Por Arthur González/Martianos-Hermes-Cubainformación.- No sorprende que una monja católica manifieste criterios que responsabilizan al gobierno revolucionario de las limitaciones y carencias que padecen los cubanos, sin tener en cuenta las leyes impuestas por Estados Unidos contra Cuba, ni condenar esas conductas.
Las declaraciones a la prensa y en las redes sociales, de Sor Nadieska Almeida, madre superiora de la orden religiosa católica Hijas de la Caridad en Cuba, evidencian ignorancia y parcialidad, para no calificarlas de mala fe, aunque así lo parezcan.
Todo indica que nunca se ha leído una sola de las leyes impuestas contra la Isla desde 1959, que persiguen:
Causar daño, debilitar la vida económica de Cuba, negarle dinero y suministros al gobierno revolucionario con la finalidad de disminuir los salarios reales y monetarios, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno, mediante el desencanto y el desaliento.
Esto no es propaganda comunista, es parte de un documento oficial elaborado por un funcionario del Departamento de Estado, fechado el 6 de abril de 1960.
Tales acciones dan mucha rabia, dolor e impotencia, porque van dirigidas a matar por hambre y enfermedades a toda una nación, violando sus derechos humanos. Eso no se lo merecen los cubanos.
Antes de responsabilizar al gobierno cubano de las limitaciones que atraviesa la salud pública, debería leerse la Ley de Comercio con el Enemigo, (TWEA), de 1917, sección 5.b, impuesta a Cuba desde enero de 1961, la cual prohíbe cualquier tipo de transacción comercial o financiera, incluidas las relativas a viajes, transportes o negocios. Cuba es el único país del mundo que sufre las sanciones económicas y comerciales de Estados Unidos en virtud de las disposiciones de esta ley.
La Ley de Cooperación Internacional de 1961, sección 620.a; Regulaciones al Control de los Activos Cubanos de 1963; Ley para la Democracia en Cuba de 1992, conocida también como Ley Torricelli; Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubanas de 1996, (Ley Helms-Burton) y la Ley de Sanciones Comerciales e Incremento del Comercio, de 2000.
Parece que quien manifiesta sufrimiento por las penurias de los cubanos, no sabe nada de las restricciones impuestas por la guerra económica aplicada desde 1962, dirigidas a privar a Cuba del acceso a medicamentos, nuevas tecnologías científicas y médicas, alimentos y hasta el tratamiento químico del agua y la electricidad.
La Ley para la Democracia Cubana de 1992, insta a los gobiernos de terceros estados a abstenerse de fomentar el comercio y el otorgamiento de facilidades financieras a Cuba.
El pueblo de Cuba no se merece tales sanciones, solo por defender su soberanía frente al imperio.
La religiosa debería conocer que la cifra de niños y niñas que padecen de enfermedades cardiacas, en espera de un tratamiento adecuado en un hospital pediátrico cubano, aumentó después que Cuba fuera impedida de adquirir el equipo médico necesario para su tratamiento en empresas radicadas en Estados Unidos, pues estas se negaron a venderlo debido a las restricciones y sanciones impuestas por el Bloqueo.
La Organización Mundial de la Salud informó que la falta de acceso a los productos fabricados por empresas estadounidenses como Saint JudeMedical, Boston Scientific y Amplatzer, imposibilita ofrecer una atención adecuada a pacientes gravemente enfermos que necesitan un marcapasos, válvulas protésicas Saint Jude o dispositivos de oclusión de tabiques cardíacos.
Esto no se lo merecen los cubanos y por eso anualmente las Naciones Unidas exigen el cese del criminal Bloqueo económico, comercial y financiero que dura más de medio siglo, sin que a los yanquis les importe que mueran seres humanos que son hijos de Dios.
¿Por qué no condena esas leyes criminales y las 240 sanciones que son responsables de la escasez de medicamentos y equipos que afectan el tratamiento de niños, niñas y adultos que reciben en el Instituto Nacional de Oncología y Radiología?
Según UNICEF, fue imposible comprar para Cuba un escáner de tomografía por emisión de positrones y tomografía computadorizada, equipo de tecnología avanzada necesario para el tratamiento del cáncer, sólo fabricado por tres empresas en el mundo, ninguna de las cuales fue autorizada a negociar con Cuba por las leyes estadounidenses.
Los cubanos viven en un estrés constante por las crecientes limitaciones, incluso durante la pandemia de la Covid-19 el gobierno yanqui impidió la compra de medicamentos e insumos para enfrentarla y aún así Cuba logró 4 vacunas de las que también se benefició la monja, pero de eso no habla.
Basta de doble moral y engaños a la opinión pública y condénese realmente a quien comete la injusticia, estimula y financia las acciones terroristas que asesinan a inocentes, como fue el caso del buque La Coubre, la voladura del avión de cubana de aviación, los maestros asesinados en el Escambray, las bombas en centros comerciales y hoteles, la introducción de enfermedades como el Dengue, la Meningitis y muchas acciones más.
¿Pretende manipular la religión y mentir para atacar a la Revolución?
Antes debería tener presente lo que dijo el apóstol San Juan, 8-32: “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.
Evidentemente padece de mucha ignorancia sobre las acciones ejecutadas contra Cuba, que buscan hacerle creer a muchos que el socialismo es responsable de las penurias del pueblo, pero la verdad nos hace libres, al conocer un documento de la CIA que afirma:
“El principal objetivo de los programas encubiertos contra Castro es completar el aislamiento económico, político y psicológico de Cuba respecto a América Latina y al mundo libre. Estas medidas han sido en buena parte responsables de las actuales dificultades económicas de Castro, pero pudieran adoptarse nuevas y eficaces medidas de Guerra Económica”.
Los cubanos y cubanos no nos merecemos esto y menos aún que una religiosa se preste para mentir y engañar al pueblo. Hay mucho dolor acumulado en 63 años, pérdida de seres queridos, niños separados de sus padres por la triste Operación Peter Pan, apoyada por el clero católico cubano, enfermos que pudieron sanarse y muertos inocentes por las sanciones de Estados Unidos.
Sería productivo que la reubicaran en un país de Centroamérica, Colombia o Brasil para constatar como mueren seres humanos por falta de atención médica, niños que no pueden estudiar al tener que trabajar, muertes por el consumo de drogas o las masacres ejecutadas por bandas criminales, algo que no sucede en Cuba, razón por la cual Estados Unidos mantiene sus sanciones para evitar el ejemplo de esta Isla soberana.
Por eso el Council on Foreign Relations asegura:
“La oposición de Estados Unidos a la Revolución cubana y el apoyo a la democracia y al desarrollo en este hemisferio, lograron frustrar las ambiciones cubanas de expandir su modelo económico e influencia política”.
Cesen las leyes criminales y dejen vivir en paz a los cubanos que sí merecen una vida mejor.
José Martí expresó:
“La ignorancia es la garantía de los extravíos políticos”
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