… Ese, que cada día golpea / vuestros pechos, que vuelve cada día / como el pájaro cuyo polluelo degollásteis, que vuelve / a revolotear en torno de su nido, que desgarra los límites. / No hubo estallido: / Ese, que perfumó ayer el lucero matutino. / Era un grito de niña, como el grano de rocío / de Qibya, como el grano de rocío / de Der-Yasin. ¿Os acordáis?: / El estertor de los niños no lo apagan los años. / Vosotros los matásteis. Quizá por diversión, como bromeando. / Después que se apilaran en la aldea los cadáveres / fue el grito de una niña, fue la voz de la tierra: / Lo que desvela el párpado, y sacude la tierra. / Y a pleno día, / al despertar los niños, / vuelve, cuenta la historia de destrucción, / despierta de la tumba en himno ígneo: / Fue un clamor de nación. / Explosión de venganza.
Últimos versos del poema titulado Explosión. Autor el gran poeta sirio Sulayman Al-Isa.