Gerardo Moyá Noguera*.- Fue en los tenebrosos tiempos del trigésimo sexto presidente del imperio/EEUU, JBJ por más señas, que Che fue asesinado, ahora va hacer 55 años de su desaparición física, dirigida por la CIA norteamericana y llevada a cabo por ellos y algunos títeres-traidores bolivarianos. Sabemos que el partido comunista de Bolivia no le dió su apoyo que el Che les solicitaba en aquellos momentos tan importantes y decisivos en la guerrilla que Che era su comandante.
Un pocos meses antes, Che, había tenido un encuentro en México, con el invicto comandante en jefe Fidel Castro Ruz y desde aquel instante surgió entre ellos dos una amistad inquebrantable. Che, viajó junto a Fidel y 86 más combatientes en el yate Granma, no sólo como médico que era, sino también como un tripulante más del yate Granma. Su ejemplo fue extraordinario en todos los momentos de su vida y perdura y perdurará para siempre. El asesinato por los esbirros sucedió cuando a penas tenía 40 años, porque como muchos recordaremos Che nació en la ciudad de Rosario (Argentina) en 1928, la misma ciudad en donde nació su amigo y compañero de viajes Alberto Granado y que juntos realizaron un viaje por Latinoamerica. De este viaje tan maravilloso nació la película "Diarios de una motocicleta", ya que hicieron ambos su viaje montados en una Norton. Alberto Granado recuerda y recordará siempre las palabras dichas por Che que le dejó en un libro dedicado, las siguientes: "No sé qué dejarte. Te obligo, pues, a internarte en la caña de azúcar. Mi casa rodante tendrá dos patas otra vez y mis sueños no tendrán fronteras, hasta que las balas digan al menos. Te espero, gitano sedentario, cuando el olor a pólvora amaine.". Che. Sobran más palabras.
Presidente de la Casa de Amistad Baleares-Cuba
La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación.