Artur González / Heraldo Cubano.- Donald Trump en las primeras horas de su actual presidencia, firmó un grupo de disposiciones y entre ellas está la inclusión nuevamente de Cuba en la lista de Países que Patrocinan el Terrorismo, lo que había hecho en 2017 días antes de entregar la Casa Blanca a Joe Biden, pero este último la excluyó apenas seis días antes de culminar su mandato.
Tal acción es realmente un rejuego político de Trump, para complacer a la mafia anticubana asentada en el Congreso, grupo que siempre ha favorecido las medidas que incrementen las penurias y el sufrimiento del pueblo cubano y así poder fabricar campañas propagandísticas para culpar al socialismo y crear la idea de que hay un estado fallido en la Isla que debe ser derrocado.
Pero lo que los medios de prensa estadounidense no mencionan son las disposiciones y planes que durante 65 años han ejecutado para acabar con la Revolución cubana, muchos de ellos ya desclasificados y publicados en Internet.
Uno de esos planes macabros que exponen la naturaleza terrorista y criminal de Estados Unidos, es el memorando de Lyman L. Lemnitzer, jefe de la Junta de Jefes del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, enviado el 13 de marzo del 1962 al General de Brigada William H. Craig, del Departamento de Defensa, clasificado “Top Secret, Special Handling, Noforn”, donde se exponen los posibles pretextos que se consideraban factibles para justificar una intervención militar a Cuba, con el empleo de las fuerzas armadas yanquis.
Para lograrlo, había que crear la impresión necesaria de la “imprudencia e irresponsabilidad” cubana, dirigida tanto a otros países como a los propios Estados Unidos.
Como siempre los yanquis fabrican los pretextos para agredir a los países que se niegan a someterse a sus órdenes y después, con su poderosa maquinaria de propaganda, le hacen creer al mundo que ellos son los campeones de los derechos humanos.
Cada cual puede llegar a sus propias conclusiones, pero esta es una verdad expuesta en sus propios documentos.
Las acciones propuestas eran nueve, siendo estas:
1.- Realizar una serie de movimientos militares justificados como si correspondan a ejercicios que, por su índole, magnitud y cercanía a las costas cubanas, pudieran provocar una reacción por parte de Cuba. Se utilizará la provocación, más la realización de acciones para tratar de convencer a los cubanos de que la invasión es inminente, con el fin de provocar una respuesta de Cuba en el plano militar que, de realizarse, nos permitirá cambiar del ejercicio militar a la invasión.
2.- Organizar una serie de incidentes relacionados con la Base Naval en Guantánamo, de forma tal que de la apariencia de haber sido realizados por fuerzas cubanas. Estos podrían ser:
- Utilizar una estación de radio clandestina para divulgar rumores de un ataque a la Base.
- Uniformar cubanos amigos de los Estados Unidos para que salten la cerca simulando un ataque.
- Capturar dentro de la Base a un grupo de saboteadores cubanos, utilizar para esto cubanos amigos.
- Pedir a cubanos amigos que provoquen disturbios en la entrada principal de la Base.
- Volar algún depósito de municiones dentro de la Base. Provocar incendios.
- Incendiar un avión en el aeropuerto de la Base como si fuera un sabotaje.
- Disparar algunas granadas de mortero desde el territorio cubano hacia la Base, para dañar algunas instalaciones de esta.
- Capturar grupos comando tratando de entrar en la Base por el mar. Utilizar para esto a cubanos amigos.
- Capturar un grupo de milicianos cubanos que supuestamente se introdujeron en la Base.
- Sabotear un barco norteamericano en el puerto de la Base, provocar un incendio de grandes proporciones.
- Hundir un barco cerca de la entrada del puerto de la Base. Realizar el funeral de las supuestas víctimas.
3.- Organizar una operación similar a la del acorazado Maine. Para esto pudiera volarse un barco norteamericano en la Bahía de Guantánamo y acusar a Cuba de la acción.
También pudiera volarse un barco en aguas cubanas, quizás cerca de la Habana o Santiago, y plantear que fue hundido por la marina y fuerza aérea cubanas. Los Estados Unidos podrían iniciar el rescate de las víctimas y posteriormente dar un listado de los muertos para provocar la indignación y mostrar la irresponsabilidad y peligrosidad de Cuba.
4.- Sería adecuado iniciar una campaña terrorista en Miami, otras ciudades de la Florida y hasta en Washington, como si fuera desarrollada por el gobierno de Cuba. La campaña terrorista debe ir dirigida hacia los exiliados que viajan a los Estados Unidos.
– Pudiéramos hundir un barco cargado de cubanos en su ruta a la Florida (pudiera ser un hundimiento real o simulado).
– Pudiéramos promover atentados contra la vida de algunos de estos refugiados en los Estados Unidos, llegando inclusive a herirlos para lograr una mayor publicidad.
-Algunas bombas de explosivo plástico pudieran hacerse explotar en lugares cuidadosamente seleccionados, unido a la detención de algún agente cubano y la ocupación de documentos donde se implique a Cuba en estas acciones terroristas, lo que sería muy útil para proyectar la imagen de un gobierno irresponsable.
5.-Simular un tipo de injerencia en los asuntos internos de otra nación caribeña “procedente y apoyada por Cuba”, Conocemos que Castro está apoyando actividades clandestinas subversivas contra Haití, República Dominicana, Guatemala y Nicaragua, esos esfuerzos pudieran magnificarse y adicionarles otros para crear la imagen de irresponsabilidad y peligro deseada.
Conocemos que la Fuerza Aérea Dominicana es extremadamente sensible en cuanto a las intromisiones en el espacio aéreo dominicano, por lo que si algunos aviones “cubanos” del tipo B-26, se dedicaran en vuelos nocturnos, a incendiar campos de caña y además se encontrarán algunas bombas incendiarias fabricadas en países del bloque soviético, sería suficiente para crear la imagen deseada. Pudieran enviarse algunos mensajes “cubanos” a los comunistas dominicanos e inclusive envíos “cubanos” de armas que se interceptarían antes de llegar a las manos de los insurgentes, todo lo cual ayudaría a crear la situación deseada.
6.- La utilización de aviones del tipo MIG, piloteados por personal norteamericano, en actividades de acoso a otras aeronaves, ataque a naves de superficie o el derribo de aviones de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, pudieran ser acciones útiles. Un aparato F-86, debidamente modificado y pintado, pudiera tomarse como un MIG cubano por los pasajeros de un avión comercial, sobre todo si el piloto lo anuncia como tal.
7.- Intentos de secuestro de naves aéreas y de superficie, se divulgarían como acciones apoyadas por el gobierno de Cuba. Paralelamente se alentaría la deserción del personal de naves cubanas aéreas y de superficie.
8.- Es posible organizar una acción para crear un incidente, mediante el cual pudiéramos demostrar convincentemente que aviones “cubanos” derribaron un aparato civil en un vuelo chárter, procedente de los Estados Unidos con destino a un país del Caribe. El país se seleccionaría de forma tal que el plan de vuelo tuviera que incluir el atravesar Cuba; los pasajeros serían un grupo de estudiantes universitarios de vacaciones o cualquier otro tipo de grupo, que pueda tener un interés similar.
Los pasajeros serían evacuados antes del derribo, el avión se guiaría por radio y ya este sobre Cuba se transmitirían señales del incidente, de forma tal que otras estaciones de tráfico aéreo las escuchen e informen a los Estados Unidos de lo sucedido y así no tener que “vender “el incidente.
9.- Es posible crear una situación para que aviones “MIG comunistas cubanos” destruyan un aparato de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, que pacíficamente volaba en el espacio sobre aguas internacionales. Para completar la acción, un submarino diseminará partes de un avión F-110, un paracaídas y otros elementos, aproximadamente a 15 o 20 millas de las costas cubanas.
Estas medidas fueron propuestas como complemento de la “Operación Mangosta” y demuestran hasta donde son capaces los Estados Unidos para fabricar pretextos, con el fin de justificar una agresión.
La historia de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba está preñada de ejemplos y uno de ellos fue la voladura del acorazado Maine, reconocido sin vergüenza alguna en este plan macabro y la provocación de las avionetas de la organización contrarrevolucionaria Hermano al Rescate.
No se equivocó José Martí al afirmar:
“Es preciso que se sepa en nuestra América la verdad de los Estados Unidos”.
La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación