A.S. Yhanes - La Jiribilla.- El hombre es el más peligroso de todos los animales. A estas alturas eso ya muy pocos lo discuten. Sin embargo, y paradójicamente, es también una especie en peligro de extinción, amenazada por él mismo. Aunque suene exagerado, el análisis resulta bastante sencillo: se trata del único animal que tiene la capacidad de autodestruirse; el único que ve al mundo desde una perspectiva antropocéntrica, lo que, bien mirado, es una patente de corso para saquearlo a su nombre; y la razón más definitiva: en un planeta que está en peligro de desaparecer, todas las especies, incluido el hombre, son potencialmente vulnerables.


De ahí que este 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, en Cuba se recuerden las palabras de Fidel en aquella primera Cumbre de Río, en 1992, cuando aseguraba que la humanidad estaba en peligro debido a la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida, por eso, todo lo que contribuyese al subdesarrollo y la pobreza eran una violación de la ecología. En aquel momento no quedaban muchas alternativas: para salvar a la humanidad de la autodestrucción, había que distribuir mejor las riquezas y las tecnologías disponibles en el planeta.

Han pasado 20 años y la situación sigue siendo la misma. Eso explica por qué el Capítulo Cubano de la Red en Defensa de la Humanidad y el Portal Cubarte han lanzado, desde la Fundación Antonio Núñez Jiménez, el foro de debate en Internet Una especie en peligro, inspirado en aquellas palabras de Fidel. La presentación fue transmitida on-line a través del canal de Cubadebate en Justin-TV y en ella participaron numerosos intelectuales cubanos, así como representantes de las organizaciones de la sociedad civil.

En el foro, además de muchos otros mensajes, puede leerse un texto de Ignacio Ramonet sobre los retos que enfrentará la próxima Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, también llamada Río+20, a celebrarse entre el 20 y el 22 de junio próximos. Allí, el periodista francés asegura que el debate central girará en torno al concepto de “economía verde”, defendido por los portavoces del neoliberalismo, y el de “economía ­solidaria”, promovida por los movimientos que creen que sin la superación del modelo actual, basado en la acumulación privada de riqueza, no habrá preservación ambiental.

“Los países ricos acuden a Río con esa propuesta principal de la ‘economía verde’ —afirma—. Un concepto-trampa que se limita a designar, la mayoría de las veces, un simple camuflaje verde de la economía pura y dura de siempre. Un ‘enverdecimiento’, en suma, del ­capitalismo especulativo. Esos países desean que la Conferencia Río+20 les otorgue un mandato de las Naciones Unidas para empezar a definir, a ­escala planetaria, una serie de indicadores de medición para evaluar económicamente las diferentes funciones de la naturaleza, y crear de ese modo las bases para un mercado mundial de servicios ambientales”.

“Esa ‘economía verde’ —añade— desea no solo la mercantilización de la parte material de la naturaleza ­sino la mercantilización de los procesos y funciones de la naturaleza. En otras palabras, la ‘economía verde’, como afirma el activista boliviano Pablo Solón, busca no solo mercantilizar la madera de los bosques sino mercantilizar también la capacidad de absorción de dióxido de carbono de esos mismos bosques”.

A esta variante de Río+20, Ramonet contrapone el programa de la Cumbre de los Pueblos —que se celebra paralelamente a la Conferencia de la ONU—, en el que se habla de “consumo responsable” con una nueva ética del cuidado y del compartir, de una preferencia por los bienes producidos por la economía social y solidaria basada en el trabajo y no en el capital, así como de un rechazo al consumo de productos realizados a costa del trabajo esclavo.

Una agenda que, no de manera casual, tiene muchos puntos en común con las temáticas del panel “Por la justicia social y ambiental”, que tiene lugar hoy en la Casa del ALBA de La Habana, también como parte de las actividades por el Día Mundial del Medio Ambiente. Durante el mismo, se emitió el primer programa radial “Hola Caribe” dedicado al tema ambiental,  transmitido vía Internet por IPS y CMLK.

Además, durante este 5 y 6 de junio, se hará un taller sobre contaminación atmosférica, auspiciado por el Centro de Contaminación y Química Atmosférica, el Centro del Clima del Instituto de Meteorología y la Sociedad Meteorológica de Cuba. En el mismo, se analizarán las emisiones de gases de efecto invernadero, la ocurrencia de fenómenos meteorológicos y su impacto sobre la ciclogénesis, así como la evolución de los ciclones tropicales en el Atlántico norte.

Recientemente, la compañía neerlandesa Mars One aseguró que dentro de 11 años, en el 2023, estará en condiciones de enviar cuatro astronautas a Marte para fundar una colonia. Allí, con su escafandra, comida enlatada y oxígeno artificial, el ser humano tendrá la posibilidad de habitar un nuevo planeta. Una nueva oportunidad para aplicar el mismo modelo que ha ido destruyendo al que ya tiene.

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