Por Lázaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- En esta mal llamada democracia representativa en que vivimos, en épocas de elecciones, los políticos prometen villas y castillas para buscar votos cuando están en campaña electoral.  Aunque sepan que la mitad de las cosas que prometen no la pueden cumplir, lo hacen de todas formas. Siempre me recuerdo de un cuento, no sé si real o inventado, en el que un político ecuatoriano le prometió a la multitud reunida en un pequeño pueblo de ese país que, en cuanto fuera elegido, les iba a construir un puente y cuando los reunidos empezaron a gritarle que ellos no tenían ningún río, sin inmutarse les dijo que también les iba a construir un río. Promesas y más promesas con tal de ser electos, después, olvido y más olvido hasta que no vuelvan las próximas elecciones, en las que vuelven a prometer y prometer.

Por Lázaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- El ex representante federal, el cubano americano David Rivera, está tan perdido que ahora lo andan buscando por los centros de espiritistas de la ciudad.  Riverita, como cariñosamente lo llamaban sus antiguos amigos y aliados, perdió las elecciones en noviembre pasado y desde ese mismo momento, se ha convertido en una fantasma que no aparece por ningún lugar. Sus compinches de ayer hacen sus reuniones políticas y ni siquiera lo llaman para que vaya, aunque sea de invitado de tercera clase. El hombre, que no pasaba un día sin tratar de hacerle daño al pueblo cubano, se ha convertido en un apestado político y social. No es el caso de Lincoln Díaz Balart, quien sigue siendo asiduo a todo tipo de jolgorio que inventan los ultraderechistas cubano americanos de Miami. Díaz Balart, que por razones misteriosas dejó el capitolio, a cada rato sale en los noticieros dando sus ridículas opiniones o aparece en algún programa radial desbarrando veneno contra Cuba y su pueblo. Pero Riverita no. Riverita parece estar huyéndole a todos los problemas legales que le están explotando constantemente y los cuales, más temprano que tarde, van a llevarle sus huesos a una prisión federal. Además de todos los otros escándalos en los que se ha visto envuelto en los últimos tiempos, desde hace unos meses ha estado hundiéndose en aguas muy, muy calientes. Resulta que el malandro de Rivera le organizó y le pagó una campaña electoral a un desconocido para que se enfrentara a su rival, Joe García, en las primarias por el partido demócrata.

Por Lázaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce-Martianos-Hermes-Cubainformación.-No dudo que, en cualquier momento, a algunas de las "compañías" que se dedican a difamar a Cuba alrededor del mundo se les ocurra crear un plan turístico para los cubanos que viven en la isla, ya que, gracias a las nuevas regulaciones del gobierno revolucionario, se han eliminado toda una serie de controles  y por lo tanto, se les ha hecho más fácil viajar al extranjero.  Como ahora el gran problema de los futuros viajantes no son la Carta de Invitación o la llamada Tarjeta Blanca, sino el encontrar un país que les dé la visa de entrada y además, buscar el dinero necesario para pagar los inmensos gastos que significa el salir a conocer otros mundos, la enorme cantidad de cubanos que decían que iba a viajar al extranjero, se ha reducido a solo unos cuantos. Siempre lo habíamos dicho, que el problema de los viajes de los cubanos no estaba en las regulaciones del gobierno de Cuba, sino en lo mismo que cualquier otro ciudadano del mundo necesita para poder hacer la maleta y salir de su país. Los que hemos tenido la oportunidad de viajar por el mundo, conocemos de primera mano lo que cuesta salir de turista a cualquier región del planeta. Los pasajes de avión han ido en aumento a medida que han pasado los años, los hoteles de las ciudades están por las nubes y los precios de las comidas en los restaurantes están tan altos, que a cualquiera se le quita el apetito. Así que, parodiando al gran Napoleón, se necesita dinero, dinero y más dinero.

Por Lázaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- Cuán diferente es la América Latina que nos deja Hugo Chávez a la que recibió la Revolución Cubana en 1959. En nada se parecen. Aquella estaba llena de dictadores, analfabetismo, hambrientos, enfermedades, olvidada por el resto del planeta y explotada por la primera potencia mundial que saqueaba sus recursos naturales y la sumergía en la profunda pobreza.

Por Lázaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- Tengo que confesar que no solamente me siento extraño escribiendo este comentario, sino que me siento sumamente triste. Siempre es triste escribir sobre la muerte de un ser humano, pero es aún más triste si ese ser humano es un verdadero líder, de una extraordinaria proyección por la defensa de los más desvalidos y necesitados de este mundo.

Por Lázaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.- Bueno, no hay que vivir en Cuba para desearle lo mejor a ese país y sus habitantes, menos aún, si allí naciste y te criaste, si allí fuiste a tu primer día de escuela, jugaste juegos inventados por la imaginación con tus primeros amigos, si en ese lugar del planeta comenzaste a querer a tus padres, todavía más, si en aquel país diste el primer beso a alguien que pensabas que ibas a amar para siempre. No hay que vivir en Cuba para quererla, para disfrutar recuerdos de ella, para sentir sus calores de verano y las brisas frescas de las noches. Definitivamente, no hay que vivir allí para querer a ese pueblo, para celebrar sus triunfos, para sufrir sus necesidades, para compartir sus alegrías y sus tristezas. No hay que estar en aquella amada tierra para sentir orgullo de haber nacido allí.

Por Lázaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos-Hermes-Cubainformación.-Existen algunos cubano americanos que, por la forma en que se expresan en español, cualquiera pudiera pensar que son medios bobos. Dicen "dicir", "hablal", "celebro", etc. Pero cuando hablan en inglés, uno se da cuenta de que son tremendas lámparas, y que de bobos no tienen ni un solo pelo.  El perfecto ejemplo de ese tipo de persona lo es el flamante presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado norteamericano, Mr. Robert Menéndez, que quien lo oiga hablar en español, se puede llevar una impresión muy equivocada del personaje.