Trabajadores.cu.- En su afán de desacreditar y aislar a la República Islámica de Irán, crearle un estado de opinión internacional adverso e incrementar las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU (CS), el gobierno de Estados Unidos llega a extremos ridículos.


De los infundíos sobre la posible producción del arma nuclear, que han amparado injustas medidas punitivas del CS contra Teherán, instigadas por Estados Unidos y sus aliados europeos, Washington pasa ahora a las acusaciones de previsibles atentados terroristas iraníes a las embajadas de Israel y Arabia Saudita, como preámbulo para aplicar nuevas medidas contra la nación persa.

Este es el caso del presunto complot para asesinar al embajador del Reino de Arabia Saudita en Washington,Abdel Al Juber, supuestamente abortado por los cuerpos de Seguridad norteamericanos, sin que aportaran pruebas reales de su existencia.

Para darle mayor peso a las imputaciones sobre la responsabilidad de las altas autoridades de Teherán en el plan terrorista, el presidente Barack Obama declaro que “esta trama había establecido lazos, estaba pagada y apoyada por individuos en el Gobierno iraní”.

Y aunque el mandatario estadounidense no precisó qué tipo de medidas tomará contra Irán, indicó que se está trabajando en la imposición de las más duras acciones, sin excluir ninguna opción.

Adicionalmente el Departamento de Justicia de Estados Unidos ha acusado a dos hombres por su presunta participación en un complot para asesinar al embajador saudita.

Los dos sospechosos son Manssur Arbabsiar, un ciudadano estadounidense naturalizado con pasaporte iraní y estadounidense, y el iraní Gholam Shakuri.

Son tan oscuros los elementos aportados por el Departamento de Justicia sobre el complot, que la propia prensa occidental ha señalado que dejan una serie de lagunas e incógnitas que pueden llegar a restarle credibilidad y ponen en duda que el gobierno iraní haya dejado un plan de tal índole en manos de Manssur Arbabsiar, a quien el diario New York Times describió como un personaje conocido por su agresividad, pero también por su torpeza e inexperiencia.

En tal sentido la publicación alega que una prueba del amateurismo de Arbabsiar, vinculado a los Guardianes de la Revolución, es que supuestamente habló del plan terrorista con su cuñado a través de una línea de teléfono común, que ya estaba interceptada por el FBI. Sus conexiones con México, agrega el rotativo, también dejan muchos puntos oscuros.

La patraña ha recibido el enérgico rechazo de los gobernantes iraníes. El líder religioso, ayatola Ali Jamenei, calificó de “absurdas y sin sentido” las acusaciones de EE.UU., y aseguró que lo que pretenden es "crear iranofobia", según informó la agencia oficial IRNA.

Empeñada en involucrar a Irán con hechos abominables, la Casa Blanca ha ignorado las declaraciones del embajador de Arabia Saudita en Teherán, Osama Bin Ahmad Al-Sanosi, quien desestimó los informes de algunos medios occidentales, en los cuales se alega que Riad ha aceptado las acusaciones de EE.UU. contra Irán, y subrayó que “no vamos a permitir que los enemigos manipulen estas circunstancias, al mismo tiempo que subrayó el interés de su país en el desarrollo de las relaciones con Irán.

Sin embargo, Estados Unidos proseguirá en su búsqueda de implicar al país persa en hechos de tal naturaleza, porque para sus propósitos aplica la misma idea de Paul Joseph Goebbels, ministro de Propaganda e Información de Adolfo Hitler: “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.

 

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