Eddy Mac Donald Torres - Cubainformación.tv- Imágenes dantescas llegan por medio de nuestros telereceptores, fotografías que grafican muerte por doquier son trasladados a un ritmo frenético por la red de redes. Informaciones en cascada caen sobre nosotros impidiendo su procesamiento normal y cercenándonos la capacidad de asombro ante lo extraordinario, convertido en cotidianidad.
A cualquier persona medianamente informada, llamaría la atención la inquietante realidad que viven los pueblos en la denominada zona del Medio Oriente. La guerra civil azuzada por las potencias occidentales en Siria, los constantes ataques, bloqueos, asesinatos y despojos a que son sometidos los palestinos por parte de Israel –garante de los intereses de Occidente en la región-, las amenazas y medidas de presión y chantaje contra Irán por su soberana decisión de producir energía nuclear con fines pacíficos son algunos ingredientes de este filme de terror.
Las primeras décadas del siglo pasado, con las guerras como vehículo, cuyo leit motiv fue la necesidad imperial de adueñarse de tierras y recursos allende sus fronteras, le dieron a esta antiquísima área del mundo el nombre de Oriente Próximo, -por supuesto, a Europa-, siendo el entonces canciller británico Balfour, el primero en abogar por un “hogar judío”. Desde entonces hasta acá los inmensos recursos del mineral que mueve a la civilización moderna, así como la inconmensurable condición geográfica entre dos “mundos”, son argumentos demasiado pesados para conciliar el sueño de paz.
Las milenarias civilizaciones asentadas en aquella zona han tenido una constante en las diferencias étnicas y religiosas, mas, nunca como ahora ha corrido tanto peligro no solo ese espacio del orbe, sino el resto del planeta.
El mundo estaría abocado a una terrible suerte si los cabezas calientes disfrazados de políticos con voz y voto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas –instrumento de los superpoderosos-, decidieran materializar el guión de “Apocalipsis Now” a escala global. Su limitada visión electorera centrada en los comicios internos conduciría a la humanidad a un punto de no retorno.
Cabría preguntarse ¿cuáles otras razones podrían entenderse de la criminal agresión israelí, a indefensos pobladores en la desde mucho antes precaria situación de vida en Gaza, provocada por los mismos sionistas? ¿Acaso la próxima presencia de Palestina en Naciones Unidas para discutir su incorporación como miembro observador de esta organización, molesta tanto a los israelíes y compañía? ¿Hasta cuándo la barbarie y la ley del más fuerte se impondrán sin siquiera los responsables ser tocados por una declaración verdadera de las Naciones Unidas? ¿Cuánto habrá que esperar para que entiendan Israel, Estados Unidos de América y la culta y civilizada Europa que los otros mortales, los que vivimos en otras latitudes no somos su periferia, tal como ha declarado la OTAN en sus cumbres?
Imponer un estado israelí con su capital en Jerusalén, obviando la legitimidad del pueblo palestino a tener sus territorios arrebatados -prácticamente desde el mismo instante en que fue creado Israel como Estado, 1948-, clasificaría en la categoría de injusticia con mayúsculas y, en todos los idiomas. Contemplarla sin inmutarse ni denunciarla con todas las energías posibles, convertiría también en bestias sangrientas a quienes adopten esa posición.
Una mirada desde estos tiempos modernos a la antigüedad nos permitiría una lectura conclusiva, coincidiendo con los historiadores que las guerras eran el estado natural de aquellas civilizaciones, sus necesidades de subsistencia o perpetuación como estados conducían a estas prácticas mal sanas. Desde la perspectiva de los investigadores Javier Amadeo y Gonzalo Rojas: Los sabios Platón y Aristóteles consideraban a la guerra con un carácter fundante como instancia teórica en la legitimación y producción de las representaciones políticas y sociales. El estudioso de esa etapa Norberto Bobbio, plasmaba en su Diccionario de Política: “La guerra asume un contenido conceptual propio y específico, afirmativo, positivo; a diferencia de su contraparte o antónimo verbal, la paz… “
Una interpretación moderna a la realidad anterior pudiera ser desde una óptica científica, entender esa actuación para perpetuar el sistema de entonces, hoy sería menos que inadecuado abogar por ello, máxime cuando la Formación Económico Social hegemónica (Capitalismo) no está diseñada para resolver las necesidades cada vez crecientes de las mayorías. Además el modelo capitalista –sin pretender dar cátedra de economía-, por su ritmo de consumo, para mantenerlo, de acuerdo a los expertos un planeta y medio serían insuficiente, conduciendo al precipicio a los tripulantes -que somos todos, sin distinción- de esta (al decir del periodista venezolano Walter Martínez) querida, contaminada y única nave espacial.
Una chispa que surja en cualquier parte sería sin lugar a dudas, la llama que haría del planeta un incendio inextinguible. Hago votos porque la cordura y la razón primen en este dramático momento de la historia, ojalá y al igual que en la antigüedad, a pesar de lo natural que resultaban las guerras, también honremos como ellos la paz, cuando se pedía alguna tregua, estos tiempos lo ameritan.
Notas:
1.-Gaza es un territorio de apenas 360 km² con una población aproximada De la ade 1.500.202 hab.
2.-Agencias de Naciones Unidas apuntan que 4 de cada 5 personas en Gaza necesitan de ayuda alimentaria y sanitaria.
3.-De acuerdo a un artículo publicado en el periódico Granma, hasta el 21 de Noviembre, habían muerto en Gaza 155 personas, la mitad de ellos mujeres y niños, y cerca de un millar de heridos.
Materiales consultados:
Anuncian alto al fuego entre Israel y Palestina (http://www.granma.co.cu/2012/11/22/interna/artic09.html)
La última catástrofe en Gaza (http://www.cubadebate.cu/opinion/2012/11/20/la-ultima-catastrofe-en-gaza/)
Teoría Política : La categoría de “guerra” en el pensamiento platónico-aristotélico.
