Artur González / Heraldo Cubano.- ¿Dónde estarán los europarlamentarios, los miembros de ciertos observatorios de los derechos humanos, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y tantas organizaciones, periodistas y personas de la sociedad civil que se pasan el año acusando a Cuba, Venezuela, Nicaragua y Rusia, de violar los derechos humanos por acciones inventadas y/o tergiversadas, que ahora se quedaron mudas ante el genocidio ordenado por el Carnicero de Gaza, Benjamín Netanyahu, contra Palestina y el Líbano para exterminar a esos pueblos?
Las violaciones de los derechos humanos que comete Israel desde hace un año contra el pueblo palestino, no han sido condenadas ni una sola vez por el Parlamento Europeo o por el Consejo de Seguridad de la ONU, ni la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, gracias a las presiones ejercidas por Estados Unidos para impedir que a su aliado incondicional se le señale como criminal de guerra, a pesar de masacrar a niños, mujeres y hombres, bombardear premeditadamente hospitales, escuelas, campos de refugiados, iglesias y mezquitas, con un saldo de más de 40,000 víctimas mortales en Palestina y casi dos mil en el Líbano.
La estrategia de Israel es bien precisa, exterminar a los palestinos y por eso el blanco principal son los niños y las mujeres para que ese pueblo no tenga futuro.
Lo que hace Benjamín Netanyahu es similar al holocausto nazi contra los judíos y persigue el mismo fin, el exterminio de todo un país y su población. Hoy Palestina es una tierra arrasada, nada queda en pie y su reconstrucción llevará muchos años y cuantiosos recursos. Sin embargo, no hay condenas para esos asesinos, a pesar de las protestas de millones de ciudadanos honestos del mundo que levantan sus voces para exigir el cese de esos crímenes, incluso en Israel y en los Estados Unidos.
¿Con qué moral trabajará en lo adelante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU y la Oficina del Alto Comisionado, si no han tomado cartas en el asunto, a pesar de que Israel ha bombardeado a los Cascos Azules de la ONU, asesinado a varios miembros de ese cuerpo de paz en Gaza y el Líbano, e incluso a los de la Cruz Roja?
Lo que sucede hoy en Palestina ha cambiado totalmente los principios de la ONU, al imponer de forma peligrosa una guerra de exterminio que no cesará hasta eliminar totalmente a su población.
Los gobernantes de Estados Unidos y Europa cargarán sobre sus espaldas esos asesinatos y no tendrán jamás moral para imponer al mundo sus reglas sobre derechos humanos y democracia.
¿Cómo podrán dormir y educar a sus hijos, quienes no son capaces de tomar las decisiones para impedir que el Carnicero de Gaza continúe haciendo lo que desee?
Estados Unidos con un elevado déficit fiscal y situaciones internas sin solución a corto plazo, después del paso de dos huracanes en un corto período de tiempo que dejó sin electricidad y casas destrozadas en el estado de Florida, envía millones de dólares a Israel para que siga masacrando a civiles inocentes, en vez de destinarlos a la ayuda de cientos de miles de damnificados en su propio país.
Algo similar hacen con Ucrania para atacar a Rusia, en una guerra estimulada desde hace años por el Departamento de Estado y la CIA, con el viejo anhelo de eliminar al gobierno de Vladimir Putin. Cientos de millones de dólares le regalan al títere ucraniano, quien se ha enriquecido en poco tiempo revendiendo el armamento que occidente le entrega, mientras la crisis económica recorre a Europa por someterse a las órdenes yanquis.
Ojalá que la cordura se imponga en este mundo dominado por fuerzas nazi-sionistas, porque la tercera guerra mundial se vislumbra a la vuelta de la esquina y esta vez pocos podrán contarla pues sería con el empleo de armas nucleares.
Recordemos a José Martí cuando afirmó:
“Sobre cimientos de cadáveres recientes y de ruinas humeantes no se levantan edificios de cordialidad y de paz”.
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