Cristóbal León Campos - Cubainformación.- Se ha rebasado los más de 300 mil fallecidos por Covid-19 en México al iniciar el 2022, eso, según las cifras oficiales. Los efectos devastadores de la pandemia siguen su curso y la presencia de la variante Ómicron incrementa el riesgo de un nuevo colapso económico; un escenario que ya hemos vivido. La historia pareciera repetirse, los países “desarrollados” del capitalismo europeo van cayendo nuevamente rendidos por el incremento en los casos positivos, el cierre de sus fronteras y de los centros no primordiales de trabajo, activando las alarmas en el mundo, siendo que en países como los latinoamericanos y caribeños esa fue la señal del problema que vendría y, para colmo, el Gobierno Federal mexicano vuelve a minimizar los datos y las evidencias del inicio de una cuarta ola.
La cancelación de vuelos en los principales aeropuertos internacionales, la saturación de los hospitales, la centralización egoísta de los procesos de vacunación a nivel global, la competencia entre los monopolios farmacéuticos, la utilización política de la información y el oportunismo vulgar de los imperialismos en su irracional competencia por la dominación, son aspectos ya padecidos y que ahora regresan a ponerse en la centralidad del debate, pareciera que nada se aprendió y que todo lo acontecido desde hace dos años no fuera suficiente, la crisis del capitalismo sigue su marcha y con ella la condena de la humanidad ante la falta aún generalizada de una perspectiva realmente emancipadora (socialismo) para la superación de esta agobiante situación. Y, justo aquí, es necesaria una acotación, pues es de notarse otra vez que Cuba, nación socialista, a pesar del recrudecimiento del bloqueo genocida y de los permanentes ataques del imperio estadunidense, sigue marcando el paso global en la producción autónoma de vacunas (cinco) y en la inoculación de toda su población, algo de lo que no pueden presumir ni los Estados Unidos ni las demás potencias de occidente.
Ante lo anterior, es de utilidad recordar la consabida frase de Carlos Marx con la que inicia El dieciocho brumario de Luis Napoleón (1852): “Hegel dice en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, como si dijéramos, dos veces. Pero se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa”. Un poco más adelante, el padre del socialismo científico reiterar la base de su concepción materialista de la historia: “Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidos por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado”. Ante el acontecer global, me parece muy claro que, si bien nada puede ser exactamente igual, todo va transcurriendo como si en verdad no hubiéramos aprendido ni lo más elemental para evitar la catástrofe que nos asola, aunque también es necesario reiterar, que mientras continuemos bajo la dictadura del capital, la humanidad seguirá rondando el abismo de su autodestrucción.
Las cifras y los discursos son muy claros, la grandilocuencia del poder capitalista se aleja de la necesidad básica del ser humano, la dignidad de millones de trabajadores y trabajadoras, así como del grueso de los sectores populares, solo puede reivindicarse dando el salto histórico construyendo un mundo sin clases y por lo tanto “sin explotados ni explotadores”.
COMITÉ YUCATECO DE SOLIDARIDAD
CON LA REVOLUCIÓN CUBANA