Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Controlar el cumplimiento cabal de las políticas públicas y pulcritud de dirigentes, y observar la concreción de la transparencia e información legislada.
A principios del año que concluye, firmé “Cuba en 2024: la promesa es luchar/ La difícil situación que vivimos el grueso de cubanas y cubanos, no debe conducir a obviar sus causas ni a negar los beneficios de nuestra Revolución” (1). Al concebirlo, pensaba en lo que había resaltado tres lustros atrás, a saber:
“Llegamos a la década del ochenta: las mejoras iban en ascenso en todas las direcciones. Con el salario que se devengaba y también apoyado en créditos, se podía adquirir televisor, refrigerador… Prácticamente, la alimentación había dejado de ser un problema. Con ello, avanzaban la educación, la salud, la cultura, la ciencia, el deporte… Sin los mayores escollos se deleitaba de unas vacaciones en cualquier Hotel de la Isla. Para dar una idea, el habanero Hotel Nacional tenía por precio diez pesos la habitación simple, y otros muchos de toda la geografía cubana estaban al alcance de la población. Como cientos de miles de mis compatriotas, puedo certificar lo que digo.
“Luego se derrumbó la Unión Soviética y sus vecinos aliados, causa de la entrada al Período Especial en la mayor de las Antillas. Abruptamente Cuba perdió el peso fundamental de su Comercio Exterior, su poder adquisitivo cayó estrepitosamente y su Producto Interno Bruto (PIB) descendió en un 35 %. En tal entorno, se incrementaron las zancadillas del ‘Norte revuelto y brutal’. Muchos creyeron que seríamos la próxima víctima. Todo indicaba a la materialización del efecto dominó. Hasta el sabio norteamericano Noam Chomsky dudó sobre la marcha triunfal del Socialismo cubano, al decir: ‘En mi opinión, no hay nada en este momento que Fidel Castro pueda hacer para evitar que Estados Unidos se apodere de Cuba’, aunque acto seguido aclaró: ‘Quizá sea una exageración’, según entrevista concedida a Hanz Heinz Dietrich Seffan en febrero de 1992, divulgada por Ediciones La Jornada, México.
“Sin embargo, las masas cubanas resistieron el extraordinario golpe, y paulatinamente remontaron la situación. En ello jugó un papel decisivo la voluntad y cultura de resistencia-creación de nuestro pueblo, amén de la claridad estratégico-táctica de la Dirección del Partido Comunista de Cuba (PCC), particularmente de su Primer Secretario, el compañero Fidel Castro” (2).
Con tales premisas —una vez concretadas las líneas de acción previstas por Fidel en su discurso del 26 de julio de 1993 (3); un tema explicado recientemente por José Luis Rodríguez (4)—, fuimos capaces de sobrepasar barreras extraordinarias que incidían sobre nuestro desarrollo económico-social: estoy pensando en las consecuencias derivadas de la Covid 19 —más allá de la proeza que edificamos (5)—, sin descartar una advertencia formulada a comienzos de 2021: “Si constituyen prioridades la lucha contra la Covid-19 y los efectos del Bloqueo, y la Tarea Ordenamiento; entonces es inadmisible la indolencia” (6); ni soslayar la interrogante siguiente: “¿Acaso vamos a olvidar que constituye responsabilidad del grueso de cubanas y cubanos edificar y perfeccionar la unidad en torno a nuestro Partido; que resulta impostergable construir una sociedad digna y próspera [más, desde los humildes —a tono con el propio Fidel]; y que el desafío gira alrededor de afinar la puntería en el actual proceso de corrección de distorsiones?” (7).
Así, enuncio la hipótesis que continúa: si resulta comprensible la tesis según la cual “expertos como Escalante, Arboleya y Lage, desde sus puntos de mira, comparten sentipensamientos que en medida considerable sintonizan con la sabia de Fidel: exactamente, con el ritmo cualitativo del comportamiento revolucionario, según las contradicciones a resolver. Con este presupuesto, en Cuba tenemos que obstaculizar errores (no son limitaciones) que estimulen la reversibilidad de su Socialismo” (8); entonces, sería desafortunado irreconocer absolutamente determinadas sugerencias a nuestro Partido Comunista (9) y a nuestro Parlamento (10).
En este ambiente —convencido de que no se acerca alguna disminución de la Guerra Multilateral Made in USA—, estoy fuertemente persuadido de que solo con más y mejores contribuciones de dirigentes y dirigidos del sistema político cubano aceleraremos la imprescindible remontada que demanda la actual crisis que vivimos; al tiempo que tenemos una guía en el espíritu presente en las últimas intervenciones de nuestro líder partidista y estatal, Miguel Díaz-Canel Bermúdez (11, 12, 13).
En este contexto, propongo: primero, crear un grupo de trabajo liderado por nuestro Partido Comunista y el protagonismo de la Contraloría y la Fiscalía de la República de Cuba —más otros organismos gubernamentales y el activismo popular— destinado a controlar el cumplimiento cabal de las políticas públicas y la pulcritud de nuestros dirigentes; puntualmente, lo que deviene muro de contención de las indisciplinas, ilegalidades, burocratismo, corrupción, nepotismo…
Y segundo —interrelacionado con el anterior—, encargar a un determinado observatorio social que desarrolle una labor mediática similar a la que despliega “Chapeado” con la conducción de Arleen Rodríguez Derivet; específicamente, destinado a precisar la concreción de la “Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública” y, en paralelo, enfrentar/desmontar falsos positivos y fake news que circulan en la Red de redes, y actuar/informar inmediatamente cuando se trate del prestigio de nuestros dirigentes y familiares cercanos. Todo ello —transparentar, es asunto de Seguridad Nacional—, en la dialéctica de una máxima del compañero Raúl Castro Ruz: “suprimir el exceso de secretismo [y] mantener un lógico secreto en algunos asuntos” (14).
Entretanto —sin obviar el incremento de ¿actos contrarrevolucionarios? (… 15, 16)—, no sé explicar el porqué Los 5 (17) y otros con cualidades equivalentes, previa preparación y/o entrenamiento, se encuentran distantes de un desempeño que devenga aval para ocupar responsabilidades claves a instancia de las Direcciones del PCC y nuestro Gobierno Revolucionario; mientras que recuerdo cómo Fidel desmoralizó, ante las cámaras de la televisión cubana, una infamia de la revista Forbes (18, 19).
Huelgan comentarios.
Concluyo: ante la complejidad del escenario que enfrentamos, con nuestro quehacer cotidiano —al paso que, en alguna medida, se atiendan las propuestas implícitas y explícitas en este post—, hemos de vivificar más y más, mejor y mejor, con la brújula del pensamiento de Fidel, que “esta es la Revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. Y por esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la vida” (20). He aquí bases para regenerar en 2025. ¡Amén!
*Dr. C. Profesor de Teoría Política. Presidente de la Cátedra Honorífica de Estudio del Pensamiento y Obra de Fidel Castro Ruz perteneciente al Instituto de Marxismo, Historia y Seguridad Nacional de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, Cuba.
Referencias:
1. https://www.cubainformacion.tv/la-columna/20240103/106885/106885-cuba-en-2024-la-promesa-es-luchar.
3. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1993/esp/f260793e.html.
6. https://www.cubainformacion.tv/la-columna/20210203/89887/89887-cuba-el-pulso-en-el-2021-1).
7. https://kaosenlared.net/cuba-fidel-castro-alertas-inaplazables/.
11. http://www.cubadebate.cu/opinion/2024/12/14/la-unidad-es-nuestra-principal-arma-estrategica/.
17. http://www.cubadebate.cu/especiales/2015/03/02/articulo-de-fidel-cinco-horas-con-los-cinco/.
20. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1961/esp/f160461e.html.