Iroel Sánchez - La pupila insomne.- Cuando hace ya quince años organizamos por primera vez La noche de los libros, en que los restaurantes, cafeterías, áreas deportivas, cines y parques de la populosa calle 23 , en La Habana, se convirtieron en espacios literarios, hubo algo me llamó poderosamente la atención: Si bien, todas las presentaciones de libros, encuentros con autores y paneles de diversos temas contaron con un numeroso público atento y diverso, lo que se llevó las palmas de manera arrolladora fue la oferta de unas postales ilustradas con imágenes de la pintura de Ernesto Rancaño y portadoras de poemas de escritores cubanos y extranjeros.