Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Sus sesiones recientes, demuestran el quehacer/realismo/optimismo de diputados/as en aras de su pueblo amparados en Martí y Fidel
Merece una ovación, el comportamiento de nuestros/as legisladores/as durante las últimas deliberaciones en nuestro Parlamento con brújula en las necesidades e intereses del pueblo. Así se evidenció en los debates sobre la soberanía alimentaria, el proceder ante las MIPYMES, las indisciplinas y la corrupción, los precios a galope, la muy compleja situación económica... Todo, de algún modo presente en las conclusiones del líder partidista y estatal, Miguel Díaz-Canel Bermúdez (1).
Pondero las palabras de Díaz-Canel de esta ocasión, y de ellas significo:
“[…] siento que hemos tenido una buena Asamblea, incluyendo los llamados de Lazo y otros diputados a ponerle nombre y apellidos, causas y posible solución a nuestros problemas, esos que no tienen que ver de manera directa con el bloqueo o que refuerzan el omnipresente bloqueo por inacción, apatía, insensibilidad, incapacidad o por simple cansancio y falta de fe en que será posible vencer las dificultades”.
A propósito, resalto un par de tesis que me acompañan en años, a saber:
De más de una década: “[…] para ordenar debidamente nuestra economía hoy es más inaplazable que nunca convertir en cotidianas la exigencia, el rigor y la sistematicidad de los directivos/as responsables de conducir el quehacer administrativo y empresarial en el país, tema que demanda más control y rigor del Partido Comunista de Cuba en estrecha alianza con las masas en todos los niveles de su actuación” (2).
De tres años atrás: “[…] lo que necesitamos es sistematicidad en el combate a las actitudes contrarias al bien público y/o en el comportamiento propenso a la edificación de la irreversible nuestro proceso revolucionario: que cada quien haga lo que le corresponde en su lugar de trabajo, estudio u otra actividad social, una vez y cuantas sean necesarias; que cada quien cumpla con disciplina rigurosa su deber ante la sociedad, una vez y cuantas sean necesarias; que cada quien dé su aporte a la Patria para bien propio y de los suyos, una vez y cuantas sean necesarias. Todo, hoy y mañana” (3).
Confieso, pues, que me hubiera gustado que en estos debates en el Legislativo se identificaran puntualmente a los responsables de insuficiencias por causas subjetivas. Ello, en marcado en el carácter sistémico de este título.
No obstante, aplaudo el pronunciamiento de nuestro Parlamento acerca del proyecto de acuerdo que regula el vínculo de los diputados/as cubanos/as con sus electores/as; tanto más, desde la sentencia que en la ocasión manifestó el Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández: “La norma no resuelve los problemas, los resuelve la forma de actuar de las personas” (4).
Así, se refuerza las tesis de Martí y Fidel sobre el/a diputado/a —respectivamente:
“Hombre encargado por el pueblo para que estudie su situación, para que examine sus males, para que los remedie en cuanto pueda, para que esté siempre imaginando la manera de remediarlos. La silla curul es la misión: no es la recompensa de un talento inútil, no es el premio de una elocuencia incipiente, no es la satisfacción de una soberbia prematura” (5).
“[…] el diputado tiene una doble representación: representa al distrito y al municipio, y representa a la nación, ninguna de las dos cosas deben olvidarse; y no deben olvidarse jamás de que representan a la nación, porque van a tomar medidas y a adoptar decisiones que afectan a la nación, y en nombre de la nación. Pero también representan al municipio y al distrito de donde provienen, tienen una doble representación, y no pueden olvidar el municipio ni el distrito que los eligió, ni pueden olvidar la necesidad de los contactos, cualesquiera que sean las obligaciones de los diputados a la Asamblea Nacional” (6).
Estas tesis de Martí y Fidel se complementan con las que me permito reiterar —también respectivamente:
“Los que intentan resolver un problema, —no pueden prescindir de ninguno de sus datos. Ni es posible dar solución a la honda revuelta de un país en que se mueven diversos factores, sin ponerlos de acuerdo de antemano, o hallar un resultado que concuerde con la aspiración y utilidad del mayor número” (7).
“[…] Basta que, por ejemplo, 16 mil personas tengan una opinión adversa y usted debe preocuparse”. “[…] Nosotros debemos tener el valor de reconocer nuestros propios errores precisamente por eso, porque únicamente así se alcanza el objetivo que se pretende alcanzar” (8).
Concluyo: el quehacer/realismo/optimismo que nos deja la recién finalizada faena en nuestro Parlamento, reafirma la valía de estos diputados/as ante el sentipensamiento de su pueblo amparados en Martí y Fidel —sin obviar el articulado de nuestra Constitución. Todo, un impulso a la armonía de la sociedad cubana —quizás mejor, con el espíritu de esta serie que finalizo. ¡Amén!
Referencias:
3. https://admin.cubainformacion.tv/la-columna/20200504/86006/86006-cuba-hagase-la-sistematicidad.
5. https://www.juventudrebelde.cu/cuba/2023-02-13/el-diputado.
6. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1993/esp/f150393e.html.