Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Con la constitución de las Organizaciones Revolucionarias Integradas en el territorio, hubo características prácticamente inéditas


El análisis de la creación del Partido dirigente de la Revolución Cubana debe asumirse como un proceso que, en retrospectiva, está concatenado con el acercamiento Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR 26-7), Partido Socialista Popular (PSP) y Directorio Revolucionario 13 de Marzo (DR 13-M), tanto antes como después del 1ro de enero de 1959. Todo, liderado por Fidel Castro (1).

Asimismo, en la perspectiva, ese proceso está a tenor con la construcción de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI —compuestas por las tres organizaciones señaladas), la transformación de estas en Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) y la definitiva opción por el nombre de Partido Comunista de Cuba (PCC). Ello encontró reflejo a escala nacional entre 1961 y 1965, particularidades en Camagüey.

En el caso de la provincia situada en el Centro-Este de la Isla de Cuba, durante la primera mitad de la década de los años sesenta del pasado siglo, en sentido general su dinámica constituía una muestra más de la obra revolucionaria que tenía lugar en el país en los planos socio-económico e ideo-político.

Puntualmente —con el influjo de lo que acontecía a escala nacional, a tono con el espíritu revolucionario con que se enfrentó la labor hubertmatista (2, 3) y con la experiencia adquirida alrededor de la “Coordinadora de las Fuerzas Revolucionarias”—, el 8 de junio de 1961, en el local del círculo social obrero “Alfredo Álvarez Mola” de la ciudad principal, se constituyó a nivel provincial las ORI —sesenta y tres años atrás.

A esta histórica reunión, acudieran no solamente delegados de las tres organizaciones que hasta aquellos momentos habían venido desplegando una labor conjunta a favor del avance de la Revolución Socialista en Camagüey, sino también invitadas de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), así como integrantes de la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR), los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), el Ejército Rebelde y otros organismos.

En esta cita, Felipe Torres, Secretario General del PSP en Camagüey y designado por el organismo superior para conducir este proceso en el territorio, usó de la palabra y precisó que los allí presentes se reunía “según la decisión de la Dirección Nacional de la Revolución”, para integrarse en “una sola organización revolucionaria, basada en los principios del marxismo-leninismo, que tendría como programa la Declaración de La Habana y sería en su día el Partido Unido de la Revolución Socialista”.

En otro momento de su intervención, Felipe Torres se refirió a que “la Dirección Nacional hace la selección de los Comités Provinciales, y que estos harían la de los Comités Municipales, que a su vez debían hacer una selección de los militantes de la base para crear los Núcleos Revolucionarios Activos (NRA)”.

Igualmente, Felipe precisó que se debía “hacer la selección partiendo del grado de madurez de cada compañero y de su disposición franca y abierta de aceptar esos principios; que la elección tanto de los cargos de los Comités Municipales como para los NRA, debían hacerse partiendo de esas condiciones y de la capacidad del compañero, sin detenernos a formas partidarias”.

De acuerdo con el análisis de lo expresado por Felipe Torres y de los documentos consultados, se puede aseverar que tanto la organización de las ORI a nivel nacional como particularmente en todas las regiones del país y específicamente en Camagüey, constituía una visión del camino a seguir para la construcción del PURSC, aún cuando ellas en la instancia superior, desde el punto de vista formal, no estaban creadas; y que era atinado concebir una estructura cuya base fuera los NRA, a los que se debía llegar por mérito y al margen de la afiliación organizativa de procedencia.

Sin embargo, el emergente proceso de edificación partidista se hacía acompañar de una debilidad: la referida selección de los Comités desde el nivel superior hasta la base, lo que en alguna medida iba a tener que ver con el sectarismo que se hizo presente con posterioridad.

Como resultado de la cita del 8 de junio de 1961, el Buró Ejecutivo Provincial de las ORI quedó integrado por: Felipe Torres, como Secretario General (PSP); Comandante  Jorge Serguera, Defensa (MR 26-7); Capitán Jorge E. Mendoza, Agropecuario (MR 26-7); René Rivero, Educación (MR 26-7); Homero Guach, Divulgación y Propaganda (MR 26-7); Raúl Barredo, Organización y Finanzas (PSP); Benito Sánchez, Responsable Sindical (PSP); Facundo Martínez, Trabajo Campesino (PSP); y Arlés Flores, Recuperación de Bienes Malversados (DR.13-M).

Con estos datos, se constata que existían cuatro compañeros procedentes del PSP, igual cantidad que eran integrantes del MR 26-7 y solo uno proveniente del DR. 13-M; una proporción ajustada al protagonismo de cada organización en la provincia.

Sin embargo, hubo deficiencias en la creación de los NRA: resalta que quienes se convirtieron en militantes carecieron de un riguroso proceso de selección sobre la base de la consulta con las masas, a tono con la línea de provincia y municipio, o sea que se designaban a sus integrantes según consideraciones del organismo superior, con el consiguiente margen a la alteración de la calidad ante el grado de subjetivismo que ese procedimiento tenía.

Mas —al formular una característica de las ORI en Camagüey, tomando como referente desde su constitución hasta antes de que se pasara a analizar el tema de los problemas de sectarismo—, se debe resaltar no solo el espíritu unitario alejado de sobrestimación propia y subestimación del mérito de otros que acompañó como una constante al liderazgo en esa organización con la dirección de Felipe Torres, sino además la claridad en la necesidad de fortalecer el accionar en el plano interno para, con esa base, desempeñar un mejor papel   ante el   resto del sistema político de la provincia.

Pero —a tono con la denuncia hecha por Fidel Castro sobre los problemas de sectarismo en las ORI—, el 29 de marzo de 1962 el Comité Provincial de esa organización efectuó una reunión, presidida por Raúl Castro, Osvaldo Dorticós y Blas Roca, en la que se sometió a juicio el comportamiento de la vanguardia ideo-política en Camagüey.

En la apertura de esta trascendental reunión, Felipe Torres expresó:

Hoy vamos a discutir lo referente a la denuncia del sectarismo que hizo nuestro Comandante en Jefe. Como quiera que todo el trabajo de las ORI que hemos realizado hasta hoy lo hemos hecho bajo una Dirección Sectaria, pido a todos los presentes que discutamos en el espíritu franco y abierto de encontrar en nuestra provincia cada manifestación de sectarismo para erradicarla”.

Y en el debate afloraron los problemas: era un hecho que las principales responsabilidades en los niveles de provincia y municipios las tenían antiguos dirigentes del Partido, a pesar de la igualdad numérica en la cantidad de cargos que al constituirse las ORI quedaron en quienes procedían del PSP y el MR 26-7 e, incluso, de la posición humilde que asumió Felipe Torres ante la propuesta de Aníbal Escalante para que encabezara las ORI en el territorio camagüeyano.

Con todo, en el tema del comportamiento del sectarismo en Camagüey, merece destacarse que aquel 29 de marzo Raúl Castro exclamó: “Venimos de un velorio y estamos en una fiesta”, en alusión a cómo él valoraba lo sucedido en esta provincia, en comparación con lo acontecido en Oriente, lugar de donde procedía y que también hubo dificultad en torno a la edificación inicial de las ORI —sin un juicio absoluto.

Entretanto, se transformaron las ORI en PURSC; al tiempo que el Partido en Camagüey elaboró un anteproyecto contentivo de cómo debía ser la estructura y funcionamiento partidista en los organismos Provinciales, Regionales y Seccionales, hasta los Núcleos, lo cual constituyó un referente para las reflexiones que efectuó el PURSC a escala central a principios de octubre de 1965 —momento en que se opta por el nombre PCC.

Después de los cambios trascendental que brotaron de la reunión del Partido a nivel nacional a principios de octubre de 1965 (Comité Central, Buró Político, Secretariado y la opción de nombrase PCC —sin excluir las orientaciones de su Primer Secretario, Fidel Castro), Camagüey continuó el trabajo por el fortalecimiento de su vanguardia ideo-política, lo cual llegó a su clímax los días 18 y 19 de diciembre de ese año, ocasión en que efectuó su Asamblea de Balance, Renovación y/o Ratificación de Mandatos en la provincia.

Sobre la base de la nueva proyección del Partido en el país, con la conducción de su Secretario General en Camagüey, Felipe Torres —quien había recibido un homenaje por haber resultado integrante del Comité Central; fruto de sus más de diez años de liderazgo partidista en el territorio— y con la presidencia de Armando Hart, miembro del Buró Político y Secretario Organizador del PCC, la provincia desarrolló su reunión partidista con el objetivo de examinar el trabajo durante el 1965 y proyectar la labor futura, evento ampliamente reseñado por la prensa provincial.

De esa significativa cita de los comunistas camagüeyanos, no solo resultó importante el hecho de que hubiera sido ratificado el liderazgo revolucionario-organizacional de la provincia, sino también el positivo balance que Hart hizo de la labor partidista en el territorio, con sus problemas a resolver, y la necesidad y disposición de encarar el porvenir con una máxima, a saber: “El Partido tiene que ser al pueblo lo que es el corazón al organismo vivo”. Era aquí la finalidad suprema en su empeño por materializar su misión histórica, para así tributar mejor al desarrollo del sistema político y de las masas de Camagüey.

Concluyo: al sintetizar la esencia de la singularidad en la vanguardia ideo-política en Camagüey con la constitución de las Organizaciones Revolucionarias Integradas en el territorio, significo la calidad del liderazgo procedente del MR 26-7, el PSP y el DR 13-M —específicamente, de Felipe Torres— cuya impronta se reflejó en la actividad a favor de cohesionar y sobrepasar errores en la edificación partidista en la provincia; siempre en interés del pueblo, como debe ser. ¡Amén!

*Fuente principal: Manzanares, N. (2021). Historia del Partido Comunista de Cuba en Camagüey (1955-1965). Editorial Académica Española. ISBN: 978-620-3-87463-1.

Referencias:

1.- https://www.cubainformacion.tv/la-columna/20221125/100295/100295-fidel-castro-y-el-unipartidismo-en-cuba.

2.- http://tvcamaguey.blogspot.com/2009/10/camino-de-una-contrarrevolucion-en.html.

3.- http://tvcamaguey.blogspot.com/2009/10/desenlace-de-una-contrarrevolucion-en.html.

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