Carlos González Penalva.- Lejos de que el Estado de Israel sea la única democracia ejemplificante de Oriente Medio, como la propaganda quiere hacernos ver, Israel no es nada más que otro estado teocrático, donde estado, institución y religión se entremezclan en la figura del primer ministro Benjamín Netanyahu. Este fundamentalismo religioso es el que se utiliza para justificar que una sola vida israelí sea ponderable como algo infinitamente más valioso que las miles de vidas palestinas que apenas se nombran o se anonimizan. ¿De qué trata y cómo se construye históricamente el mito del sionismo? ¿Cuáles son las bases y fundamentos de un estado sionista? Sobre el mito y la realidad del Estado-Nación de Israel hablamos esta semana, en una colaboración para Radio Habana Cuba.