En el colmo de la desfachatez y de la desvengüenza están quienes fueron a provocar a las mujeres y a los hombres en la manifestación del 8 de marzo. La ignorancia en ocasiones hace de envoltorio plástico, y se nota mucho más de lo normal cuando el ignorante o la ignorante la manifiesta como su característica personal empleando palabras vacías, usadas como monedas tan desgastadas que ni se les ve el grabado, el relieve. Proclamarse amigo o amiga de la libertad, de la justicia, y de tantas cosas de semejante talla sin mostrar si tienen algún contenido es cambiar pedazos de cristal de cualquier botella por oro, es un robo, una estafa. Muy propio de la ultraderecha, de la contrarrevolución, de los mercenarios de Hollywood, ese ministerio de cultura del imperio, el mayor enemigo de la liberación de la mujer, el machismo se reconoce en su producto como lo demuestra en la mujer y la sociedad en conjunto que tiene sometida.