Gerardo Moyá Noguera*.- Sin odio alguno, ni olvidamos ni perdonamos el tenebroso día 12 de septiembre del 58 en el que dos heroínas de la revolución cubana, Lidia Doce y Clodomira Acosta fueron detenidas por uno de los esbirros del dictador Batista y posteriormente introducidas en autos patrulleros para ser conducidas a un edificio de la calle Rita, en el reparto Juanelo de La Habana.
Dos días después, o sea, el 14 de septiembre el criminal y esbirro Julio Laurent, jefe del servicio de inteligencia naval, que además fue un criminal siempre a las órdenes del dictador Batista, las maltrato considerablemente y tanto lidia como Clodomira no delataron a ninguno de sus compañeros de lucha y entonces fue cuando el sicario-esbirro Julio las introdujo a las dos en un saco con arena para después hundirlas en el mar. Según el diario Cubainformación Lidia Doce fue sumergida dos veces, la última de ellas casi sin vida, falleciendo unos minutos después.
Tanto Lidia como Clodomira fallecieron el día 17 de septiembre a manos de los sicarios-esbirros del dictador Batista. La terrible dictadura de Batista siempre a la caza de ambas heroínas de la revolución cubana a las que se les acusaba del secuestro de la Virgen de Regla, tal secuestro fue una excusa para ajusticiarlas terriblemente. Comencé este escrito afirmando que no perdonamos ni olvidamos nunca jamás a los próceres mártires, entre otras cosas, porque es de obligado cumplimiento ni olvidar ni perdonar y sí recordar a nuestros mártires como estas dos heroínas admiradoras de Che y Fidel. QEPD
Presidente de la Casa de Amistad Baleares-Cuba
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