Los " otros" normalmente no viajan a Cuba a no ser que sea para concentrarse o manifestarse contra el gobierno legalmente constituído. Afortunadamente son unos pocos y que de seguro están casi todos los días conspirando cómo pueden desestabilizar al pueblo y consecuentemente a su gobierno. Como viene ocurriendo también en los países en que residen, como Barcelona, que cada dos por tres se concentran frente al consulado e increpan a sus funcionarios, etc. Ser anti-imperialistas es estar a favor del capitalismo-neoliberalismo que solo trae consigo destrucción de los puestos de trabajo y los que trabajan o tienen la suerte de hacerlo, son sometidos a largas horas de trabajo, de 12 a 14, eso sí, se supone que los tienen asegurados, salvo algunas muchachas que trabajan en casas de los altos burgueses y que casi todas son de otros países, como República dominicana, Colombia, Bolivia, etc. Mientras muchos de los políticos, sean del color que sean, se lavan sus manos, como Poncio Pilatos, ¿se acuerdan? Seguimos creyendo que los sindicatos de clase, UGT y CCOOpueden hacer algo más y muchísimo más para controlar esta lacra que de cada día es mucho mayor o tal vez sus consulados intinerantes.

La esclavitud sigue ahí, pero adquiere otras formas muy sutiles y  que da la impresión a los políticos o sindicalistas que la "película" no va con ellos. Pues sí, en parte  son culpables por no actuar debidamente contra esa lacra de burgueses adinerados.

Hay dos cosas a las que tenemos que hacer referencia, miedo y odio. Dos palabras que están en el ADN de muchos políticos. Miedo a perder la posición política y odio de los cubanos (pocos) que viven en el exterior.