Artur González / Heraldo Cubano.- La Organización de Estados Americanos (OEA) es una extensión del Departamento de Estado de los Estados Unidos, y solo puede hacer lo que el gobierno imperial ordene. Por esa razón se le conoce como el Ministerio de Colonias yanqui.


Para no perder su control en la OEA, desde hace años mantienen en la secretaría general a Luis Almagro, viejo agente de la CIA que ha participado en varios golpes de Estados financiados por Washington.

Ejemplo de la manipulación de la OEA, es la actitud asumida contra Venezuela a partir de las elecciones del 28 de julio 2024, donde el ganador fue Nicolás Maduro, situación inaceptable para Estados Unidos que no admite más gobiernos de izquierda en la región, y de ahí la reciente resolución presentada por Estados Unidos que condena el supuesto fraude electoral, con el respaldo de Argentina, Canadá, Chile, Paraguay y Uruguay, al que lamentablemente se sumaron Brasil y Colombia,  donde “exigen respeto a los derechos humanos y la voluntad del electorado venezolano”.

¿Por qué no hubo una resolución similar cuando se dio un golpe de Estado en Perú y Bolivia, o el intento en Brasil, donde Jair Bolsonaro acusó a Lula de fraude? Aún están vivas las imágenes del asalto de los partidarios de derecha a los edificios oficiales de Brasilia, algo insólito no condenado por Estados Unidos, ni se aprobó resolución contra Bolsonaro, quien viajó de inmediato a Miami para recibir orientaciones.

Cuando Donald Trump acusó de fraude electoral la victoria de Joe Biden, la OEA al parecer estaba de vacaciones, pues ni siquiera convocó a una reunión para analizar la situación y exigir el conteo de votos en cada colegio electoral. Tampoco hizo un llamado a respetar la voluntad popular para evitar acciones que comprometieran una solución pacífica a la crisis, tal como ocurrió posteriormente por la actitud irresponsable de Trump, quien provocó el asalto violento al Capitolio Nacional y puso en riesgo la vida de senadores y representantes al Congreso, hecho que justificaba plenamente una condena de la OEA.

Pero esa actitud del Ministerio de Colonias yanquis no debe extrañar a nadie, porque quienes lo dirigen no aceptan condenas.

Para los que olvidan la historia, basta recordar que Cuba fue invadida en abril de 1961 por una brigada mercenaria organizada y financiada por la CIA, pero la OEA no condenó esa acción ilegal y violatoria del derecho internacional; por el contrario, su silencio fue un apoyo explícito.  

Meses después, el 6 de octubre de 1961 durante la reunión de la OEA, Carlos Lechuga, embajador de Cuba, denunció el plan que fraguaba Estados Unidos para provocar el rompimiento de relaciones diplomáticas de varios países latinoamericanos con la Isla, como sucedió más tarde cuando rompían las relaciones Venezuela, Ecuador, Colombia y Argentina.

El presidente John F. Kennedy, el 30 de noviembre de 1961 aprobó la supersecreta Operación Mangosta, cuyo objetivo era derrocar al gobierno de Fidel Castro.

El 19 de enero de 1962 el gobierno de Estados Unidos circuló una propuesta, en la cual pedían a los países integrantes de la OEA sanciones automáticas contra Cuba, si la Isla no interrumpía en un término de sesenta días, sus nexos diplomáticos y comerciales con los países del campo socialista, prueba irrefutable de que los yanquis son los amos de esa organización regional.

En la reunión de la OEA efectuada los días 22 y 31 de enero de 1962 en Punta del Este, Uruguay, catorce de los veintiún miembros, presionados por Estados Unidos votaron a favor de expulsar a Cuba, porque consideraron que su “adhesión al marxismo-leninismo era incompatible con el sistema interamericano”.

La Operación Mangosta expresa: (Departamento de Estado, Archivo Central, 737.00/1-2062. Sensitivo. Muy Secreto)

“El Departamento de Estado concentra sus esfuerzos en la Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, la cual comenzará el 22 de enero, esperando obtener amplio respaldo del hemisferio occidental para las resoluciones de la OEA que condenen a Cuba y la aíslen del resto del hemisferioName=n1070; HotwordStyle=BookDefault; . Se está considerando una resolución solidaria, mediante la cual OEA ofrezca alivio directo al angustiado pueblo cubano (similar a la de Estados Unidos para Rusia, de 1919-20), como un medio para lograr la simpatía del pueblo cubano, sin tener que reconocer al gobierno comunista. La reunión de la OEA será apoyada por demostraciones públicas en América Latina, generadas por la CIA y las campañas psicológicas asistidas por USIA”.

Para los puedan dudar de esto, basta con leer lo que añaden a continuación:

“La mayor tarea para nuestra hábil diplomacia es, alentar a los líderes latinoamericanos a desarrollar operaciones independientes similares a este Proyecto, buscando una rebelión interna del pueblo cubano contra el régimen comunista. Esto aún no ha sido iniciado por el Departamento de Estado y tiene que ser impulsado vigorosamente”.

Como se puede apreciar en la muy secreta Operación Mangosta, todo fue calculado para manipular a los miembros de la OEA, incluso fueron más abarcadores con el fin aislar a Cuba y asfixiarla económicamente, situación expuesta en las medidas siguientes, lo mismo que hacen actualmente contra Venezuela:

“El Departamento de Estado insistirá en la reunión de la OEA, a través de las embajadas estadounidenses en América Latina, para explotar todas las oportunidades de ganar la simpatía local para el pueblo cubano, e incrementar la hostilidad hacia el régimen comunista en Cuba”.

“La CIA propondrá un esquema de operaciones del empleo de los recursos en el área del Caribe para alcanzar las metas de acción política de la Operación”.

Un memorando de Richard Goodwin, subsecretario asistente para Asuntos Interamericanos, enviado a Alexis Johnson, subsecretario de Estado para Asuntos Políticos, (Departamento de Estado, Reuniones del Departamento de Estado y el Joint Chief of Staff: Lot, 70D 328. Sólo para uso oficial) expone los logros alcanzados en aquella reunión de Cancilleres de la OEA:

“El objetivo esencial de Estados Unidos fue lograr el acuerdo máximo por los miembros sobre un programa de acción que aislara y debilitara la posición del gobierno comunista de Castro en el hemisferio. Fortalecer la determinación y capacidad de los Estados miembros para actuar individual y colectivamente para defender su independencia política contra los continuados esfuerzos de Castro para minar y derribar gobiernos” […] Estas acciones marcan un paso significativo de la OEA en el tratamiento a las amenazas comunistas.La exclusión de Cuba y otras medidas defensivas acordadas, colocarán a la OEA en una posición mejorada para anticipar y contraatacar acciones presentes y futuras del comunismo…”

La actual situación creada contra Venezuela es una copia de lo que hicieron contra la Revolución cubana, recogido en un informe secreto elaborado por John Alexander McCone, director de la CIA, después de reunirse con el presidente Lyndon Johnson, el 28 de noviembre de 1963, (CIA, DCI/McCone Files, Job 80-B01285, DCI Meetings with the President) donde este último expresó:

“Tenemos que evitar otro fracaso como el de abril de 1961, pero la situación cubana es un asunto con el cual Estados Unidos no puede vivir y tenemos que realizar una política más agresiva”.

La división de la izquierda latinoamericana que pretenden lograr actualmente con la posición asumida por Lula y Petro, más las acciones internas en Venezuela, también estuvieron diseñadas contra la Revolución cubana, cuando en 1962 le encargaron a la CIA completar los planes para ejecutar acciones encubiertas y de engaño, para ayudar a dividir el régimen comunista cubano, con el apoyo de los Departamentos de Defensa, de Estado y el FBI.

No es difícil comprender quien mueve las fichas en la OEA contra aquellos países que se niegan a subordinarse a los yanquis. La historia lo recoge en documentos secretos de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y la CIA, que confirman de lo que son capaces los yanquis cuando se oponen a la libre determinación de los pueblos.

No se equivocó José Martí cuando expresó en 1889:

“Serias noticias ya salen a la luz sobre el modo peligroso y altanero con que Estados Unidos se propone tratar a nuestros países”.

 

 

La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación

La Columna
Artur González / Heraldo Cubano.- La Organización de Estados Americanos (OEA) es una extensión del Departamento de Estado de los Estados Unidos, y solo puede hacer lo que el gobierno imperial ordene. Por esa razón se le co...
Artur González / Heraldo Cubano.- No se pueden negar, ni tapar con un dedo, los errores que se comenten en la dirección económica de Cuba, que actualmente transita por una grave crisis, pero tampoco se deben soslayar las leyes y ...
Artur González / Heraldo Cubano.- No es la primera ni será la última ocasión en que la mafia anticubana en el Congreso de los Estados Unidos, propone leyes y resoluciones con el propósito de evitar que la administra...
Lo último
La Columna
La Revista