Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Lo trascendido sobre los proyectos de leyes en el Parlamento, confirma la necesidad del protagonismo Diputados/as-sus electores/as
En la segunda parte de este rótulo, signifiqué que es imprescindible que no haya omisiones de los límites de los Derechos: es el caso de niñas, niños y adolescentes ante madres, padres y abuelas/os, a tono con los artículos 45 y 101 de nuestra Constitución; al tiempo que prometí aludir a la relación Diputados/as-sus electores/as en este asunto (1). Me dispongo, pues, a saldar esa deuda.
Ante todo, aplaudo el tratamiento de indicadores del Anteproyecto de marras en nuestros medios de comunicación. Es el caso, por ejemplo, de “Los cuidados bajo la lupa, puntos clave en el nuevo Código de las Familias” donde resalta que en Cuba, “con más de un 20% de envejecimiento demográfico, el cuidado se posiciona como reto urgente y con él, los impactos diferenciados que trae para la población femenina” (2).
Al respecto, se complementa en “Lo que quedó por decir en la Mesa sobre los Cuidados y el Nuevo Código de las Familias” que destaca: “Se apuesta por el establecimiento de un Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida y este Código, la Constitución y las otras transformaciones legislativas que han tenido lugar en el país fortalecen las bases estructurales que sostendrán la propuesta” (3).
Sin embargo, mi razonamiento pierde entusiasmo al constatar la parquedad con la que se informa otros aconteceres sobre el futuro Código de las Familias. Me explico.
Debo decir que postergué el tratamiento de estas líneas precisamente porque esperaba contar con el examen de los integrantes de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) sobre el Anteproyecto en cuestión (4). Pero para mi sorpresa/perplejidad en “Diputados analizan proyectos de leyes previo a su presentación en el Parlamento cubano” apenas se difundió el siguiente párrafo:
“Durante la jornada también fue presentado el proyecto de Código de las Familias, norma que pondera un enfoque plural, inclusivo, sobre la base del respeto y la defensa de todos los derechos para todas las personas, un Código que ampara todos y cada uno de los modelos familiares existentes en nuestra sociedad” (5) —las negritas son mías.
Me resisto a creer que nuestros asambleístas en la ANPP dejaron de reflexionar con la profundidad que demandaba el segmento de debate correspondiente a ese importante documento. No obstante, formulo un sistema de preguntas con el ánimo de analizar/enriquecer acerca del tema:
¿Por qué razón en “Diputados analizan proyectos de leyes…” solo se divulgó un párrafo que esboza la “norma que pondera” el venidero Código, en menoscabo de la riqueza del examen que seguramente exhibieron nuestros/as Parlamentarios/as?
¿Alguien se cree el cuento de que a esta altura nuestros/as Plenipotenciarios/as carecen de argumentos para un análisis proactivo del proyecto de Código de las Familias sometido a sus atenciones?
¿En qué medida nuestros/as Diputados/as contaron/cuentan con las percepciones de sus electores/as en este orden de sentipensamiento, en el supuesto de que intercambiaron previamente con quienes les eligieron —si estaba programado hacerlo?
A propósito, saludo los encuentros del miembro del Buró Político de nuestro Partido Comunista y Presidente de la ANPP, Esteban Lazo, “con pobladores, trabajadores, el delegado y el presidente del consejo popular de la comunidad de Hatibonico, en el municipio de Caimanera” de la provincia Guantánamo (6); aspecto devenido modelo para nuestros legisladores/as en todo el proceso de debate del Código de las Familias u otros proyectos de leyes en base a intercambios con su electorado.
Valga insistir en el magisterio de Fidel del año 1993 en este orden, a saber:
“A la población le quedó una idea: que los contactos [Diputados/as-sus electores/as] se mantengan […] representan al municipio y al distrito de donde provienen, tienen una doble representación, y no pueden olvidar el municipio ni el distrito que los eligió, ni pueden olvidar la necesidad de los contactos, cualesquiera que sean las obligaciones de los diputados a la Asamblea Nacional. Ya esa es una tradición que surge de esta experiencia” (7) —las negritas son mías.
Concluyo: más allá de lo positivo del nuevo Anteproyecto del Código de las Familias, lo trascendido sobre recientes proyectos de leyes en el Parlamento —en particular, lo concerniente al suceso que repercutirá en toda la etnia cubana— confirma la necesidad del protagonismo de nuestros/as Diputados/as respaldado por las consideraciones de sus electores/as como reflejo de la percepción de Fidel en tal sentido —y que se divulgue sus discernimientos. ¡Amén!
Referencias:
7.- http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1993/esp/f150393e.html.