Todo lo que cabe en el capitalismo: organizaciones de diferentes nombres, nombres para todos los públicos, trabajan como si fuesen, o como que son, despachos de reparto de anuncios publicitarios, todos los públicos reciben consignas fabricadas, envueltas en papel legal, propuestas, -hasta les llaman reivindicaciones-, todas esas son las que el sistema conduce hasta la cuesta abajo y en la inclinación cogen velocidad y pasan entre el enrejado de la alcantarilla que se las traga.