Noel Manzanares Blanco – Cubainformación.- Encararlo, implica nutrir la cubanidad y la cubanía; mientras que se construye la irreversibilidad del Socialismo, a la luz de Fidel Castro y el Partido Comunista de Cuba
Considero útil advertir el espíritu del Curso de Verano “Diferendo cubano-yanqui. Una visión desde la actualidad” que compartí recientemente en la Facultad del Partido Comunista de Cuba (PCC) en Camagüey, Cándido González Morales. En la ocasión, formulé la siguiente definición operacional:
Diferendo cubano-yanqui: es el antagonismo entre la identidad nacional cubana (la cubanidad y la cubanía —1) y el sistema político de EEUU (focalizado en los poderes del Estado) que presupone defender-enriquecer en Cuba las esferas militar, económico-social e ideo-política, frente a las múltiples y variadas agresiones estadounidenses; con la exclusión del pueblo y el empresariado estadounidenses —este aspecto, relativamente (2). En la actualidad, se aprecia que gira sobre la Guerra No Convencional (GNC —3).
Esta definición, queda enmarcada en tres períodos: I. Durante la Colonia (1767-1902); II. Durante la Neocolonia (1902-1958); y III. Durante la Revolución en el Poder (1959-actualidad). Este último, dividido en tres etapas: de Eisenhower a Bush padre (1959-1993); de Clinton a Obama (1993-2017); y de Trump a Biden (2017-2024). Todo —también en términos relativos (4)—, sin obviar “mitos de una confrontación histórica” (5).
El énfasis del Curso en cuestión, gira alrededor de los indicadores que continúan:
Por una parte, el contenido del Memorando Mallory (1960) que —al tiempo que reconoce que “La mayoría de los cubanos apoyan a Castro” y que “No existe una oposición política efectiva”—, sentencia: “El único medio previsible de alienar el apoyo interno [contra la Revolución Cubana] es a través del desencanto y el descontento basados en la insatisfacción y las dificultades económicas” (6).
Paralelamente, en la estrategia presente en El Arte de la Inteligencia de Allen Dulles (1963) que —además de intentar sustituir nuestros “valores por otros falsos”, obligándonos a “creer en ellos”— su misión sería apoyar y encumbrar “por todos los medios a los denominados artistas, que comenzarán a sembrar e inculcar en la conciencia humana el culto del sexo, de la violencia, el sadismo, la traición”, en el entramado que sigue:
“El objetivo final de la estrategia […], es derrotar en el terreno de la idea las alternativas a nuestro dominio, mediante el deslumbramiento y la persuasión, la manipulación del inconsciente, la usurpación del imaginario colectivo y la recolonización de las utopías redentoras y libertarias, para lograr un producto paradójico e inquietante: que las víctimas lleguen a comprender y compartir la lógica de sus verdugos” (7).
Para la Mayor de las Antillas, la vigencia de las percepciones de Mallory y Dulles se encuentra en las diversas manifestaciones de las guerras Made in USA contra Cuba —desde la Guerra Económica (8) y la inclusión de Cuba en la espuria lista de países patrocinadores de terrorismo (9), hasta la hostilidad continuada de Trump y Biden (10)—, sobre todo las que resalto en este momento:
La Guerra Cultural en aras del dominio humano en el terreno afectivo y cognitivo, con la intención de imponer sus valores a determinados grupos y naciones, o sea —al amparo de la GNC—, la colonización cultural desarrollada al calor de la contradicción Globalización Neoliberal vs. Identidades Nacionales (11, 12).
La Guerra Simbólica que constituye el despliegue de la violencia psicológica planificada contra los pueblos, el envilecimiento de la dignidad, la criminalización de las rebeldías; además del secuestro de las tradiciones colectivas y la identidad común. Es el empleo de cualquier cosa para la destrucción de cuanto es útil para liberar a la clase trabajadora (13).
La Guerra cognitiva cuyo propósito es atacar, explotar, degradar o incluso destruir cómo alguien construye su propia realidad, su autoconfianza mental, su confianza en los procesos y los enfoques necesarios para el funcionamiento eficiente de grupos, sociedades o incluso naciones (14).
Entretanto, en el Diferendo de marras influyen factores externos acorde con las características del contexto internacional actual (15); sucesos que —relacionados con los aspectos internos que se derivan de lo examinado hasta aquí; más, con la brújula del Concepto de Revolución de Fidel Castro (16) y del reciente VIII Pleno del Comité Central del PCC (17)— permiten pronosticar el escenario que hemos de edificar en la perspectiva del antagonismo defensa-enriquecimiento de nuestra Identidad Nacional contra el sistema de agresiones concebido por el régimen estadounidense:
Me refiero a que Cuba puede/debe derrotar la Guerra multilateral de EEUU, al consolidar sus fortalezas endógenas vs. Bloqueo interno (18). Tal escenario es posible, si asimismo se aprovecha el acompañamiento externo: el apoyo de la emigración cubana (Puente de Amor); el acercamiento estadounidense (Pastores por la Paz); la colaboración regional (ALBA-TCP); las alianzas de nuevo tipo (con China, Viet Nam, Rusia); y las nuevas inversiones extranjeras (con Unión Económica Euroasiática).
Es decir, el éxito de nuestro proyecto revolucionario contra las maniobras de EEUU está sujeto a en qué medida aprendemos y aprehendemos de la advertencia realizada por el Comandante en Jefe Fidel Castro el 17 de noviembre de 2005 —acerca de la irreversibilidad socialista:
“Este país puede autodestruirse por sí mismo [si se enseñorea la corrupción, el burocratismo, la no ejemplaridad de los dirigentes]; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos [EEUU y sus secuaces]; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra [de la vanguardia revolucionaria]” (19).
Se impone, pues —desde nuestras propias fortalezas y oportunidades—, ahuyentar cualquier escenario que escape a la felicidad, la equidad, la dignidad, la solidaridad... de cubanas y cubanos.
Concluyo: encarar el Diferendo cubano-yanqui, implica nutrir la cubanidad y la cubanía en medio de la contradicción Globalización Neoliberal vs. Identidades Nacionales; evidencia que para el régimen de EEUU resulta inaplazable emplear todos sus medios posibles para extirpar de raíz la Revolución Cubana; y demuestra que la derrota de las múltiples agresiones yanquis per se no se convierte en garantía de la existencia del Socialismo cubano. Se impone construir la irreversibilidad de nuestro proyecto revolucionario, a la luz de Fidel y nuestro Partido Comunista. ¡Amén!
Referencias:
1. https://na24.com.co/index.php/cultural/93-cuba-en-su-dia-de-la-cultura-nacional.
2. http://vocerobolivariano.blogspot.com/2007/08/diferendo-cubano-yanqui.html.
3. https://www.cipi.cu/la-guerra-no-convencional/.
4. https://cnnespanol.cnn.com/2023/02/20/presidentes-estados-unidos-historia-orix/.
5. https://journals.openedition.org/etudescaribeennes/25770#text.
6. https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1958-60v06/d499.
8. https://cubaminrex.cu/sites/default/files/2023-10/INFORME%20CONTRA%20EL%20BLOQUEO%202023.pdf.
10. https://jacobinlat.com/2024/06/28/de-trump-a-biden-estrangular-a-cuba/.
11. http://razonesdecuba.cu/que-se-entiende-por-guerra-cultural/.
12. https://archivo.kaosenlared.net/contradicciones-claves-del-mundo-actual/index.html.
13. http://www.cubadebate.cu/opinion/2022/03/23/guerra-simbolica/
16. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html.
19. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2005/esp/f171105e.html.
