Gerardo Moyá Noguera*.- Zelenski, como todos sabemo, es de origen judío, pero parece ser que se ha quitado la camisa de tal y su gobierno, el cual representa, tiene alguna representación neonazi que viene de la historia de la extrema derecha nacionalista ucraniana.
El cómico presidente de Ucrania está apoyado por las fuerzas occidentales y por el imperio/EEUU desde que se inició la guerra contra Rusia. Ucrania al parecer es uno de los países más corruptos del planeta tierra, ya que el magnate Igor Kolomoisky, de origen judío también, es uno de los principales financistas de los batallones neonazis Azov, Aidar y Dnípro, todo esto hemos de tenerlo muy presente. En fin, que los neonazis lo han doblegado a su favor, digamos. Siempre estará presente la condecoración de la orden héroe de Ucrania a Dmytro Kotsyubaylo, que junto al batallón Azov se destacó por sus crímenes de guerra contra niños, mujeres y ancianos, o sea, contra la población civil, el pueblo. No podemos olvidar nunca que fueron los extremistas ucranianos los que quemaron vivos en la casa de los sindicatos de Odesa a 45 civiles de origen ruso durante las protestas populares en el suroeste de Ucrania en el año 2014. Zelenski, según manifiesta ahora, dice que su intención es la de no instalar en su territorio a la OTAN, cosa que no nos creemos por ahora. Sigo pensando que ésta es una guerra económica y por la supremacía.