Puentes de Amor.- Ya Puentes de Amor no puede visitar los hospitales pediátricos cubanos.
Aclaración y declaración
Ya Puentes de Amor no puede visitar los hospitales pediátricos cubanos. Muchas personas me preguntan si ya no hacemos activismo, o si ya no llevamos leche en polvo e insumos médicos a los hospitales de Cuba. La realidad es que sí; hasta ahora seguimos enfrascados en nuestra tarea de llevar donaciones a Cuba. Lo que pasa es que, en la Isla, una regulación “misteriosa”, nos prohíbe visitar los centros médicos.
Desde unos meses acá, nuestra labor se ve ensombrecida por esta prohibición que obstaculiza e impide nuestro acceso a estas instituciones.
Esto es desafortunado. Uno de los argumentos que utilizan aquellos que, en Estados Unidos, se oponen a que llevemos ayuda a los hospitales de Cuba, es que esos insumos no llegan a los hospitales. Una de las maneras que teníamos de demostrar que esos insumos si llegaban a su destino era entregándolos personalmente en esas instituciones.
Cuando visitábamos esos centros, además de documentar la entrega, podíamos constatar de primera mano, las penurias provocadas por el bloqueo. Cuando los activistas de Puentes de Amor llegábamos allí, les agradecíamos por su sacrificio y entrega al personal médico cubano, a los trabajadores, pacientes y familiares. Eso, además, nos daba fuerzas para seguir adelante y para continuar abogando por el fin de esas crueles sanciones que, a quienes único castigan, es al pueblo cubano.
Pero al parecer el extremismo, la sospecha y el silenciamiento contra nosotros no solamente es un fenómeno de Miami. En Cuba también ocurren fenómenos que desalientan, bloquean y ofenden a aquellos que, desde cualquier lugar del mundo, luchan cada día por la familia cubana.
Aparentemente, la “orden” prohíbe que llevemos la leche y los insumos a los hospitales o que se hagan públicos nuestros esfuerzos solidarios. Se ha llegado incluso a “orientar” a amigos e instituciones en Cuba, a que no nos reciban y se alejen de nosotros.
Esta situación la hemos tratado de dilucidar a varios niveles, con instituciones y funcionarios. Pero todas son evasivas. Las instituciones y los burócratas con quienes hemos tratado de aclarar el entuerto nos expresan que “no pasa nada”. Pero los desplantes, descortesías y hasta maltratos verbales que han recibido nuestros activistas muestran lo opuesto.
No es justo que cubanos y cubanas, emigradas dignos, se sacrifiquen tanto para luego ser tratados así. No es justo que esos activistas, que toman de sus días de trabajo y de sus recursos para llevar leche en polvo a Cuba, (y enfrentan amenazas, ofensas y peligros en Miami) lleguen a Cuba y sean tratados como apestados. Ni allá ni aquí puedo permanecer indiferente cuándo se ningunea y se silencia el esfuerzo de hombres y mujeres que dan tanto por su pueblo y por la familia cubana.
Las razones de esa prohibición las desconozco. Desde nuestros inicios hasta ahora, hemos actuado de manera consecuente y apegada a principios que son ampliamente conocidos.
Puentes de amor es un movimiento de cubanos emigrados diversos. Abrazamos y tratamos de aglutinar a todos los cubanos emigrados que deseen el bien, la paz y la prosperidad para la familia cubana.
Creemos que, en esta batalla de amor, deben estar incluidos todos los que aman y fundan, más allá de credos e ideologías. Buscamos y deseamos tener las mejores relaciones con los representantes gubernamentales, tanto de Cuba como de los Estados Unidos. Pero nuestra lealtad, deuda y compromiso es y será únicamente con la familia cubana.
Esa visión ecuménica fue la misma que, en julio de 2020, nos hizo pedalear cinco mil kilómetros, en bicicleta, de costa a costa de los Estados Unidos, pidiendo el fin de las sanciones a Cuba.
Esa misma visión de paz y amor entre nuestros pueblos fue la que nos hizo peregrinar, de Miami a Washington DC, en una caminata de 2000 km, en 2021. Hicimos esa marcha, en medio de una pandemia, para pedirle a Biden que levantara las sanciones que asfixiaban a la familia cubana.
Esa visión es la misma que nos impulsó a hacer caravanas de Puentes de Amor que se extendieron, como ola imparable, por los Estados Unidos y por el mundo.
Ese mismo ideal fue el que nos hizo movilizar a la comunidad cubana en Estados Unidos para comprar custodiol y facilitar trasplantes hepáticos de niños cubanos.
Con esa misma visión hicimos realidad el sueño de llevar más de cien mil libras de leche en polvo a todos los hospitales pediátricos cubanos y lo cumplimos.
Sí, es cierto que de nos prohibe visitar hospitales cubanos. Pero, igual. Seguiremos ayudando a nuestra gente, a pesar de los inconvenientes, de aquí o de allá.
Ni regulaciones, ni incomprensiones, ni tropiezos nos impedirán seguir impulsando esta obra. Esta es una obra de amor. El amor es imperecedero. ¡La familia cubana saldrá adelante! ¡Puentes de amor!
Carlos Lazo
Organizador de Puentes de amor
20 de febrero de 2025
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