Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Cien horas con Fidel, puede considerarse el testamento político del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana
El aniversario de la partida física de Fidel Alejandro Castro Ruz (2016/25 de noviembre/2023), es un pretexto para abordar su sabiduría ideo-política, sucintamente. A la sazón —y acompañado de las ideas que abordé justo un año atrás (1)—, aclaro un particular de la conversación que sostuvo con Ignacio Ramonet aparecida en Cien horas con Fidel, comparando las versiones impresa (2) y digital (3) que he consultado:
En el papel, se lee:
“[…] Me preocupa incluso cuando entre millones de compatriotas sólo algunos miles no están conformes. Basta que, por ejemplo, 16 mil personas tengan una opinión adversa, y usted debe preocuparse, no por el porcentaje, realmente, pero pueden ser opiniones críticas razonables y justas o puede tratarse de algunas opiniones de gente francamente enemigas, que no simpatice con la Revolución”.
En la versión digital, consta:
“[…] Me preocupa, incluso, cuando son solo algunos miles los que no están conformes. Basta que, por ejemplo, 16 mil personas tengan una opinión adversa y usted debe preocuparse, no por el porcentaje, realmente, pero pueden ser opiniones críticas o puede tratarse de alguna opinión de gente francamente enemiga, que no piense, no simpatice con la Revolución” —todas las negritas son mías, para indicar diferencias.
Entonces: ¡¡¡¿Cómo imaginar/aceptar que algún directivo —en cualquier instancia de la estructura partidista, estatal y de masas— asuma una actitud que subestime el sentipensamiento de una parte nada despreciable de nuestra población?!!!
Íntimamente relacionado con lo anterior, significo la siguiente máxima de Fidel —tiene seis década: “A nuestro pueblo una orientación: que nuestra tarea es unir, dentro y fuera; eliminar todo lo que nos divida, dentro y fuera; luchar por todo lo que nos una, dentro y fuera. ¡La unidad dentro de los principios, esa es nuestra línea!” (4).
En este orden, de las mencionadas Cien horas con Fidel resalto el Capítulo 26. ¿Después de Fidel qué? —contiene la referida tesis acerca del ejemplo de 16 mil personas con una opinión adversa a nuestra Revolución— donde aparecen segmentos que comparto como parte de lo más valioso de la sapiencia fidelista, a saber:
“Nosotros confiábamos en la crítica y en la autocrítica”. “Hay que ir a la crítica y a la autocrítica en el aula, en el núcleo y después fuera del núcleo, en el municipio, y en el país”.
“Debemos atrevernos, debemos tener el valor de decir las verdades. No importa lo que los bandidos de afuera digan y los cables que vengan mañana o pasado comentando con ironía... Los que ríen último, ríen mejor”.
“Nosotros debemos tener el valor de reconocer nuestros propios errores precisamente por eso, porque únicamente así se alcanza el objetivo que se pretende alcanzar”. “Junto con el pueblo, estaremos demostrando que sí se puede. Debemos estar decididos: o derrotamos todas esas desviaciones [corrupción, burocratismo, ineficiencias… —unido al combate vs. Guerra Multilateral Made in USA], o moriremos”.
Concluyo: me encuentro entre quienes piensan/asumimos que Cien horas con Fidel puede considerarse el testamento político del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, particularmente su Capítulo 26 —más allá de privilegiar su versión impresa. Se trata de la manifestación de una sabiduría ideo-política que hemos de concretar en nuestro día a día, más directivos partidistas, estatales y de masas. ¡Amén!
*Título adaptado para esta ocasión.
Referencias:
2.- Cien horas con Fidel. Conversaciones con Ignacio Ramonet. Tercera edición. Incluye varias de las preguntas hechas por Ramonet para la edición francesa. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado. La Habana, 2006.
4.- http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1963/esp/f020163e.html.
