Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- En el próximo debate popular se espera/habrá diversos ángulos de mira que no necesariamente reflejen antagonismo
En la versión anterior de este rótulo, destaqué lo positivo del nuevo Anteproyecto del Código de las Familias y resalté la necesidad del protagonismo de nuestros/as Diputados/as respaldado por las consideraciones de sus electores/as como reflejo de la percepción de Fidel en tal sentido —y que se divulgue sus discernimientos (1). En este minuto, lo propagado da fe que cómo se satisface ese protagonismo y a ello le dedico las siguientes líneas.
Como punto de partida, debo consignar que si en un momento lo trascendido no hizo contar los planteamientos de nuestros Legisladores/as sobre la edición 23 del Anteproyecto del Código de las Familias (2) —ver “Diputados analizan proyectos de leyes previo a su presentación en el Parlamento cubano” (3)—, lo publicado en las últimas horas se distancia de lo anterior en cantidad y calidad.
Por ejemplo, en el apartado “Código de las Familias, una norma en perfeccionamiento” se da fe de las principales modificaciones realizadas al proyecto del documento y se precisan “las principales modificaciones tras el intercambio con diputados”, a saber: especial protección a la juventud y reconocimiento al papel de abuelos y otros parientes afectivamente cercanos.
Asimismo, el uso de técnicas de reproducción asistidas y las socioafectivas, y el orden de los apellidos: “El que quiera mantenerlo, lo mantiene, y el que desee que el primero sea el de la madre, también puede hacerlo. Esto no solo apunta a la igualdad de género, sino a intereses particulares como preservar determinado apellido. Que haya libertad para decidir no impone ningún modelo”.
También —entre otros importantes aspectos—, queda consignado que “El código garantiza el derecho de todas las personas a contraer matrimonio, sin distinguir orientación sexual ni género./ El Artículo 81 y 82 de la Constitución reconoce la pluralidad de los tipos de familias”; mientras que diversos integrantes de nuestro Parlamento se pronunciaban sobre este Anteproyecto y encomiaron lo alcanzado.
Puntualmente, una Diputada por Mayarí, María Armenia Yi Reina, “pidió a la comunidad cristiana [y a otros segmentos con la misma posición] no detenerse en un punto solamente del Código y aclamó: 'En un mundo que pudiéramos decir que la idolatría a las riquezas y el trabajo forzoso priman, reconozcamos que es un Código que apuesta por el amor, la solidaridad, la unión. Seamos más estudiosos de esta importante ley'” (4).
Entretanto, igualmente debo consignar que previo al reseñado análisis de lo acontecido recientemente en la Asamblea Nacional del Poder Popular tuvo lugar el III Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en cuyas conclusiones su Primer Secretario Miguel Díaz-Canel Bermúdez planteo:
“Otro frente de batalla se abre en el ámbito jurídico con el Anteproyecto del Código de las Familias, al que los enemigos de la nación están apostando como vía para quebrar el consenso vital de la sociedad cubana.
“La comunidad LGBTIQ+, los movimientos feministas y las congregaciones religiosas, cada uno desde una visión particular del tema, expresan la amplia diversidad que se mueve en torno a un proyecto que precisa de mucho humanismo. Contra esa posibilidad se mueven las matrices enemigas también, empeñadas en echarnos a unos contra otros” (5).
Y precisamente de ese III Pleno trascendió “Que la enseñanza del Marxismo y de la Historia sea parte natural de la vida cubana” (6), lance que me condujo a plantear: “Las tesis de Marx, Engels y Lenin —unidas a las de Martí, Fidel...— guían la construcción de nuestro Socialismo. Ello —unido a las enseñanzas de la Historia de Cuba y Universal— es sostén de la defensa/enriquecimiento de nuestra Patria Libre e Independiente” (consta en mi portal de FB).
Ahora, agrego: si dentro de las leyes de la dialéctica asumidas por Marx, Engels y Lenin se encuentra la concerniente a la unidad y lucha de contrarios (7), entonces es atinado sostener que ante el proyecto de Código de las Familias y su debate popular próximamente (8) ha de esperarse/habrá diversos ángulos de mira que no necesariamente reflejen antagonismo respecto a nuestro proceso emancipador al amparo del Concepto de Revolución de Fidel (9).
Otro asunto es que el examen del futuro Código de las Familias en nuestro país devenga alimento para “que los enemigos de la nación [lo utilicen] como vía para quebrar el consenso vital de la sociedad cubana”; un escenario al cual ni remotamente se acercará quien rubrica estas líneas (10). En su defecto, me pronuncio/convoco desde ya a votar a favor del Código de marras —más allá de algún desacuerdo con su articulado.
Concluyo: de cara al nuevo Anteproyecto del Código de las Familias que acaba de ser enriquecido por los asambleístas del Parlamento en Cuba, apuesto a que del debate popular que próximamente tendrá lugar se espere/habrá diversos ángulos de mira que no necesariamente reflejen antagonismo —menos, desde la perspectiva marxista, leninista, martiana y fidelista. ¡Amén!
Referencias:
7.- https://filosofia.org/enc/ros/unidad1.htm.
9.- http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html.