Ana Hurtado - Original en Cubadebate y Cuba en Resumen / Resumen Latinoamericano / Cubainformación


Decía uno de mis actores preferidos, Joaquin Phoenix, en Joker, la gran superproducción de Hollywood, lo siguiente:

“¿Es cosa mía o el mundo cada vez está más loco? Mucha tensión, la gente está enfadada. Son tiempos difíciles”.

De vez en cuando nos sorprende la industria cinematográfica estadounidense con productos audiovisuales que llevan en sí una fuerte crítica al mismo sistema que les da vida y distribución. A ese capitalismo salvaje que cada vez tiene menos espacio para todos.

Continúa el personaje de Arthur (el Joker) interpretado por Phoenix: “No imagino que mi muerte me traiga más dolores que mi vida; no me quiero sentir tan mal”.

Ayer volvía a ver la cinta, tras haberla visto en el cine cuando se estrenó. Sé que hay mentes anticapitalistas convencidas dentro de la industria creativa occidental.

Pero me pregunto por qué el sistema permite a veces darles cierta voz y que hagan reflexionar. ¿O no lo hacen? ¿O las captan solo los que tienen verdadera conciencia del mundo? Sea como fuere, una dictadura cultural, jamás va a parecer serlo.

Tan es así, que incluso permiten que se cuelen este tipo de mensajes en grandes producciones para creer que somos aquello que no logramos ser en el primer mundo: libres.

Sin detenerme a filosofar mucho sobre estos mensajes en el gran cine, y partiendo de la película de Joker dirigida por Todd Phillips, me detengo en un detalle que se irá haciendo mayor conforme avance este artículo de opinión: la salud.

Se pone de manifiesto que la salud no está garantizada en los países que se denominan del primer mundo. De hecho, es un lujo para gran parte de la población estadounidense que no tiene dinero para pagarse un médico.

En el film, se vislumbra el tema de la salud mental. Cómo atenderse psicológica y psiquiátricamente es un lujo que muy pocos pueden permitirse. Cómo esta carencia da paso a la delincuencia, a familias desestructuradas y a la degradación.

No tiene sentido vivir en un cuerpo sano pero con una mente enferma. Pero… ¿cuando el cuerpo tampoco está sano qué sucede?

No es ningún secreto que el sistema médico de muchos países occidentales está colapsando. ¿Alguien sabría decirme qué sucede en Estados Unidos cuando no tiene un seguro médico ni dinero para pagarlo?

Parece que en Europa, en algunos países, la salud lleva décadas siendo también un problema. En España por ejemplo, siempre (y hablo desde mi experiencia), el sistema de salud ha sido medianamente digno. Aunque en los últimos años, administraciones de derechas en algunas comunidades autónomas la están intentando privatizar. ¿Qué ocurrió durante el Covid 19?

Cadáveres de ancianos amontonados en residencias por una completa mala gestión sanitaria de la pandemia. Y no por carencias económicas. Sino por falta de estrategia y también, hay que decirlo, de humanidad.

Italia, un país que me entró en el corazón desde muy joven. Lo conozco bien, su gente, sus ciudades, sus costumbres, su idioma. Italia enamora, y te puede también hacer sentir rechazo ante fenómenos como la xenofobia, el clasismo y la gente cuando va a las urnas. Italia está en mi corazón y allí tengo parte de él. Ejemplo de resistencia partisana, corazones ardientes dispuestos a pagar cualquier precio por tener un mundo más justo.

Pero estructuralmente está envejecido, falto de renovación y en decadencia.
Dicen que es más fácil ir al espacio que hacer un trámite administrativo allí (valga la ironía).

Llegados a este punto del relato, entra Cuba en la narración.
Un amigo italiano me mandaba un mensaje el otro día junto a una noticia del periódico italiano Il Post del pasado 20 de junio, que decía lo siguiente:

“Pensé que te gustaría este artículo. Ya me contarás qué te parece. A mí me ha parecido un caso bien interesante por las implicaciones políticas que tiene en mi país y por lo poco que se habla del tema en los periódicos”.

Y es que la gente sabe. Sabe lo que es trabajar en un sistema extenuante; ve sus deficiencias y cada vez se deja manipular menos por el terrorismo informativo. En el caso de mi amigo, doctor en biología, está claro el mensaje: ¿por qué la prensa oculta el bien que le hace Cuba al mundo mientras el mundo lucha por salir adelante dentro de la injusticia?

Cuba, un país férreamente bloqueado en diversos campos, que sobrevive con dignidad y a su vez no se olvida de la máxima internacionalista que dejaron Martí, el Che y Fidel. Enviando médicos mientras otros mandan armas y bombas.

La región de Calabria en el sur de Italia agoniza y no es capaz de atender médicamente a la población dentro de sus fronteras. Los hospitales y ambulatorios tienen pocos médicos y enfermeros. La asistencia en servicios de urgencias es limitada y en los últimos años se han cerrado muchos y “despotencializado”.

Algunos pueden poner el grito en el cielo con respecto a las necesidades materiales que tiene Cuba, sus hospitales y sus médicos. Pero no se debe olvidar que el bloqueo no es charlatanería. ¿En qué cabeza cabe que un Estado quiera que sus servicios sociales y sanitarios estén mal?

Se puede sumar a veces una mala gestión o falta de visión estratégica, pero lo que es irrefutable es que el bloqueo estadounidense tiene asfixiado al pueblo cubano. Y que su gobierno lucha a diario para que las consecuencias no sea tan grandes en la población.

¿Pero y en el caso de Calabria, que nos concentra ahora? Italia no es un país bloqueado ni en guerra económica impuesta. Italia es un país capitalista. Y al igual que en Estados Unidos, puedes quedarte sin ser atendido en un hospital, sea el motivo el que fuere.

Esta región ha acumulado deudas de tres millones de euros en los últimos tiempos y en veinte años las camas de los centros sanitarios han disminuido hasta un 60%. Cada año miles de personas se mueven a otras latitudes italianas a curarse o por simples operaciones rutinarias.

Y no se trata de que el servicio sanitario regional no resuelva problemas; hay algo mucho más grave: como han demostrado muchas investigaciones judiciales, el crimen (la mafia) lleva décadas organizando contratos y cesiones para sus propios negocios, siendo así muy complicado el poder cambiar las cosas.

Y estando así el panorama, vemos las miradas de la foto de Claudio Furlan. Miradas en las que se ve el legado socialista de Fidel. En el brillo de esos ojos está él.

Médicos cubanos que van con un contrato de trabajo a mejorar sus posibilidades económicas, y aunque no a cumplir una misión internacionalista en el sentido literal de la palabra, a hacer internacionalismo. Porque es eso lo que hacen.

En Calabria hay ya 274 médicos trabajando en hospitales. Llegarán setenta más a finales del mes de julio y otros 153 al inicio de 2025, para aliviar los problemas de un servicio desastroso desde hace años.

Los que llegan estas semanas, de hecho, forman parte del segundo contingente previsto por el contrato existente entre la región calabresa y la sociedad Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, administrada por el Gobierno de Cuba.

Médicos que no se han dedicado solo a llenar huecos, no. Han apoyado a cirujanos en operaciones, han ayudado a tener abiertos departamentos de alto riesgo como los de cuidados intensivos.

Médicos que forman parte de un país con una experiencia consolidada en misiones de este tipo, destacando por su alto nivel y por un personal muy preparado y solicitado en terceros países durante la pandemia Covid 19.

Como era de esperar, al principio de esta misión salieron voces a criticar el acuerdo de cooperación. A las que no les conviene que se sepa la verdad.
Cuestionaban entre otras cosas, que los médicos cubanos fueran obligados., que fuera trata de personas y demás y variopintas ideas que solo mentes ignorantes pueden albergar. Pero los propios médicos salieron a desmentirlo.

Incluso Calabria, para curarse en salud de estos “disruptores” de la verdad y en modo de respuesta a las críticas, insertó en el contrato con los sanitarios una cláusula que cada uno debe firmar sobre la libre participación en el programa conociendo todos los términos y condiciones económicas.

El propio presidente de la región, Roberto Occhiuto, quién también es comisario de la Sanidad Regional, afirmó que el proyecto ha sido todo un éxito y que tanto colegas como pacientes están muy felices por el trabajo de los médicos cubanos, por la empatía en el desarrollo de su trabajo y por su espíritu de servicio.

Pero este hecho no solo acontece en esta región del sur del país mediterráneo. También Lombardía, al norte, ha firmado acuerdos con personal sanitario en el extranjero, en particular con enfermeros de Argentina y Paraguay.

Sin ir más lejos, según los datos más recientes de la Asociación de Médicos de Origen Extranjero en Italia (AMSI), los médicos forasteros que trabajan en el país son 28.000, proviniendo 24.000 de países de fuera de la Unión Europea y estando la mayoría ubicados en Lazio, Lombardia, Veneto y Emilia Romagna.

Cuba está tan concienzudamente segura de su labor humanista, cree tan firmemente en el ideario que Fidel dejó en su pueblo, que va a seguir trabajando porque la humanidad sea un lugar cada día un poco mejor, dentro y fuera de su territorio.

El mundo, podrá seguir siendo difícil como encabezaba en las primeros frases haciendo alusión al personaje interpretado por Joaquin Phoenix, incluso puede que cada día este planeta se vuelva un poco más loco.

Producto del cinismo de tener atado de pies y manos a un ejemplo que puede salvarnos, en un primer lugar, como seres humanos.

Un ejemplo socialista cuya experiencia cubana sigue vigente aún estando silenciada y vetada para con la opinión pública internacional.

Pero bien decía José Martí que hacer es la mejor forma de decir. Y eso es lo que hace este país de las Antillas. Dice haciendo. Tiene la verdad como escudo.
Salva vidas, espíritus y almas dentro y fuera de sus lindes.

Y así va a seguir siendo; es su naturaleza. No se le van a poder poner límites igual que no se pueden poner cercos al mar.

Y eso, y valga la frase ya usada en otras ocasiones (y las que están por venir) es algo que no podrán perdonarnos jamás.

Pero nosotros los revolucionarios no buscamos perdón. Nosotros estamos enfocados en vencer, no en la manera que se nos muestra de victoria según los consensos hegemónicos.

Nuestra victoria socialista es mucho más amplia y abarcadora.

Muchos, estoy segura de que no podrán comprenderlo jamás, pero les tocará seguir viendo a esta Revolución Socialista alzada y digna frente a lo que sea que tenga que venir. Frente a poderosas fuerzas. Frente a todo y todos.

Que se terminen de acostumbrar a la naturaleza de este pueblo y de los revolucionarios internacionalistas que están con él. Siempre.
Seremos como el Che no es solo una frase. Es un hecho. Y lo saben. Y nos temen.

 

La Columna es un espacio de opinión personal y libre de las personas autoras y no necesariamente tiene por qué representar la de Cubainformación.

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