Wilkie Delgado Correa* - Cubainformación.- Y en el futuro, el hombre, en todo el mundo, continuará progresando, encontrando dificultades y resolviéndolas”.  Fidel Castro, 19 de octubre de 1959.

 En el acto de otorgamiento del Premio Nobel de Literatura en 1949, el escritor estadounidense William Faulkner expresó que el hombre no solamente resistirá, sino que prevalecerá. Fue la expresión de su confianza en el destino reservado al hombre como representación suprema de los habitantes del mundo hasta ahora conocido en sus distintas etapas históricas. En su evolución socio-cultural ha ido rebasando circunstancias trágicas y bárbaras que al principio pareció que lo diezmarían irremediablemente frente a los peligros naturales y sociales. Como coyunturas de los últimos han estado las guerras con sus saldos de tragedias, barbaries y exterminios de las condiciones físicas y espirituales del género humano. Y es que durante toda la historia se ha librado una lucha perenne del bien contra el mal sembrados en las mismas entrañas de su especie.

La duda sobre si el mundo pueda tener salvación, cuando se acumulan  tantas armas destructivas de tipo nuclear, unidas a las tantas de otras naturalezas, puede ser una consecuencia lógica de esta realidad y, hasta cierto punto, verídica, máxime cuando cada día algunos países, encabezados por los Estados Unidos, que poseen tales armamentos, alarman a la humanidad con amenazas constantes y con un desprecio contumaz por todo llamamiento a la paz. Permanentemente tienen en vilo a la humanidad toda, con sus proyecciones hacia las más distantes regiones y fronteras y pretendiendo imponer sus reglas y políticas a cientos de países cercanos o lejanos. La realidad puede resultar aterradora, y un ejemplo de la actualidad enajenante es la guerra genocida que libra Israel contra Palestina en Gaza, con el respaldo de todo tipo de Estados Unidos y otros socios occidentales. En fin, no hay ley internacional ni organización mundial que les haga desistir de sus planes de hegemonía territorial y mundial, mientras parecen danzar sobre el filo de una navaja.

Se viven momentos aciagos y todos los días las noticias reflejan las convulsiones en muchos países y, además, transcurren las guerras silenciosas provocadas por las sanciones unilaterales, que son letales también, y que constituyen las nuevas armas de tipo políticas que han inventado las grandes potencias, a pesar de su ilegalidad reconocida, para causar daños de todo tipo a las poblaciones. Y esto las sufren por igual países grandes y pequeños. ¿Cuántos son los países sancionados? ¿Cuánto daño material y espiritual causan? ¿Cuántos son los sancionadores? ¿Cuándo terminarán estas acciones de la insania de los imperialistas y sus conexos?

Ante las actuales y futuras circunstancias son aleccionadoras las ideas de Fidel.

Fue en fecha temprana, el 19 de octubre de 1959, en que Fidel pronunció quizás el único discurso en idioma inglés en el acto de apertura de la vigésima-novena convención del “ASTA”, celebrado en el teatro Blanquita de La Habana, y en el cual expresó a los agentes de turismo visitantes, lo siguiente:

“No importa lo que hayan leído u oído acerca del pueblo, y es poco importante lo que yo pueda decir aquí acerca de eso; lo más importante es lo que el pueblo pueda decir, lo más importante sobre Cuba es lo que ustedes mismos puedan ver a través del pueblo. 

La propaganda política no nos interesa; lo que queremos es que se crea en los hechos, no en las palabras. Yo sé que el mundo no es perfecto; sé que el hombre, a través de la historia, ha encontrado pequeñas y grandes dificultades, pero la historia ha demostrado que estas dificultades no son importantes, porque la humanidad, que ha tenido muchas dificultades, desde sus comienzos, las ha resuelto. Y en el futuro, el hombre, en todo el mundo, continuará progresando, encontrando dificultades y resolviéndolas”.

*Doctor en Ciencias y Doctor Honoris Causa. Profesor Titular y Consultante. Profesor Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Premio Nacional del MINSAP al Merito Científico por la obra de toda la vida.

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