Artur González / Heraldo Cubano.- Un grupito de senadores y representantes republicanos pretenden estrangular la economía cubana, con el fracasado sueño de ver al pueblo lanzándose a las calles para derrocar a la Revolución socialista.


Son 67 años con la misma línea política sin obtener esa trasnochada aspiración, aunque han logrado que miles de cubanos emigren hacia los Estados Unidos, teniendo que iniciar una nueva vida e incluso muchos renunciaron a sus carreras técnicas y universitarias obtenidas gratuitamente en Cuba.

Desde que, en 1960, Lester Mallory siendo subsecretario de Estado, inició esa estrategia para ocasionar el desencanto y el desaliento de los cubanos, basado en la insatisfacción y las dificultades económicas, Estados Unidos mantiene la enfermiza aspiración de impedir el desarrollo económico de la Isla, para que el pueblo culpe al socialismo de sus penurias, sin que hasta la fecha lo hayan podido alcanzar.

En estos días el mundo pudo comprobar lo que Cuba denuncia constantemente, que Estados Unidos fabrica una supuesta oposición interna, mediante el dinero que entrega a través de la USAID.

Desde la creación de la USAID, cientos de millones de dólares se aprobaron anualmente para subvertir el orden interno en la Isla, pero salió a la luz pública que la mayor parte de esos millones se quedan en Estados Unidos, repartido entre políticos y organizaciones contrarrevolucionarias construidas allá para sustentar las campañas mediáticas contra Cuba, así como favorecer a los senadores y representantes al Congreso que encadenan la política exterior estadounidense para impedir una relación civilizada entre ambas naciones.

No obstante, esos políticos que hicieron sus carreras gracias a su apoyo a medidas anticubanas, como los hermanos Díaz-Balart, Robert Menéndez, Marco Rubio, Ileana Ros-Lehtinen, Ted Cruz, y más recientemente María Elvira Salazar, entre otros, insisten en presentar nuevos proyectos de leyes que persiguen acabar con la economía cubana, bajo un falso pretexto de alcanzar una “democracia” y “negarle dinero a los militares y los órganos de inteligencia” del gobierno cubano.

¿A quién van a engañar con tal falacia?

Los cubanos que llegan a Estados Unidos son la prueba palpable de esa mentira, porque su educación gratuita, su salud con 13 vacunas sin costo alguno desde que nacen, la atención hospitalaria, sus estudios especializados, incluidas maestrías y doctorados, carreras artísticas y deportivas, investigaciones científicas, títulos de técnicos y otras más, fueron costeadas por el estado con el dinero que obtiene de sus exportaciones, que no van a parar al ejército y los órganos de inteligencia, como esos mafiosos anticubanos quieren hacerle creer a los incautos.

Los senadores republicanos Rick Scott y Tommy Tuberville, recientemente anunciaron la reintroducción de la Ley de Negación de Ganancias a la Oligarquía Militar en Cuba y Restricción de Actividades del Aparato de Inteligencia Cubano, que presentaron hace un año, solo con la intención de intensificar las sanciones financieras y restringir las actividades económicas del país.

Sabiendo de antemano que las sanciones impiden al gobierno adquirir alimentos, medicinas, petróleo, piezas de repuesto para la industria y mejorar la vida de casi 11 millones de cubanos, tienen la desfachatez de decir que ese proyecto de acciones punitivas, es para “promover los derechos humanos y garantizar el acceso a Internet sin censura en la Isla”.

¿Qué entenderán esos senadores, incluido Marco Rubio, por derechos humanos?

¿Impedir la entrada de petróleo, medicinas, alimentos, obstaculizar la inversión extranjera y cerrar el turismo, fuente principal de dinero a Cuba, es mejorar los derechos humanos?

Un pueblo no se alimenta con Internet, pero lo que buscan es envenenarlo igual que pretendieron hacer cuando la USAID gastó millones de dólares en el diseño del Twitter Zunzuneo, denunciado por la propia prensa yanqui y finalmente aceptado por el Departamento de Estado.

Por qué esos Congresistas, en vez de malgastar su tiempo en querer matar por hambre y enfermedades a los cubanos, empecinados también en eliminar los viajes entre Estados Unidos y la Isla para evitar la entrada de dinero y la ayuda a sus familiares, no se preocupan por el destino de los 300 mil millones de dólares que su gobierno le entregó a Ucrania y nadie sabe a dónde fueron a parar, según declaró el propio presidente Donad Trump.

Eso sí es importante para el pueblo estadounidense y no la enfermiza obstinación de estrangular la economía cubana.

La verdadera ocupación de un Senador o Representante al Congreso de Estados Unidos, es trabajar en beneficio de su pueblo y que el dinero del presupuesto federal se emplee en favor de todos los ciudadanos y no para despilfarrar en acciones punitivas que se hacen contra terceros.

Sin embargo, se pasan horas discutiendo en cómo afectar cada día más a su vecino del sur, el que nunca ha sufragado actos terroristas contra los centros comerciales, teatros, escuelas, campos de cultivo o embajadas yanquis en el exterior, no secuestra o estalla sus aviones comerciales, ni crea, financia y entrena a organizaciones opositoras contra el gobierno estadounidense.

Tampoco organizó invasiones mercenarias, o introdujo plagas y enfermedades contra los seres humanos, la flora y la fauna, ni mantiene estaciones de radio y TV subversivas, como hace Washington durante más de medio siglo contra Cuba.

El senador Rick Scott, principal promotor de la legislación anticubana, debe estudiar un poco de la historia expuesta en los documentos desclasificados de su propio gobierno, para que sepa que no es Cuba la raíz de la inestabilidad en América Latina, ni una amenaza constante para la seguridad nacional de los Estados Unidos, sino el gobierno de Estados Unidos que desde el mismo año 1959 aprobó uno de los más de 300 planes para asesinar al líder cubano Fidel Castro.

Alguien con vergüenza en Estados Unidos, debería explicarle al ignorante Senador Rick Scott, el informe presentado por la Comisión Church, discutido en 1975 en el Senado, donde quedó demostrada la participación de ese gobierno en planes para asesinar a un ser humano, solo porque no estaban de acuerdo con su forma de pensar.

A otro que igualmente hay que alfabetizar en la historia tenebrosa de su país, es al senador Tuberville, copartícipe de la propuesta de Ley y que, sin tener elementos probatorios, afirmó: “Estados Unidos no puede permanecer de brazos cruzados mientras el régimen comunista cubano comete abusos atroces contra los derechos humanos y mantiene a cientos de prisioneros políticos en sus cárceles”.

Si no fuese por la gravedad de lo que pretenden hacer contra el pueblo cubano, daría risas, pues quien comete atroces abusos contra los derechos humanos y mantiene a cientos de prisioneros políticos en cárceles, es precisamente Estados Unidos. Un claro ejemplo son las deportaciones de latinos encadenados y esposados, o los presos en la base naval en Guantánamo sin acusaciones formales, derecho a juicios y visitas familiares, centro de detención denunciado como la cárcel donde más torturas se ejecutan, después de las que Estados Unidos ejecutó en Irak.

Junto a Marco Rubio, estos senadores deben cursar un programa de estudio intensivo para que conozca las atrocidades ejecutadas por Estados Unidos durante la invasión a Vietnam, Laos y Camboya, la participación de la CIA en los golpes de Estado en varios países de América Latina y en la execrable Operación Cóndor, que asesinó y torturó a miles personas.

También la organización y dirección del golpe militar contra el presidente constitucional chileno Salvador Allende y el apoyo total que dio la Casa Blanca al asesino Augusto Pinochet, jamás sancionado por Estados Unidos a pesar de tener un récord de crímenes y presos políticos, quien persiguió con saña a los partidos políticos y pisoteó la libertad de prensa y expresión. Lo mismo hicieron sus homólogos argentinos con sus centros de torturas, los lanzamientos de detenidos al mar desde aviones y el robo de bebés a sus madres detenidas y desaparecidas.

Quien verdaderamente requiere de inmediato una Ley Democracia, es Estados Unidos, gobernado hoy por un delincuente, sancionado por más de treinta delitos graves, como la violación del fisco, acosador de mujeres, obstaculizar las elecciones presidenciales y estimular el asalto violento al Capitolio Nacional que dejó un saldo de muertos y heridos, algo insólito para cualquier país democrático de este mundo.

Senadores Rick Scott y Tuberville, preocúpense por el papel de la USAID, la NED y la CIA y el dinero mal gastado del gobierno federal para sus programas subversivos. Dejen a Cuba tranquila y acepten que tenga un sistema político y económico diferente, al que tantos planes yanquis no han podido derrocar.

Recordemos siempre a José Martí cuando aseguró:

“Si hay algo sagrado en cuanto alumbra el sol, son los intereses patrios”.

 

 

La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación

La Columna
Artur González / Heraldo Cubano.- Un grupito de senadores y representantes republicanos pretenden estrangular la economía cubana, con el fracasado sueño de ver al pueblo lanzándose a las calles para derrocar a la Revoluci&...
Artur González / Heraldo Cubano.- Elon Reeve Musk, ha sido nombrado por el presidente Donald Trump como administrador del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE por sus siglas en inglés),cuya tarea fundamental es asesorar al pre...
Artur González / Heraldo Cubano.- Hace 127 años Estados Unidos protagonizó un crimen horrendo, para poder tener un pretexto que le permitiera ingresar en la guerra que se desarrollaba entre España y el ejército de c...
Lo último
Robert F. Kennedy Jr. y Cuba
Robert F. Kennedy Jr. habla tras ser juramentado como Secretario de Salud y Servicios Humanos en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, DC, EE.UU., el 13 de febrero de 2025. Foto: EFE/EPA/JASON ANDREW / POOL. Tomada de OnCuba....
Ver / Leer más
La Columna
Se internacionalista
El 18 de febrero, G. A. Ziuganov, presidente del comité central del Partido Comunista de la Federación Rusa y jefe del grupo parlamentario comunista, se dirigió al pleno de la Duma Estatal en los términos siguientes:...
La Revista