Gerardo Moyá Noguera*.- Afortunadamente. Che que pronto se cumplirán 55 de su asesinato por los títeres bolivianos y la CIA y el ex presidente del imperio/EEUU, de aquellos tiempos, como digo, lo asesinaron el 9 de octubre de 1967, siendo sus últimas palabras: "no tiemble, que solo va a matar a un hombre", dirigidas al asesino que le disparó el tiro de gracia, han pasado a la historia, como su ejemplo que fue constante, sobre todo cuando fue director del Banco Nacional de Cuba y como ministro de industria del gobierno revolucionario cubano.
Muchos días lo vimos en la recolección con los trabajadores de la caña de azúcar y otros menesteres. Che es un hombre excepcional como pocos hay en la historia, no sólo cubana sino también en Rosario (Argentina) donde vio sus primeras luces.
Me acuerdo, ahora mismo, de la carta enviada al invicto comandante Fidel Castro cuando se despidió de él, cuando se iba a batallar a otros continentes, como Bolivia. Seguimos en la creencia que su apresamiento y posterior fusilamiento fueron obra de algunos traidores bolivarianos e incluso el partido comunista bolivariano le negó su ayuda en estos momentos tan difíciles y de lucha contra las tiranías latinoamericanas de aquel momento. Che tuvo la total gallardía de seguir adelante y morir por una causa, la causa revolucionaria que tanta falta nos hace hoy en el mundo.
Presidente de la Casa de Amistad Baleares-Cuba
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