese marco, en el del movimiento filosófico y político, donde tiene su nacimiento el pensamiento del “Che”. Éste es un hecho concreto que se niega para dar lugar a la idea de un idealismo especulativo, con el fin de denostar o rebatir la profundidad de las reflexiones guevaristas. Contrario a lo que se divulga en las cúpulas del poder, la verdadera raíz de los ideales y reflexiones del “Che”, surgen de la realidad concreta latinoamericana y se nutren del contacto que tuvo con ella. Es decir, no son formulaciones de escritorio, son verdaderas miradas directas y palpables de la explotación, la marginación y la permanente negación de la vida humana que desde tiempos de la conquista se padece en nuestra Patria Grande.
El “Che” conoció la América nuestra, la hizo suya, se convirtió en un “Soldado de América” y encaminó su praxis a la transformación de la realidad para el mejoramiento humano. Su obra intelectual está ligada con sus pasos en la vida y su vigencia tiene origen en ese mismo hecho, en el trágico acontecer continuo de la agonía humana en el seno del capitalismo. La travesía en dos viajes que realizó por Suramérica y Centroamérica, previa a su incorporación definitiva a la causa revolucionaria en Guatemala, le permitieron entender de manera directa los padecimientos de obreros, campesinos, indígenas, mujeres y hombres, quienes estaban confinados en los rincones más recónditos de la geografía nuestra (esos mismos rincones a los que jamás llegarán quienes hoy niegan su vigencia y aportaciones). Ahí también, en medio del olvido histórico de los vilipendiados, se reafirmó en el “Che”, algo que lo distinguió desde su juventud: su pasión por la lectura.
Los libros que fue encontrando o le fueron proporcionados por quienes convivieron con él en estos dos viajes, abrieron su pensamiento hasta alcanzar la confirmación de su tendencia socialista y marxista, hecho que el mismo “Che” reconoce en distintas cartas enviadas durante su derrotero dirigidas a su madre. En esas misivas hablaba del estudio de obras y lectura de autores, sobresaliendo Marx, Engels y Lenin, además, de libros como Siete ensayos de la interpretación de la realidad peruana de José Carlo Mariátegui, textos que concretarían su formación con su accionar en el movimiento emancipatorio el cubano. El “Che” se formó como marxista lejos de las aulas y en directa convivencia con la realidad estudiada; su praxis le dio las bases para la comprensión de las necesidades de nuestra América.
Lo asesinaron hace cincuenta y cuatro años, han pretendido aniquilar su ejemplo y virtud. Lo convirtieron en mercancía, moda y fetiche; pero se olvidaron que en cada uno de los marginados, de los vilipendiados y explotados, olvidaron que en cada indígena discriminado o en cada campesino despojado, en cada proletario (mujer y hombre) explotado, en la juventud que se rebela, en la madurez que persiste, en cada rincón del mundo en resistencia, Ernesto “Che” Guevara, nace y renace, cada día más fuerte, más revolucionario-comunista y mucho más vigente que nunca.
COMITÉ YUCATECO DE SOLIDARIDAD
CON LA REVOLUCIÓN CUBANA