Artur González / Heraldo Cubano.- Con una posición política similar a la promulgada históricamente por la mafia anticubana de Florida, la monja Sor Nadieska Almeida, Hija de la Caridad, persiste en ocultar la verdad respecto a las causas principales de la crisis económica que sufre el pueblo cubano, pues al parecer busca asumir un liderazgo contra la Revolución para congraciarse con los enemigos radicados en Estados Unidos y con el gobierno de ese país, quien desde 1959 agrede con saña criminal a Cuba solo por el desafío de ser independiente.
Activa en las redes sociales, la citada monja se place de ser una activa crítica del gobierno cubano, acusándolo de “reprimir a los ciudadanos y coartar sus libertades”, discurso gastado y ausente de elementos que solo sigue la misma línea de quienes desde Estados Unidos han financiado por décadas a los mantienen esa perorata, a fin de fabricar una matriz de opinión contra el proceso revolucionario cubano.
Escudada tras sus ropajes religiosos y manipulando la fe religiosa, Nadieska intenta transpolar el evangelio para sus pronunciamientos políticos contra el gobierno cubano. Sin nunca mencionar las medidas impuestas por Estados Unidos desde 1959 para ahogar la economía de la Isla, ahora intentar buscar apoyo en los cubanos que carecen de lo más necesario para vivir el día a día, como si la Revolución quisiera que el pueblo sufra esas limitaciones.
¿Por qué Nadieska no condena las sanciones yanquis a la casi totalidad de los hoteles cubanos, que son la fuente principal de la entrada de dinero? ¿Qué pasaría en otros países que viven del turismo como Francia, Italia, España, Grecia, México, por solo citar algunos? ¿Tendrían una crisis económica o vivirían a toda leche? ¿Y en qué situación estarían si les impidieran hacer transacciones bancarias para pagar y cobrar su comercio internacional o les impidieran comprar petróleo para mover sus industrias y generar electricidad, o adquirir piezas de repuesto?
En vez de decir: ¡Basta ya! Gritan las madres que no tienen comida para sus hijos. ¡Basta ya! Gritan los enfermos doloridos, sin luz toda la madrugada, y muchos sin medicamentos, debería gritar: ¡Basta ya de guerra económica, comercial y financiera para intentar matar de hambre y enfermedades a todo un país y de aplicar lo que propuso el subsecretario de Estado Lester Mallory en abril de 1960:
“Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
Mentir es un pecado y ella debe saberlo bien, manipular a la opinión pública con fines subversivos lo es también e incluso un delito recogido en el Código Penal de muchos países.
Por supuesto que este pueblo tiene derecho a la vida, a la alegría, a no permanecer en la pobreza, algo que Estados Unidos impide con saña malvada.
No conoce Sor Nadieska lo expuesto en el Proyecto Cuba aprobado por el Grupo Ampliado del Consejo de Seguridad de Estados Unidos desde 1962:
“La acción política será apoyada por una guerra económica que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, las operaciones psicológicas acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen, y las de tipo militar darán al movimiento popular un arma de acción para el sabotaje y la resistencia armada en apoyo a los objetivos políticos”.
¿Es el gobierno revolucionario cubano quien aplica esa política, o es Estados Unidos que sueña con ver una sublevación y con sus sanciones pretende provocarla?
Cuba paga un altísimo costo humano por desafiar al poderoso imperio del Norte, ese que apoya constantemente con dinero y armamento al estado de Israel para que masacre al pueblo palestino, y lo extermine a todo costo, pero la religiosa nunca grita por el cese de tantas muertes de personas inocentes que también son hijos de Dios.
Ahora el presidente Donald Trump anunció el 21 de marzo 2025, la revocación del estatus legal temporal para más de 530 mil cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos, medida inhumana que separa familias e incrementa aún más el sufrimiento de los que buscaron una vida más cómoda, en el país que desea matar de hambre y enfermedades a sus países de origen, pero la monja calla para no buscarse problemas con los yanquis y la contrarrevolución de Miami.
¿Sabrá ella lo que significa estar en la lista de países patrocinadores del terrorismo y el daño que causa a los cubanos de la Isla?
Se quedó muda para gritar: ¡Basta Ya de tanto ensañamiento con el pueblo cubano!
Son tantas y diversas las sanciones contra Cuba para provocar el hambre, que ni el más previsor puede imaginar que otras pudieran estar en la carpeta del secretario de Estado pendientes de aprobación.
Estados Unidos acaba de cortar las remesas que ayudan a las familias cubanas y se versiona que prohibirá los vuelos comerciales de aerolíneas estadounidenses a provincias de la Isla, lo que afectará a las familias cubanas, todo con el fin de impedir la entrada de dinero.
Sin embargo, la monja no grita ¡Basta Ya! ante tantos atropellos.
Al pretender asfixiar al gobierno cubano, Estados Unidos busca restringir más el acceso a las divisas y por ese motivo se incrementan las dificultades para el suministro de alimentos que Cuba importa, los medicamentos e insumos médicos y los combustibles, todo con el propósito de irritar y hacerle creer a Nadieska, entre otras personas ignorantes, que es el gobierno socialista él responsable.
¿Por qué no dejan a Cuba desarrollarse en paz y poner a prueba su sistema económico y político? ¿A qué le teme el imperio yanqui?
No se puede ser tan hipócrita, ni seguir ocultando una verdad condenada anualmente en la Asamblea General de las Naciones Unidos.
Los cubanos y cubanas dignos que mantienen la voluntad de resistir para ser independientes y soberanos, también gritamos: ¡Basta ya de tantas sanciones y dejen a Cuba vivir en paz!
Por eso expresó José Martí:
“El aire de la libertad tiene una enorme virtud que mata a las serpientes”
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