Vincenzo Basile - blog Desde mi Ínsula / Cubainformación. - Entendámonos. No vamos a negar que la izquierda mundial y los movimientos progresistas – tanto en el desarrollo como en el subdesarrollo – sufren a diario presiones y ataques de todo tipo, económicos, políticos y mediáticos. No vamos a negar que la existencia de líderes carismáticos – que tienen la capacidad de mover masas y forjar ideas – representa una terrible amenaza para el orden político-económico mundial y que la derecha encarnizada en el capitalismo internacional usaría cualquier tipo de arma (no necesariamente bélica) para extirpar las metástasis de la lucha emancipadora.
Sin embargo, más allá de la autenticidad de todo eso, existe un problema de raíz que nos afecta, aunque sea inconscientemente, a los que defendemos las causas de los humildes y de los olvidados de este mundo: demasiadas veces confundimos al líder con el movimiento y le otorgamos una aura de sacralidad a los que – con más o menos legitimidad – pretenden hablar en nombre de las masas.