Artur González / Heraldo Cubano.- Desde 1959, el sector cultural es un blanco de Estados Unidos para atacar a la Revolución cubana, pero en los últimos años el dinero asignado a organizaciones como la USAID y la NED, para financiar a grupos en ese medio se ha incrementado, con el marcado propósito de conformar un frente contrarrevolucionario que sume a las jóvenes generaciones.
Para no dejar dudas del accionar yanqui, basta citar un amplio informe elaborado por su embajador y el jefe de la estación CIA en La Habana, del 14 de abril de 1959, con un conjunto de propuestas para ejercer influencia subversiva y reclutamiento en sectores priorizados de la sociedad cubana, entre ellos el cultural y cómo había que enfrentar las actividades comunistas en el campo cultural y en los medios de información públicos.
El documento ataca la lectura de poemas por Nicolás Guillen, los nuevos grupos de cine creados en Cuba, el Cine Club Visión y el programa Cine Debate, el cual consistía en la presentación de una película, seguida de una discusión por el público. También se pronuncia contra el Instituto Nacional de Cultura por estar encabezado por la Dra. Vicentina Antuña, considerada una comunista, así como la organización cultural Nuestro Tiempo.
En los últimos años esa guerra contra la cultura se incrementó, por ser un sector privilegiado por la Revolución con la creación de escuelas de arte en todo el país, casas de cultura, la Universidad de las Artes y la Escuela Internacional de Cine, entre otras instituciones, de donde surgen anualmente muchos talentos que dejan su huella por el mundo.
La campaña mediática construida contra Cuba, también está direccionada sobre los artistas, quienes son presionados para que se pronuncien en contra de la Revolución o de lo contrario le anulan los conciertos y exposiciones, los satanizan en los medios de comunicación e incluso presionan a los empresarios para impedir sus actuaciones. Los ejemplos son muchos y variados con figuras de altos quilates, que son víctimas constantes de esos ataques.
En Estados Unidos son acosados y perseguidos desde su llegada a los aeropuertos, a muchos les han revocado los visados y por eso algunos cedieron a las presiones, al punto de asumir posiciones contrarrevolucionarias para poder trabajar.
Los Servicios Especiales continúan presentes en esa guerra y reclutan a artistas e intelectuales para su labor de dividir, con la meta de conformar un frente contra la Revolución. En las últimas décadas, el Gobierno de Estados Unidos gastó millones de dólares para cultivar raperos, músicos de rock, artistas y “periodistas independientes”, en un claro intento de convertirlos en un arma contra la juventud cubana.
Uno de esos casos fue la conformación del supuesto y fracasado Movimiento de San Isidro, al quererlo presentar como un “colectivo de artistas” que “luchaban por la libertad de expresión”. Sus acciones provocadoras estaban muy alejadas de ser arte, ultrajaron los símbolos patrios cubanos y a la vez ondeaban banderas estadounidenses.
Los miembros principales del M-San Isidro, recibieron financiamiento de la NED y la USAID, se reunían permanentemente con funcionarios del Departamento de Estado y con Timothy Zúñiga-Brown y su predecesora, Mara Tekach, encargados de negocios de la embajada de Estados Unidos en La Habana; con parlamentarios europeos de derechas y fueron apoyados con campañas mediáticas por el venezolano Juan Guaidó y el agente CIA Luis Almagro, secretario general de la OEA.
Un artículo del Journal of Democracy, órgano oficial de la NED, publicado en 2009, escrito por Carl Gershman, director fundador de la NED y Orlando Gutiérrez Boronat, secretario nacional del Directorio Democrático Cubano, expone: “La clave del cambio pacífico está en utilizar los principios de la democracia y los derechos humanos, para unir y movilizar a la vasta mayoría desposeída, frente a un régimen altamente represivo”.
Por esa razón la artista plástica y colaboradora de la CIA, Tania Brugueras, organizó el plantón frente al MINCULT, para exigir la liberación de miembros del M-San Isidro, al ser las piezas principales del plan yanqui. Esa misma artista se dedicó por años a tratar de entorpecer la presencia de artistas de renombre, en la Bienal de Artes Plásticas de La Habana.
En días pasados, Juan Andrés Lagos, miembro de la Comisión Política del Partido Comunista de Chile, al conocer que Tania fue invitada a presentar en septiembre una exposición en el museo Salvador Allende, con motivo de los 50 años del golpe de Estado, expresó: “Lo considero una ofensa al gobierno de la Unidad Popular y en especial a Allende”.
Dicha invitación cuenta con el apoyo de la Universidad estadounidense de Pensilvania y el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile.
Conocida su actividad para boicotear la Bienal de La Habana, ahora pretende seducir a los artistas, políticos, periodistas e intelectuales chilenos, para inyectarles su pagado anti comunismo cubano, vestido de un lucrativo arte político, que pretende apoyar el criminal bloqueo a la cultura y la economía de Cuba, publicó el activista Víctor Hugo Robles.
En esa línea, los yanquis se proponen torpedear todos los eventos culturales que Cuba celebre, como ya hicieron con el festival San Remo Music Awards Cuba 2022, del que se fueron bajando a las figuras artísticas de más relevancia y ahora repiten la receta con el próximo festival de música en agosto 2023, el Santa María Music Fest, a celebrarse en The One Gallery Hotel, en Cayo Santa María, provincia de Villa Clara, al que están convocados músicos cubanos e internacionales.
Con la campaña mediática de que dicho hotel es del grupo Gaviota, vinculado a las fuerzas armadas, ya iniciaron las presiones y chantajes para que artistas importantes no participen.
Entre los invitados internacionales están el reguetonero Arcángel, nacido en Nueva York y criado en Puerto Rico, Tito El Bambino, Charly & Johayron, Tekashi 6ix9ine, Ñengo Flow, Fixty Ordara & Ja Ruley.
El primero en negarse fue Arcángel, aunque sin hacer declaraciones, pero recibió algunos mensajes de agradecimiento: “Todos los que sentimos por la libertad de Cuba te damos las gracias”. “Las dictaduras de Cuba y Nicaragua contratando artistas internacionales para esconder la represión y dar una imagen de normalidad al mundo”.
Lo mismo hizo La India, cantante de Puerto Rico, quien compartió un video en sus redes sociales donde afirmó: “No voy a cantar en Cuba”.
La guerra contra Cuba es total y abarca todos los sectores, bajo el principio de ahogar al país, para hacer patente el fabricado concepto de ser un “estado fallido”.
Para los yanquis el sector cultural es un medio fundamental y para no dejar espacio a las dudas, Luis Almagro, declaró públicamente: “El arte en Cuba es más necesario que nunca y resulta preciso exponer los desafíos de la represión del Estado cubano”.
Sabio fue José Martí al afirmar:
“El arte no ha de ser tanto que resulte artificio, ni tanta la habilidad que se vea la intriga”.
La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación.