Ana Hurtado - Original en Cubadebate y Cuba en Resumen / Resumen Latinoamericano / Cubainformación


Ciento un años que murió. Ciento un años de orfandad que aún pudiendo estar bien guiada y habiéndolo estado por momentos, se muestra desesperanzadora un día tras otro ante acontecimientos de cualquier índole.

Es desfachatado ver cómo habiéndolo dejado todo escrito y mucho de ello puesto en práctica, no se ejerce. Los pueblos del mundo no lo aplican. Aún muchos de los que dicen aplicarlo, lo hacen mal. ¿Tan necios somos?

La vara de medir más justa es observarlos a ellos, a los trabajadores. Si los vemos maltratados, desgastados, abusados y sustraídos de dignidad, es porque no estamos siguiendo unos pasos escritos, los cuales hemos visto que pueden ser puestos en marcha.

No somos niños de guardería que necesitan la comida masticada. Que por cierto, hablando de ella, me recuerda a un cuento que solían relatarme cuando era pequeña. Siempre he sido muy escrupulosa. Y en mi familia me contaban, que en los años cincuenta en esa España que tenía ya una posguerra consolidada, los mayores para procesar la comida que le daban a los bebés, se la metían en la boca, la masticaban, y luego se la daban al niño. Historia que siempre me dejaba asqueada y me repugnaba teniendo ocho o nueve años. Pero desatándome ira cada vez que pienso en ella ahora que han pasado más de treinta.

Cuanta miseria han pasado nuestros pueblos y muchos siguen padeciendo; cuantas vidas han sido condenadas a la opresión y a la miseria. Y que la poca memoria de haber padecido cuarenta años de franquismo se olvide. Que no se enseñe a los hijos lo que padecieron los padres  y abuelos me parece la ofensa más grande que se le puede hacer a un alma y a una sociedad.

Pero el mayor error ya no es tanto la responsabilidad personal y familiar como la política. Ver que los representantes del proletariado en Occidente, que se dicen seguidores de él, actúan como si pareciere que se quieren alejar y ensombrecerlo. También traicionarlo. Partidos políticos que se han hecho con el poder incluso invocándolo, para que tras llegar a él, borrasen con el codo lo que escribían con la mano. Recientemente se ha podido ver en Sudamérica y también en la desmembración de parte de la izquierda española.

¿Dónde quedaron las ganas de construir el mundo nuevo? A muchos se les van cuando resuelven su vida privada en nombre del pueblo. Cuando lo usan para tener un lugar seguro en el que resolver sus asuntos personales día tras día. Hecho que no es compatible con forjar las almas nuevas, pues conlleva desinterés, altruismo y máxima fe en tus enseñanzas. Pero el camino fácil es beneficiarse de la revolución del pueblo para resolver vidas mayormente mediocres, y luego no adversar. Pero para contar con ese tipo de personas de vida vulgar y mediana, es mejor directamente enfrentar a un enemigo que venga a matar. Nosotros no queremos estómagos agradecidos. Tú no los querías. Nosotros queremos héroes o mártires. Queremos una vida con sentido que hayamos dotado de significado.

Tu imagen, la fe en las masas, enseñarlas y aprender de ellas, las relaciones con los trabajadores, las audiencias, el barómetro, la deferencia con los hombres, la organización, la puntualidad, el amor al trabajo, la oratoria, la sencillez, el hombre imán, los principios, las intransigencias, los hombres del deber, los humanísimos, el amor a la literatura, el optimismo revolucionario, los niños.

¿Dónde están? Me duele querer encontrarlos y que cada vez sea una misión más ardua en este mundo.

Los que intentan mantener estos baluartes tienen la soga al cuello, están bloqueados , silenciados, acusados de ser estados patrocinadores del terrorismo; están a medias porque no les dejan desarrollarse y levantar el honor de tu nombre y de tu escuela. Con una contrarrevolución que adopta diversas formas, desde las hostiles y “confrontacionales” hasta las sibilinas disfrazadas de burocratismo que ralentizan procesos, los corroen, desgastan y hacen que se pierde la fe. Es difícil y agotador tener los ojos siempre tan abiertos para detectar donde se abren esquemas contrarrevolucionarios que van en contra de la masa

¿Por qué el mundo vive traicionándote? Desde tu hemisferio hasta el sur, se te lleva en la boca para vivir de ti pero no mueren por ti.  Y continua la opresión, los humildes maltratados, los pobres olvidados, los niños sin esperanza revolucionaria seducidos por cantos de sirena que vienen del norte.

¿Qué hacer? ¿Qué podemos realmente hacer para resucitarte día tras día y en cada acción?

¿Qué hacer para armarnos de valor y cambiar en este mundo como diría uno de tus mejores alumnos, todo aquello que deba ser cambiado? ¿Se superará aquella enfermedad infantil que nos anunciaste?

¿Qué podemos realmente hacer los pueblos del mundo para que no se siga traicionando tu nombre?

¿Qué altura puede haber alcanzado la mediocridad en esta sociedad para que sean muchos los que viendo la inteligencia asediada, prefieren renunciar a su defensa?

¿Es el silencio una forma poco leal de negativa y pasividad?

Nos puede vencer actualmente la historia en un planeta en el que prima el sionismo y el neofascismo, pero no nos pueden quebrar, como se dijo de Tolstoi: “vencido pero no quebrado”.

Sabemos que la lucha por momentos puede parecer despiadada, pero siempre será justa, porque en el gran mundo que forma parte de la Revolución, no hay espacio para pensar en egoísmos o tragedias personales. No lo hay para el individualismo. Pero este es el que está en todo el planeta, incluso en los lugares donde tus fieles se empeñan en reforzar un espíritu colectivo y de trabajo.

Es tan fuerte el influjo de los enemigos de tu pensamiento y amantes del capital, que hasta a nuestros propios soldados alcanza. Pero como bien decía el apóstol cubano José Martí, haciendo cada uno su parte del deber, nada ni nadie nos podrá vencer.  Aunque tengamos todo en contra; aunque demos un paso adelante y dos atrás. Aunque tengamos que arrastrar lastres.

Aunque la única forma de que funcione todo lo que hagamos sea en silencio.

Pero levantándonos cada día preguntándonos ¿Qué hacer?

Al enemigo, no le atacaremos ni asestaremos el golpe cuando esté en pie, sino cuando se haya arrodillado. Y lo haremos sin piedad.

Sabemos que el éxito está en resurgir de nuevo hacia un bienestar y una prosperidad que ya existió, sin llegar a un derramamiento de sangre enfrentándonos a enemigos invasores y despiadados.

Pero te necesitamos; que nazcas cada día con un nuevo alumbramiento. Son muchos los que quieren forjar, preparar el relevo, entregar nuevos soldados a esta, tu causa. Sin perder la fe y con cautela. Sabiendo que en  el diecisiete, con la estructura social y un pueblo analfabeto como escenario, de una chispa se prendió el fuego.

A la memoria de Vladimir Ilich Uliánov, Lenin. En el 101 aniversario de su desaparición física.

 

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