Por Lazaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos.- digital@juventudrebelde.cu.- EFE).- COMENTARIOS DESDE MIAMI.- LA HABANA
Por primera vez la conocí cuando tenía 14 años. Fue muy breve el tiempo que estuve en ella, a lo más, un par de meses. Por motivos políticos tuve que regresar con mis hermanos al pueblo de donde había venido. En aquella ocasión llegué solo por la estación central de ferrocarril y con instrucciones que me habían dado, me monté en la ruta 22 y me bajé en 12 y 23, habiéndole dicho al chofer que cuando llegara a esa intercepción me lo dejara saber. En el transcurso del viaje iba impresionado por la belleza de la ciudad que estaba viendo. La Habana me embrujó desde el primer minuto en que la conocí, era como si estuviera llegando al lugar que siempre quise llegar.
Dos años después de haber estado un tiempo en El Escambray, regresé a aquella ciudad de la cual estaba enamorado y fascinado. La llegué a conocer de palmo a palmo, primero caminando por sus calles y después manejando por las mismas. Tres años más tarde la abandonaba para siempre. Cuando la vi por última vez desde la ventanilla del avión que me llevó al extranjero, las lagrimas se asomaron en mis ojos. No tenía la menor idea de cuándo la volvería ver, ni si acaso eso podría llegar a ser cierto algún día. La volví a ver 18 años después y cuando llegué me parecía que nunca la había dejado.
De las tantísimas ciudades que he conocido durante mi vida, solo París me llegó tan adentro como aquella Habana. Pero ni siquiera París, a la que he ido en numerosas ocasiones, y que me encanta, ha podido sustituir aquella ciudad que a los 14 años conocí. Desde 1989 hasta la fecha, no sé ni cuantas veces he regresado a La Habana y siempre he sentido la misma sensación de embrujo que me envolvió aquella primera vez que la conocí. Ya no es la misma, está muy deteriorada, pero cuando camino por sus calles, sigo teniendo el sentido de pertenencia que hace tantos años me envolvió. Me sentí habanero desde el primer día y hoy, sesenta y dos años después, me sigo sintiendo habanero. Para mi La Habana no es solamente La Habana, sino es mi Habana…
*Lazaro Fariñas, periodista cubano, residente en EEUU.
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