Raúl Antonio Capote - Granma / Resumen Latinoamericano
Siempre que una nación poderosa planea invadir, controlar, dominar a otra, la verdad sufre quebranto. En la relación entre Cuba y Estados Unidos, la mentira ha sido un recurso bélico usado por el Imperio para alcanzar sus objetivos de dominio sobre la Isla.
Recordemos como ya en el siglo XIX, al ataque racista y manipulador de los periódicos estadounidenses The Manufactures y The Evening Post, Martí respondió con “Vindicación de Cuba” el 25 de marzo de 1889.
El 17 de febrero de 1957, la entrevista concedida por el Comandante en Jefe Fidel Castro a Herbert Matthews, del diario The New York Times, en la Sierra Maestra, destruía la fábula construida por la tiranía de que el líder del Ejército Rebelde había muerto.
Transcurridas apenas unos días del triunfo de la Revolución Cubana, en enero de 1959, desde territorio de Estados Unidos se puso en marcha una virulenta campaña de falsedades contra la nación caribeña.
Grandes medios de prensa, entre ellos las agencias noticiosas Associated Press, United Press, la Sociedad Interamericana de Prensa, revistas como Life, Newsweek, us News and World Report se empeñaron en mostrar al mundo una Cuba “criminal”
Así lo describiría Fidel: “En los cables hay una insidia permanente (…) Siempre mencionan -los rápidos procesos de los partidarios de Batista-. Lo recalcan. Aparentemente, son imparciales, pero emplean determinadas palabras y sutilezas, como maestros que son de la intriga (…)”.
Los juicios de los tribunales revolucionarios contra un grupo de los más connotados criminales de guerra de la dictadura de Batista, figuras importantes del gobierno de Eisenhower y numerosos congresistas los presentaron como “actos de barbarie”.
La mayor parte de las operaciones mediáticas de la CIA en América Latina durante los años 60 estuvieron dirigidas contra la Revolución Cubana y contra Fidel Castro. “No más Cubas” era una política concreta para la CIA. ¿Qué es lo que ha cambiado, en materia de manipulación de masas, desde entonces para acá, desde los primeros planes de acción encubierta? ¿Qué ha cambiado desde las bastardas Radio y tv Martí?
Esencialmente dos cosas: la irrupción de internet y el avance de las nuevas tecnologías. Miles de materiales audiovisuales, libros, enciclopedias, sitios electrónicos realizan esta tarea sin descanso, emitiendo sus mensajes falsos.
Las fake news contra Cuba fabricadas y replicadas por las redes sociales y las populares y poderosas plataformas tecnológicas de la comunicación, son la vanguardia del ataque contra la Revolución, se encargan de inventar y reiterar mentiras, para destruir las defensas ideológicas y hacernos vulnerables.
El memorándum presidencial de seguridad nacional del 16 de junio de 2017 del Presidente Trump, “Fortalecimiento de la política de los EE. UU. hacia Cuba”, para promover a través de internet “el flujo de información libre y sin regulaciones hacia Cuba y dentro de la Isla”, resultó en la creación del Grupo de trabajo de internet para Cuba.
El mismo día que comenzó el acceso a internet en los móviles en Cuba, se implementaron las estrategias de “información” hechas públicas en los documentos presupuestarios para los años fiscales 2018 y 2019 de la Junta de Gobernadores de Radiodifusión de EE. UU., donde se orienta usar cuentas cubanas de Facebook nativas y sin marca para difundir contenido creado por el Gobierno de EE. UU., sin informar a los usuarios cubanos de Facebook.
Esos documentos han sido ratificados año tras años, por el gobierno de Biden.
Uno de los objetivos a cumplir por la Task Force es promover a los llamados sitios “independientes” de la internet en Cuba, crear cuentas y perfiles falsos en diferentes redes sociales, entre ellos Twitter, para difundir contenido anticubano.
Una fuerza operativa o task force es una unidad temporal establecida para trabajar en una operación o misión concreta.
En este caso se proponen analizar “los retos tecnológicos y las oportunidades de la extensión de acceso a internet en Cuba para ayudar al pueblo cubano a disfrutar de un flujo de información libre y no regulada”. Traducido a la verdad significa todo lo contrario: regular la información, controlar para, aprovechando los avances de las nuevas tecnologías, dominar el espacio y los flujos de contenido para subvertir el orden interno en nuestro país.
En los manuales de instrucción de los servicios especiales yanquis, la guerra sicológica se define en los siguientes términos:
“Coordinación y uso de todos los medios, incluidos los físicos y los síquicos (exceptuando las operaciones militares del ejército regular, pero explotando sus resultados sicológicos), que sirvan para destruir la voluntad de vencer del enemigo, minar su capacidad política y económica…”.
Es clave en la persuasión el control de la información que se consume, que la persona, según los manuales de la CIA, solo lea lo que queremos que lea, vea lo que queremos que vea, escuche lo que queremos que escuche.
La CIA define la «guerra sicológica» como «la lucha por ganar las mentes y voluntades de los hombres». (1)
De todo se les ha ocurrido a los genios de la CIA, incluso ensayos de guerra “paranormal”. Del gobierno de EE.UU. se puede esperar cualquier infamia.
(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.
La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación.