Ramón Barreras Ferrán - Cuba Trabajadores.- Aseguró Omar Sánchez Valladares, profesor de la Universidad de Cienfuegos, al hacer valoraciones sobre el panorama económico-financiero que vive el mundo de hoy.
Omar Sánchez Valladares es licenciado en Marxismo-Leninismo, Master en Dirección y profesor asistente de la Universidad Carlos Rafael Rodríguez, de la central provincia de Cienfuegos, donde imparte las asignaturas de Administración, Marketing, Negociación y Comportamiento Humano.
Ocupa además la responsabilidad de secretario general del Buró Sindical en ese centro de estudios superiores. Preside también la Sociedad Científica de Marketing, de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC), en el territorio cienfueguero.
Trabajadores digital lo consultó en relación con la crisis económica mundial.
¿Cómo pudiera definirse la crisis económica mundial, de manera que todos puedan entender?
“La crisis económica mundial es en realidad un fenómeno que abarca mucho más que la economía, pues se extiende a lo ambiental, financiero, los valores, el sistema inmobiliario, la energética, la gobernabilidad…, y podríamos seguir enumerando esferas. Por ello se puede afirmar que estamos ante una crisis estructural del sistema capitalista a escala planetaria.
“Es importante comprender que esta crisis, por darse en condiciones de un mundo globalizado, con imposición de un poder hegemónico, se refleja en la totalidad de países, y por supuesto, son los pobres los más expuestos y los que están llevando la peor parte.
“Para percibir mejor este fenómeno hay que adentrarse en el mundo de las relaciones capitalistas de producción, donde predominan las leyes del mercado y la propiedad privada de los bienes de producción, dándose una desigualdad insostenible, pues en el proceso de distribución, son los poseedores de los medios los que se quedan con la mayor parte, dejando solo a los desposeídos un segmento que apenas les alcanza para mantenerse.
“Puede afirmarse que no es en el marco de las relaciones del capitalismo salvaje donde se pueden erradicar las causas de la crisis. El mundo necesita establecer un sistema más justo de producción y de distribución, que permita la existencia de una mayor racionalidad y por tanto, más justeza”.
¿Cuáles son las causas que la generaron y dónde están localizadas?
“La concepción marxista, teoría que algunos desconocen y que otros han renunciado a ella, pero que para nada ha perdido su valor, da las bases metodológicas para determinar las causas de esta crisis: la contradicción cada vez mayor entre el carácter social de la producción, expresado en el desarrollo de las fuerzas productivas; los mercados inundados de mercancías; el consumismo desmedido y por otro lado, el cada vez mayor carácter privado de la apropiación o sea, la mayor concentración del capital expresada, por ejemplo, en las mega fusiones de empresas y capitales que crecen y se trasnacionalizan, como testigos de un mundo donde, como dijo Fidel hace ya algún tiempo, los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres. Esta contradicción, que cada día se hace mayor, es la causa principal de la situación económico-financiera que estamos viviendo.
“El inicio estuvo registrado en los países ricos, especialmente en EE.UU. Es bueno recordar que en esa nación se pusieron de manifiesto actitudes y comportamientos irresponsables en las casas financieras, las que otorgaron créditos indiscriminados sin tener en cuenta el grado de solvencia de quienes los solicitaban. De ahí pasó al mundo financiero-especulativo y seguidamente, como era de esperar, al sector de la economía real”.
La crisis ha generado un numeroso grupo de efectos sociales negativos. ¿Puede citar algunos ejemplos?
“Podríamos citar, entre otros, el aumento de la pobreza. Sólo basta con analizar los datos de organismos internacionales, como la FAO, por ejemplo. Resulta evidente el aumento exponencial de la cantidad de hambrientos (1 020 millones, según el último informe). También crece la marginalidad, asociada a las drogas y la mendicidad; sube vertiginosamente el desempleo, y se acrecientan la violencia, la enajenación y la emigración hacia los países más desarrollados, junto con otras consecuencias de carácter social”.
Ningún país ha escapado de sus consecuencias ¿Cómo se ha reflejado particularmente en Cuba?
“Es conocido que ningún país está, ni puede estar, completamente ajeno o ‘blindado’ ante la crisis, aunque por supuesto, no a todos impacta por igual, ni en el mismo tiempo, ni con la misma intensidad. Cuba también ha recibido esa influencia negativa y ella se ve reflejada de modo especial en el comercio, los créditos y la disminución de los precios de los productos que exportamos. Por ejemplo, ha bajado el valor del níquel en el mercado internacional, pero ha subido el de productos imprescindibles para nosotros, como los alimentos, las medicinas y materias primas esenciales. El acceso a créditos bancarios se dificulta ahora más. También debe tenerse en cuenta que el bloqueo impuesto por el gobierno de EE.UU. tiene ahora una mayor connotación. La crisis se hace sentir además, en los centros de trabajo y los hogares, el transporte, los mercados…
“No obstante, en nuestro país las personas, por ser la razón de ser del proyecto que construimos, no se quedarán jamás desprotegidas”.
Algunos cantos de sirenas aparecidos ahora en los Estados Unidos, aseguran que la crisis mundial tocó fondo. ¿Lo considera usted cierto?
“Esa consideración no se ajusta con exactitud a la realidad. El desempleo y la disminución del seguro debido a la crisis continúa, o lo que es lo mismo, el mercado de trabajo no se estabiliza aún. También está presente el déficit presupuestario, pues las grandes sumas de dinero que se han invertido con vistas a salvar el sistema capitalista no han dado el resultado que se esperaba. Ya se reporta el cuarto trimestre de la economía en recesión. Hasta este momento lo que ha predominado como regla es que los poderosos utilizan todo un andamiaje proteccionista, subsidian sus producciones, establecen barreras arancelarias y no arancelarias, transfieren tecnología obsoleta o contaminante…, en fin, aplican un conjunto de prácticas desleales. Y hay que sumar las guerras y ocupaciones de territorios y países, las que actúan como pesados fardos económico-financieros”.
En una de sus Reflexiones, Fidel subrayó: “A nuestro mundo no sólo lo amenazan las crisis económicas cíclicas cada vez más graves y frecuentes. El desempleo, la ruina y las pérdidas fabulosas de bienes y riquezas, son indispensables compañeras de las ciegas leyes del mercado que rigen hoy la economía mundial”. ¿Qué consideraciones le merecen esa afirmación?
“Fidel ha sido un concienzudo estudioso de la realidad en la que vivimos. Esa afirmación está muy ajustada a la verdad, pues no hay más que observar los acontecimientos y leer las noticias para ver como cada día los ciclos de las crisis son más cortos; ya no son décadas los que las separan, sino unos pocos años. La gravedad se expresa en que es mayor el número de países que se ven afectados; las perdidas de bienes y riquezas son descomunales. Quienes más sufren las consecuencias son los trabajadores y sus familiares, o sea, los más vulnerables, los pobres, los desposeídos en un sistema irracional que, al aplicar las leyes ciegas del mercado, provocan enormes desigualdades e injusticias que lo convierten en insostenible”.
