Introducción
Miles de fábricas y empresas, que habían soportado la desindustrialización que padeció Argentina durante la década de los 90, quebraron después de la crisis que estalló en Diciembre del 2001, provocando una revuelta popular que terminó por echar al entonces presidente Fernando de la Rúa. La mitad del país se quedó sin trabajo y el poco dinero que podía juntar un trabajador, quedó atrapado en los bancos, que se declararon insolventes y cerraron sus puertas. En este marco, nacen y se desarrollan las empresas recuperadas por sus trabajadores (ERT). Éstos, organizados mayoritariamente en cooperativas, ocupan la fábrica abandonada, la ponen nuevamente a funcionar y viven gracias a su producción.
Es difícil establecer las reales dimensiones de este proceso, ya que, aparte de los informes realizados por la Facultad de Filosofía y Letras (UBA, Universidad de Bs As)), no existe estudio actual, real y cuantitativo del fenómeno. Sin embargo, lo que comenzó como una gesta de los obreros industriales argentinos, que en pleno desastre económico quedaban en la calle y decidían, en muchos casos enfrentándose a la policía y a las leyes, ocupar su antigua fábrica para desde allí luchar por sus derechos, tuvo eco en otros ámbitos. Hoy hay alrededor de 200 ERT en en todo el país que ocupan aproximadamente a 10 mil trabajadores en los más variados rubros: Clínicas, bares, periódicos, radios, supermercados, transporte urbano, jardines infantiles, escuelas, hoteles, editoriales, hospitales y todo tipo de industria y comercio.
Trabajo
De diciembre del 2007 a marzo de 2008, visitamos 10 fábricas recuperadas con distintas realidades.A partir del trabajo fotográfico, nos acercamos al cotidiano de los trabajadores, al lugar de trabajo, donde vetustas máquinas siguen funcionando en una cultura del trabajo distinta a las experiencias anteriores: la autogestión sostenida por la igualdad y la solidaridad entre trabajadores.
El lugar de trabajo se quiere abordar en las fotografías como lugar antropológico, espacio de significaciones construido individual y colectivamente. Es un espacio vivido que se crea alrededor de objetos presentes en este mismo espacio: máquinas, mesas, herramienta, cubos, pero también personas, imágenes, sonidos… objetos que estructuran más o menos el espacio, según la intensidad afectiva que se les dedica. Son espacios emotivos que se crean en el momento y luego desaparecen, son burbujas de significado materializadas, a lo largo del recorrido, en 16 fotografías.
El trabajo se complementa con frases de los actores del proceso, intercaladas entre las imágenes y extraídas de 9 horas de entrevistas realizadas durante las visitas. El elemento textual pretende documentar la opinión de los propios trabajadores con respeto al proceso que ellos mismos implusaron, y a su vez, crear un vínculo con las imágenes, conformando un recorrido más completo a través de la realidad de fábricas organizadas y explotadas por su clase obrera.
En Diciembre del 2006, Manuel Neira S. A. (antiguo nombre), quebró y sus trabajadores tomaron el mando de la curtiembre, fundada en 1918
La Papelera San Jorge se fundó en el año 1950 y hoy es Unión Papelera Platense
En el 2001, los trabajadores agrupados en cooperativa, ponen a funcionar la fábrica de papel abandonada. Hoy da trabajo a 50 personas
Panorámica de Astilleros Navales Unidos en Dock Sud, Avellaneda
Un operario soldando parte de un barco en el astillero, fundado en 1964 bajo el nombre de SANYM S.A
Fabricando vajilla de acero inoxidable en Copacinox, en Lanús
En Copacinox trabajan sólo 10 personas, algunas de ellas con más de 40 años de antigüedad
En Berazategui, imágen de los techos del viejo galpón de Química del Sur
IMPA (Industrias Metalúrgicas y plásticas Argentinas) fué fundada en Almagro en el año 1961
Las máquinas de Unión Papelera Platense, a las afueras de la ciudad de La Plata, llevan más de 50 años funcionando
En la fábrica de calzado UTRASA, se emplea gran parte de la comunidad sanluiseña, en Pcia de Corrientes, en el Nordeste argentino.
En la pequeño municipio de San Luis del Palmar, en Corrientes, funciona UTRASA, una fábrica de calzado reorganizada por los vecinos.
En un barrio sumamente humilde de Mataderos, el frigorífico Yaguané dá trabajo a más de 500 personas.
Una operaria cociendo en UTRASA, que, después de quebrar, fué puesta otra vez en marcha por sus trabajadores-as.
Trabajador de la metalúrgica IMPA con 45 años de antigüedad, posa junto a la máquina en la que trabaja.
Una cocedora prepara las lengüetas del calzado en Unión de trabajadores sanluiseños (UTRASA).
Padre e hijo matambreros en Yaguané. El frigorífico ha montado, además, una biblioteca con apoyo escolar para los niños del barrio.