Gerardo Moyá Noguera*.- Claro que funciona la diplomacia o los diplomáticos, que es lo mismo. Sobre todo cuando quieren. Por ejemplo, hoy el diario Última Hora en su sección de "breves" dice lo siguiente: "Liberan a un preso estadounidense detenido en Rusia".
Tanto Joe Biden como Putin se han puesto de acuerdo en intercambiar presos que están en sus cárceles, mientras las delegaciones de Ucrania y Rusia con el árbitro tunecino y sus, claro, diplomáticos no se han puesto de acuerdo en finalizar la guerra, que según Putin, el zar ruso, puede convertirse en una guerra nuclear e incluso mundial. Según manifiesta el señor Biden el tal Reed (preso en la federación rusa) estaba ya en libertad, después de tres años de detención. La prensa no dice ni dirá nada más al respecto. Del ruso por supuesto que no sabremos nada, así es la prensa "libre" occidental, informa de lo que le da la gana y además en ocasiones no dice toda la verdad, que son las peores mentiras del mundo. Conclusión: ¿Para qué están los diplomáticos? Están para obedecer al que tiene simplemente el poder y el dinero, nada más. No siempre es así, hay muy, pero muy pocos, que deciden por ellos mismos, pero estos no suelen repetir en su delegación como diplomáticos. Así es la diplomacia hoy día y casi siempre.