Después de la caída del Muro de Berlín las multinacionales entraron triunfalmente en Europa del Este para vender sus hamburguesas, coca cola, pitillos, drogas, armas y otras mercancías, para adueñarse de las empresas estatales por una bicoca, para apropiarse de las materias primas, para contratar por unos salarios bajos a unos trabajadores y un personal altamente cualificados, educados a expensas del Estado y también, por supuesto, para “contratar” y remunerar generosamente a unos políticos que velaran por sus intereses. En Rusia pareció posible bajo Yeltsin, el niño mimado de Occidente, pero posteriormente Putin impidió la planificada conquista económica de Rusia, planificada por Occidente, a favor de capitalistas de casa y eso nunca se lo ha personado. Como ha argumentado Henri Alleg de forma convincente, la esperada “conversación en vasallo económico” del país, que Putin impidió, habría permitido transferir de forma continua la riqueza de Rusia a Occidente, es decir, a las corporaciones, los bancos y a los capitalistas occidentales en general.
Los Grandes Mitos de la Historia Moderna. Reflexiones sobre la democracia, la guerra y la revolución, párrafo del capítulo: Ascenso y caída de la democracia posterior a 1945. Autor: Jacques R. Pauwels. Editado por HINHILI MARRO LIBURUAH. Traducción: Beatriz Morales Bastos.
Guerrero Cubano con su verdad al desnudo.- Un invitado especial, representante del terrorismo en Miami, revela el esquema subversivo contra Cuba y como se usa para estafar al IRS en EEUU. Más tierra para casa de Boronat, la Paya y el resto de la manada y que conste no es el Guerrero.
Pensar la Historia con Eliades Acosta.- Programa que conmemora la fundación por Jose Marti del Partido Revolucionario Cubano y que continúa la serie "El 98: la guerra que no cesa" .
Juntos x Cuba.- Continuamos comentando esta obra imprescindible para los procesos sociales liberadores.
Europa x Cuba.- Entrevista al exeurodiputado Javier Couso.
La invasión mercenaria del 17 de abril de 1961 por Bahía de Cochinos, organizada y financiada por la CIA con la ilusión de derrocar a la Revolución cubana, se convirtió a solo 66 horas del desembarco en su gran fracaso, derrota que pasados 62 años mantiene abierta la herida en el ego del gobierno yanqui y sus lacayos de Miami, razón por la que su odio hacia el verdadero vencedor, el pueblo cubano, no disminuye.
