(…) a ellos les interesa crear conflictos aquí, para hacer propaganda fuera de aquí.
Palabras del Presidente Fidel Castro sobre las provocaciones contrarrevolucionarias con el objetivo de realizar la Operación Peter Pan; puede leerlas en el libro Operación Peter Pan. Un caso de guerra psicológica contra Cuba. Autores: Ramón Torreira Crespo y José Buajasán Marrawi.
El Nuevo Código de las Familias de Cuba esta examinándose en todos los rincones de Cuba, se debate sobre ello para que su resultado lo refrenden los mismos que lo modelan, la población entera, que aquí es participativa. El Nuevo Código de las Familias es uno de los documentos más revolucionarios e inclusivos en Latinoamérica, y alcanza la altura de norma legal además de Constitucional.
Su condición de texto legal expresa la clara evidencia de profundización en el constante avance democrático de la Revolución Cubana, y es por ese significado por lo que ha sido uno de los principales blancos de ataques de la contrarrevolución en las últimas semanas.
La política de la Administración Biden, que no ha variado con respecto a la precedente, tiene entre sus blancos de ataque contra la Isla Soberana este Código de las Familias y el conjunto de Leyes que se someten a debate en la Asamblea Nacional del Poder Popular, y para sostener esa parte de su guerra continua, el gerente imperial está destinando fondos federales, dólares y más dólares.
El Instituto Nacional Democrático (NDI), declara que al menos ha puesto para la campaña contrarrevolucionaria mencionada 6.615.674 dólares (seis millones y seiscientos quince mil seiscientos setenta y cuatro dólares) con ellos realiza programas contra Cuba desde 2002 hasta 2021 (https://cubamoneyproject.com/
En 2020, la NED, conocida tapadera de la CIA, había destinado 500.000 dólares al NDI para la promoción de los derechos de las mujeres de cerrar las brechas de diferencias de género y el trabajo contra la violencia en estos.
Recientemente se conoció que miembros del denominado Consejo para la transición democrática en Cuba (CTDC), cuyo presidente es Jose Daniel Ferrer, se encuentran activos en varios proyectos en los que reciben financiamiento del NDI a través de la misma “madre”.
El CTDC pretende exponerse como el representante en el exterior de un supuesto gobierno de transición que le permita interactuar con organismos regionales, políticos y gobiernos, algo similar al llamado Proyecto Cuba próxima.
Y aquí encontramos a una tal Elena de Larrinaga de Luis, si quieren saber algo de ella aquí les dejo una nota donde pueden conocerla:
https://forocontralaguerra.
Para el 2022, el NDI cuenta con más de 20.000 dólares de fondos para el financiamiento y supervisión de los proyectos “Alianza cubana por la inclusión” (ACI), “Mujeres empoderadas” y “Monitor legislativo cubano”.
El proyecto “Mujeres empoderadas” tiene como objetivo formar supuestas líderes dentro del sector femenino en Cuba, las cuales deben a su vez replicar los conocimientos adquiridos dentro de sus respectivas organizaciones y promover proyectos en el interior de la isla.
Las participantes en el proyecto contrarrevolucionario reciben capacitaciones virtuales sobre redes sociales, seguridad informática, violencia de género, y elaboración de informes paralelos a los presentados por el Gobierno de Cuba.
Pero no se queda ahí la cosa, el proyecto “Mujeres empoderadas” trabaja con el “Observatorio de mujeres y política” perteneciente a la ONG Argentina “Transparencia electoral” y con la “Alianza cubana por la inclusión”, que integran las contrarrevolucionarias Marthadela Tamayo González y Zelandia de la Caridad Pérez Abreu.
Sigamos desenredando la madeja: El proyecto “Monitor legislativo cubano” trabaja con el “Observatorio legislativo de Cuba”, desarrollado a su vez por la ONG “Transparencia electoral”. En ambos proyectos trabaja el argentino Leandro Querido, presidente de dicha ONG y vinculado a sus paisanos anticubanos Micaela Hierro Dori y Hernán Alberro, que hasta no hace mucho trabajaba para el “Centro para la apertura democrática de América Latina” (CADAL).
El objetivo es incidir en el sistema universal de Derechos Humanos y temas relacionados con las Leyes que se encuentran en camino de ser aprobadas por la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) de Cuba durante 2021 y 2022, sobre todo con el Código de las Familias.
A partir de estos proyectos el CTDC elaboró un plan para el 2022 sobre tres líneas de acción estratégicas prioritarias: una línea de acción Constitucional, otra de Acción contra la violencia, destacando el tema de la violencia de género, y la tercera de acción a favor de los presos políticos.
Entre las líneas de acción respecto al Código de la Familia se encuentran las presiones por redes sociales para que los cubanos rechacen emotivamente dicho borrador de la norma legal, sobre todo explotando los puntos de conflicto respecto a la comunidad LGTBIQ y la Iglesia, y lo referente a los menores de edad y el supuesto papel invasivo del Estado en las familias.
Además de la presión mediática, figuras del CTDC como Iris Ruiz son encargadas de contactar personas en Cuba sobre todo fuera de La Habana, buscando generar focos de tensión y enfrentamiento en los debates que se realizan desde febrero hasta abril del presente año.
En 2022, un año de elecciones de medio término en EEUU, pudiera ser un nuevo impulso para el financiamiento a la subversión en Cuba, y las diferentes agencias lo saben, por eso el NDI y “madre” no escatimarán esfuerzos por recabar recursos e impulsar su maquinaria de odio y dinero.