Paco Azanza Telletxiki - Cubainformación - Baraguá.- Debo confesar que no me esperaba acusación semejante por parte del compañero Atilio Borón contra quienes han decidido abstenerse en las próximas elecciones de Chile y, obviamente, no votar por Boric. Borón apuesta por el menosmalismo, que ya se sabe adónde nos ha llevado en todo el mundo: al eterno e indignante sometimiento de la clase obrera por parte del capital.


Dicen de este candidato (Boric) que es de izquierdas, pero no lo es. Todo indica a que, en caso de resultar elegido, no será otra cosa que el enésimo gestor gubernamental al servicio de la oligarquía nacional y extranjera. Y eso será así aunque el hoy degradado Partido Comunista de Chile también forme parte de su Gobierno.

Borón ha tenido la desfachatez de utilizar a Antonio Gramsci y su “Odio a los indiferentes” para arremeter contra los abstencionistas que no creen en el circo electoral de la burguesía. Esto, sin duda, es un atrevimiento por su parte. Llamar indiferentes, porque no a van a votar, a no poca gente que ha estado en la primera línea jugándose los ojos y la vida en la pasada revuelta resulta del todo inadmisible. El sociólogo y politólogo argentino sabe muy bien que no lo son.

Atilio Borón se olvida de que, además de tachar de dictadura a Cuba, Nicaragua y a Venezuela, y de retirar su antiguo reconocimiento a la lucha llevada a cabo por el FPMR contra Pinochet, Boric es un candidato ajeno al pueblo que anunció que de ganar las elecciones no liberará a los presos de la revuelta. Aunque sólo fuera por ese motivo (lamentablemente no es el único), tienen todo el derecho, toda la razón y legitimidad para transmitir su rechazo a Boric con su abstención.

Dice Atilio Borón que la abstención electoral, o el voto nulo o en blanco “es un trágico error, que puede hundir una vez más a Chile en la barbarie”. Y lo dice como si desde el 12 de septiembre de 1973 a esta parte ya Chile no estuviese hundida en la barbarie. Con los llamados gobiernos de Concertación y la participación del Partido Comunista de Chile en ellos también lo estuvo.

A Atilio Borón le parece un gravísimo error abstenerse y no votar por Boric el próximo domingo. Considera que recurrir a la abstención es “lavarse las manos cual modernos Poncio Pilatos”, y que con esa actitud los abstencionista “facilitan el triunfo de la ultraderecha”. Su acusación de “indiferentes” es una aberración, además de mentira. En cuanto a lo de facilitar el triunfo de la ultraderecha, más de lo mismo.

Quienes facilitan el triunfo de las ultraderechas en América Latina, Europa y el resto del mundo son los gobiernos socialdemócratas, que nunca pasan de repartir unas migajas (limosna) al pueblo, mientras a la oligarquía nacional y extranjera les facilitan que sigan ganando dinero de manera insultante en detrimento de la clase explotada: la obrera.

Obviamente, llega el momento en que el pueblo se desencanta y se harta, y deja de votar a similares vendedores de peines para calvos. Eso es lo que está pasando en muchos países latinoamericanos, de Europa y del resto del mundo. Eso pasó y pasa en Chile, en Uruguay (con el liquidacionista Frente Amplio a la cabeza) y también en Brasil (Lula y el PT tienen mucha responsabilidad de que ahora esté gobernando Bolsonaro; no reconocer u obviar esta evidencia es apostar porque la masa empobrecida siga en tan caóticas condiciones de manera indefinida —Jorge Zabalza lo explica muy bien—. Podrá volver a ganar Lula pero, como buen socialdemócrata que es, acabará haciendo lo de siempre y llegará otro Bolsonaro).

Extrapolado al Estado español, según el criterio de Atilio Borón, para que no gane la ultraderecha representada por Vox y el PP, en las próximas elecciones la gente de izquierdas debería votar por el PSOE, que, lo pinten como lo pinten, es un partido de derechas.

Aquí tampoco importa que este partido creara los GAL con dinero público para asesinar a cerca de 30 personas, que apoyara el 155 en Catalunya, los intentos de  golpes de Estado en Venezuela; tampoco que, junto a la UE, trate de borrar a la Revolución Cubana, mantenga una Reforma Laboral que explota de manera humillante a la clase obrera para que la oligarquía pueda seguir acumulando grandes cantidades de dinero, o que se niegue a derogar la altamente represiva Ley Mordaza… En fin, la lista de agravios es interminable.

Personalmente, desoiría el “consejo” de Atilio Borón. Yo nunca votaría al PSOE, aún a riesgo de que gane Vox o el PP; tampoco al resto de partidos o formaciones políticas que siempre acaban apoyando con sus votos al partido de la rosa (marchita). Y, si fuera chileno, también optaría por la abstención; no votaría por Boric.

Atilio Borón me tacharía de “indiferente”; creo que Antonio Gramsci se carcajearía de tan ridícula acusación.

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