Gerardo Moyá Noguera*.- Andar La Habana (Cuba), sobre todo la inolvidable Calle Obispo y sentirla como mía, una calle con sus colores, sus gentes, su olor, digamos, a caramelo y al final el hotel ambos mundos donde sirven un mojito extraordinario y mientras ojeas Granma el pianista del hotel tocando unas melodías buenísimas e inolvidables.