Mario Hubert Garrido - PL.- El presidente boliviano, Evo Morales, condenó hoy al gobierno estadounidense de Barack Obama por injerencia en los asuntos internos de su país, al condicionar una norma sobre preferencias arancelarias.

En un acto popular para promulgar una ley que declara como municipio a la localidad de Shinahota (Cochabamba), ahora el número 328 de Bolivia, Morales afirmó que Bolivia no aceptará más imposiciones provenientes de potencias extranjeras. 
Morales cuestionó que las sucesivas administraciones en Washington se conviertan en tribunal del imperio para decidir a quién otorgar los beneficios de arancel cero en los envíos de manufacturas.

En ese sentido, aseveró que la dignidad de los bolivianos no cuesta 25 millones de dólares, costo aproximado de las pérdidas económicas de la anulación para el país de la llamada Ley de Preferencias Arancelarias y Lucha Antidrogas (ATPDEA).

El jefe de Estado censuró cada una de las limitantes que esgrime la Casa Blanca para negar ahora estos beneficios, en primer lugar algunos artículos de la nueva Constitución Política del Estado (CPE), vigente desde febrero último.

Según Morales, Washington observó que se puedan expropiar para el bien público propiedades que no cumplan una función económica social, lo que es una decisión soberana de los bolivianos, apuntó.

También señalan la nacionalización de los hidrocarburos, en mayo de 2006, lo que estimó Morales como una falta de respeto a la voluntad de su país de ser independiente.

Asimismo explicó que gracias a la recuperación de los carburantes se pueden aplicar políticas sociales de ayuda a sectores olvidados como la niñez, los ancianos y las mujeres embarazadas.

El dignatario de origen aimara también se refirió a las críticas del gobierno de Obama a la decisión de Bolivia de retirarse del Centro Internacional de Arbitraje (CIADI), una medida que asumimos con orgullo y dignidad, afirmó.

El mandatario señaló que personalmente impulsó esa decisión porque no es posible que desde afuera, desde el Banco Mundial, se puedan dilucidar litigios con empresas que operan en el país, al tiempo que llamó a acogerse a las leyes nacionales para estos temas.

Finalmente rechazó el cuestionamiento por Estados Unidos de la expulsión de Bolivia a fines de 2008 de la Agencia Antidrogas (DEA) y recordó las acusaciones a esa entidad por conspirar contra su gobierno.

Además ningún militar extranjero nos tiene que decir cómo enfrentar el narcotráfico y la interdicción de cultivos ilegales de hojas de coca, agregó.

El estadista condenó además a Obama por insinuar que el gobierno boliviano obstaculiza la lucha contra las entregas excedentes de coca y atenta contra la existencia de sindicatos.

Ello hace indicar, precisó, que algunos funcionarios tienen mal informado a Obama, que también proviene de un sector marginado.

Si anteriores presidentes de Estados Unidos, como George W. Bush y su embajada en La Paz, nos atacaban con golpes de Estado cívico-prefectural, como sucedió en agosto-septiembre 2008, la actual administración lo hace mediante este tipo de medidas o normas, remarcó.

Morales llamó en ese sentido a Obama a cambar este tipo de políticas, destinadas al fracaso.

Anunció también la erogación por parte del Estado de unos 18 millones de dólares para apoyar a exportadores de textiles al norteño país y de acuerdos con Venezuela y Brasil, entre otros, como nuevos mercados para productos bolivianos.
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