osé Delarra, escultor y pintor cubano, nació un 26 de abril hace 87 años. Su muerte prematura, a los 65, truncó la realización de los disímiles los proyectos que entonces tenía en pie, aunque dejó una vasta obra realizada, entre grandes, medianos y pequeños monumentos; pinturas, dibujos, grabados, cerámicas, etcétera.
Fue el hijo primogénito de un hombre en el que convergían la habilidad de sus manos y el cultivo de su intelectualidad -aptitudes que condujeron y coronaron su vida-, y de una mujer que aspiró a ser maestra y que de alguna forma lo fue en el desempeño de una existencia ética y dedicada a su familia toda.
Esas fueron las simientes de José Delarra, quien a los 11 años ya estaba esculpiendo su primera obra, génesis de la expresión un talento que ejerció durante los siguientes 54 años que se sumaron a su vida.
Constancia en el trabajo y la creación es quizás uno de los ingredientes a subrayar hoy cuando se hable de su trayectoria artística. Casi 22 años después de su muerte, todavía algunos protagonistas que lo acompañaron en la ejecución de sus grandes monumentos lo recuerdan. Y no solo lo hacen desde la admiración al creador que con la habilidad de sus manos y talento modelaba una figura en poco tiempo, como demostraba con sus conocidos retratos escultóricos o cabezas. También lo recuerdan subido en los andamios, codo con codo con los obreros y técnicos que participaban en la edificación de grandes obras en Cuba y en otros países, con los arquitectos, y muchos otros imprescindibles a la hora de llevar a término semejantes empeños.
No es preciso volver a enumerar este 26 de abril cada una de las realizaciones de Delarra. Un resumen de ellas está en el enlace añadido en el primer párrafo de este breve texto-homenaje. Hay que recordar siempre -sin embargo- a quienes dedican su vida a enriquecer el patrimonio artístico e histórico, que es decir cultural, de la nación. Y para que estas herencias permanezcan como referentes e imaginarios, es preciso alimentar su existencia desde la comunicación. Asuntos como la filiación de los aportes del creador, los hechos que narran o cómo se relacionan con lo cubano, sus contribuciones a la identidad nacional, la valoración del talento, entre otras cuestiones de interés social y académico, cultivan la vigencia del álbum de nuestra cultura.
Imagen de portada: José Delarra fue un activo colaborador de la prensa. Sus ilustraciones aparecieron en varios medios de comunicación cubanos y también de otros países. Foto: Tomada de Prensa Latina, revista Habanera.
José Delarra trabajando en uno de sus monumentos, entre 1975 y 1980. Foto: Archivo del escultor.
Fundiendo la maqueta del Che de Santa Clara
Uno de sus Martí.
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