Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- Detente, zun-zun, déjame contemplar tu hermosura, que pase el mundo bajo tus ojos y los míos, que haya un tiempo para ver ‘las relaciones’ que puedan explicar algo, quizás poco todavía, pero las cadenas de los sucesos por los que Cuba hizo su, digamos, ‘drástica y definitiva revolución’ están en esos ‘enigmáticos’ vínculos mundiales con la rabia que, antes que realizarle a la isla llamada de ‘los esclavos’ un sinfín de ataques y un asqueroso bloqueo –infamias que no solucionan nada--, hay que pensar por qué EEUU, en su ya natural condición de esclavista, solo puede concebir la rabia de creer que al acorralado ser humano –por puro milagro cubano-- se haga más tierno y piense más en ayudar a otros que en su rabia por vivir con tantos agobios.